El juego de negar los ojos
Una exposici¨®n en Colmenar realizada por fot¨®grafos de la localidad retrata a sus habitantes a trav¨¦s de la mirada
El vaiv¨¦n de su mirada est¨¢ dominado por el nistagmus. ¡°?Y qu¨¦?¡± Parece que pregunta ¨¦l a la c¨¢mara, con gesto relajado. Lleg¨® hasta Colmenar desde Camer¨²n, donde se le considera un esp¨ªritu de buena suerte, se va a licenciar en Econom¨ªa, y hace cinco meses nacieron sus dos gemelas. Su albinismo y sus problemas ¨®pticos simplemente acompa?an un camino lleno de proyectos. Unos planes que vislumbran los ojos de Charles, con un escaso 10% de visi¨®n. ?l es uno de los protagonistas de la exposici¨®n 18 miradas que retrata Colmenar Viejo a trav¨¦s de sus habitantes.
La muestra se compone de dos im¨¢genes por modelo: una en la que el retratado mira directamente a c¨¢mara y otra en la que niega los ojos al objetivo. Una fotograf¨ªa limpia en la que se vetan todo tipo de artificios ajenos a la mirada. ¡°La ¨²nica condici¨®n es que fuera un retrato muy sobrio en el que solo se viera la cara, sin nada que pudiera delatar detalles sobre el personaje, sin segunda lectura¡±, explica el coordinador de la exhibici¨®n, Andr¨¦s Guerrero. Para esta muestra se ech¨® mano de toda la artiller¨ªa fotogr¨¢fica que vive en Colmenar: profesionales experimentados, principiantes, y amateurs. Todos enfocados en una misma idea: mirar y ser mirado.
El fot¨®grafo Miguel Gener, con una larga experiencia en Diario 16, El Pa¨ªs y Europa Press, fue el que retrat¨® a Charles. ¡°Vino aqu¨ª para tener una vida normal, pero no deja de ser un tipo excepcional¡±, resume. Como Charles padece fotofobia, las luces dela sesi¨®n deb¨ªan ser bajas. ¡°Para afrontar esta foto, te preguntas c¨®mo mira el que ve mal o c¨®mo percibe que le miran los dem¨¢s sabiendo que es diferente¡±. En la segunda imagen se le ve sonriendo, y en su gesto alegre se perciben esos anhelos de los que habla el autor.
La muestra se entiende tambi¨¦n como un reflejo de los cambios a los que no es ajena ninguna poblaci¨®n. Colmenar ha pasado de 28.000 habitantes a casi 47.000 en 20 a?os, de los que casi el 20% son extranjeros, seg¨²n el censo. ¡°No hay quien reconozca el pueblo, yo cuando llegu¨¦ era de los de fuera, ahora soy un colmenare?o m¨¢s. Por eso, tambi¨¦n me parec¨ªa interesante retratar la mirada del pueblo que cambia¡±, se?ala Gener.
Eva Mar¨ªa Lara opt¨® por ahogar al hijo de su pareja. Un joven de 18 a?os, formado, que se enfrenta a la pregunta de una generaci¨®n: ¡°?Para qu¨¦ nos estamos esforzando tanto?¡±. Sumergi¨® al joven en la ba?era de su casa para transmitir el ¡°futuro incierto¡± de los estudiantes. El modelo contiene la respiraci¨®n y sus ojos piden auxilio. ¡°Es algo que todos tenemos cerca, quer¨ªa expresar que estos j¨®venes bucean en la incertidumbre¡±, apunta la autora.
Pero no todos los retratos tienen un trasfondo social. En los primeros planos de los colmenare?os tambi¨¦n se cuela el erotismo o esos sentimientos que uno se reserva para s¨ª mismo. Como en la fotograf¨ªa de Jaime Hidalgo, que ha optado por mostrar un momento tan ¨ªntimo como el orgasmo de Luzfay. O ese gesto noble y honesto del pastor Mariano, captado por Pablo de Francisco. O esos enormes ojos despreocupados de Cesitar, un ni?o con s¨ªndrome de Down, elegido por Sof¨ªa Diego para la exposici¨®n. O la determinaci¨®n que muestra Silvi, que a trav¨¦s del objetivo de Virginia L¨®pez recuerda a las v¨ªctimas de malos tratos.
La exposici¨®n se puede visitar en el centro cultural pablo Ruiz Picasso de Colmenar Viejo hasta el 28 de febrero.
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