Greenwich exige 92,8 millones a la Generalitat por el puerto de Altea

La mercantil Marina Greenwich, responsable del fenecido proyecto de ampliaci¨®n y gesti¨®n del puerto deportivo de Altea, reclama 92,8 millones de euros a la Generalitat por el lucro cesante y el perjuicio ocasionados tras las sentencias judiciales que declararon nula la adjudicaci¨®n de esta iniciativa urban¨ªstica. La promotora vio c¨®mo se iba al traste su ambicioso proyecto en la costa norte alicantina despu¨¦s de haber conseguido todos los permisos administrativos y una pol¨¦mica declaraci¨®n de impacto medioambiental.

La representaci¨®n legal de la sociedad pidi¨® el pasado 17 de febrero la ejecuci¨®n de sentencia del Tribunal Superior de Justicia valenciano en 2010, confirmada por el Supremo en 2013. La anulaci¨®n del proyecto era imputable a la propia Administraci¨®n. La sentencia condena a la Generalitat a liquidar la concesi¨®n tras dar alas a la empresa para doblar el n¨²mero de amarres, de 542 a 1.089, con un informe medioambiental que no se correspond¨ªa adem¨¢s con el proyecto presentado, sino con uno similar que fue sometido a informaci¨®n p¨²blica al principio.

Marina Greenwich lleva cerca de un a?o reclamando a la Generalitat los da?os y perjuicios en la fracasada ampliaci¨®n del conocido antiguamente como Puerto de Campomanes. De acuerdo con un estudio econ¨®mico de la empresa Deloitte Advisory, el lucro cesante supera los 73 millones de euros. A esta cantidad habr¨ªa que a?adir distintas partidas, entre ellas los 8,9 millones en obras que ya no podr¨¢ recuperar la empresa o el casi mill¨®n de euros gastados en avales durante la tramitaci¨®n. De igual modo, reclama los 360.000 euros al Gobierno espa?ol por el aval para garantizar la estabilidad de las playas de esta ciudad de la Marina Baixa.

El Gobierno valenciano concedi¨® en el a?o 2004 la gesti¨®n por 30 a?os de 240.058 metros cuadrados de este enclave, de los cuales 35.526 metros correspond¨ªan a 542 amarres y 21.000 a locales comerciales. La Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas, Urbanismo y Transporte (hoy Infraestructuras, Medioambiente y Territorio) hab¨ªa homologado un a?o antes una pol¨¦mica declaraci¨®n de impacto medioambiental para un proyecto que desde sus inicios en 1999 ya fue combatido por asociaciones conservacionistas como Ecologistas en Acci¨®n, Greenpeace, WWF/Adena y grupos locales. El proyecto fue pol¨¦mico incluso entre la ciudadan¨ªa y los ecologistas llegaron a recoger en una sola tarde 1.000 firmas en el paseo de esta peque?a y emblem¨¢tica localidad alicantina de casas blancas.

Con todos los permisos listos, la firma vio c¨®mo su obra se iba al traste

Los ecologistas llevaron el asunto a los tribunales. Las nuevas escolleras previstas afectaban no solo a playas, tambi¨¦n a m¨¢s de 40 hect¨¢reas de una de las praderas mejor conservadas en la costa espa?ola de posidonia oce¨¢nica, una planta protegida por la normativa auton¨®mica y europea: conforma una suerte de bosque marino donde se desarrolla la vida acu¨¢tica.

Ante semejante obst¨¢culo ecol¨®gico, la Generalitat permiti¨® el proyecto al amparar una declaraci¨®n de impacto medioambiental nunca vista hasta entonces en el Mediterr¨¢neo para una extensi¨®n tan enorme. Aceptaba el da?o que iba a producirse y pretend¨ªa imponer como medida compensatoria, el trasplante de las matas marinas a otra localizaci¨®n, lo que se prob¨® inviable un a?o despu¨¦s.

El sector de la na¨²tica observaba con atenci¨®n esta experiencia en la costa de Altea ante las posibilidades que pod¨ªa representar el trasplante de semejante ¨¢rea de bosque marino para futuras iniciativas privadas. El ¨¢rea comprendida entre D¨¦nia y Alicante es la que concentra m¨¢s puertos deportivos en la Comunidad Valenciana, seg¨²n Ecologistas en Acci¨®n.

La iniciativa de Marina Greenwich se coci¨® al calor de una supuesta demanda de amarres en un contexto econ¨®mico boyante que con el estallido de la crisis se volvi¨® ilusoria. Como ejemplo, una sentencia judicial de 2010 permiti¨® a la Marina Deportiva de Alicante retirar 40 yates por el impago de amarres.

El puerto de Luis Campomanes, a tres kil¨®metros de la villa costera, se rebautiz¨® con su actual nombre al ser la ¨²nica marina en el mundo atravesada por el meridiano de Greenwich. En un enclave delimitado por la sierra de Bernia, la Punta del Albir y el morro de Toix, accidentes que conforman la bah¨ªa, la Marina Greenwich se anuncia como un lugar exclusivo. En su p¨¢gina web se promociona como un espacio de ¡°lujo y distinci¨®n¡±, cercano a campos de golf y con tiendas, restaurantes y servicios de inmobiliaria a unos metros de los pantalanes donde pueden atracar embarcaciones con esloras de hasta 30 metros.

El anuncio recuerda la exuberancia de otros tiempos: el campo de golf cercano apenas se reg¨® este verano por la sequ¨ªa y porque las urbanizaciones de lujo, entre otros factores, agotaron los acu¨ªferos de la zona. Y el escenario que ofrece hoy el espacio donde se iba a ampliar el club n¨¢utico es el de una obra inacabada. La ampliaci¨®n del puerto de Altea la paraliz¨® la Direcci¨®n General de Costas en 2006 y las sentencias, tanto del TSJ como del Tribunal Supremo, no reclamaron la restauraci¨®n.