Unas Goldberg muy serias
Pierre Hanta? congreg¨® un gran n¨²mero de p¨²blico en el Auditori para interpretar las c¨¦lebres variaciones de Johann Sebastian Bach
Convocado por el ciclo de conciertos El So Original, el prestigioso clavecinista franc¨¦s Pierre Hanta? congreg¨® a numeroso p¨²blico en la Sala Oriol Martorell del Auditori. El motivo era justificado, ven¨ªa a interpretar las c¨¦lebres Variaciones Goldberg BWV 988 de Johann Sebastian Bach, un monumento del esp¨ªritu, una pieza bell¨ªsima, dif¨ªcil de interpretar, dif¨ªcil de escuchar, aureolada por un prestigio m¨ªtico. El Bach m¨¢s sabio. Un reto por el que sienten una atracci¨®n fatal todos los pianistas y clavecinistas.
PIERRE HANTAI
Pierre Hanta?, clavic¨¦mbalo. Obras de H?ndel y Bach. Temporada de conciertos El so original. Auditori. Sala Oriol Martorell. 27 de febrero.
Las Variaciones Goldberg estuvieron precedidas en el concierto por una primera parte integrada por una suite de H?ndel, la HMV 429 y por obra de Bach, el Coral Wer nur den lieben Gott l?sst walten BWV 691 y, finalmente, por la Suite inglesa num. 2 BWV 807, piezas que nos alejaron del ruidoso y cacof¨®nico mundo exterior y crearon el ambiente de aislamiento y de recogimiento espiritual necesario para enfrentarse a una obra que exige a todos m¨¢xima concentraci¨®n.
La lectura que ofreci¨® Hanta? de la pieza se insert¨® sin problema en la largu¨ªsima e ilustre tradici¨®n interpretativa de la obra al clavic¨¦mbalo, que es muy diferente de la tambi¨¦n ilustre y a¨²n m¨¢s larga tradici¨®n interpretativa pian¨ªstica.
Hanta? plante¨® una interpretaci¨®n sobria con un contraste de tempi muy moderado entre las treinta variaciones que integran la obra. Puso en relieve los silencios y su tremendo valor significativo, pero tampoco forz¨® por este lado. Busc¨® la frase y la dibuj¨® bien, pero sin convertir este par¨¢metro en el eje de su tocar. El resultado fue unas Goldbeg coherentes, equilibradas, serenas y algo distanciadas expresivamente, unas Goldberg muy serias.
Hanta? si consigui¨® perfectamente crear el "universo" Goldberg, un mundo coherente, cerrado, autosuficiente y maravillosamente l¨®gico cuya sublime belleza consiste en decir treinta veces lo mismo pero cada vez de un modo distinto. Un mundo que no para de moverse pero no evoluciona pues no va a ning¨²n sitio, simplemente es.
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