Adif inicia una obra del AVE para la que a¨²n no tiene permiso de la Xunta

Adif, la empresa p¨²blica gestora de la red ferroviaria, inici¨® hace un mes una obra para conectar la subestaci¨®n el¨¦ctrica situada al sur de la ciudad de Santiago, en Milladoiro, con la l¨ªnea del Eje Atl¨¢ntico de alta velocidad que prev¨¦ inaugurar en cuesti¨®n de semanas. La conducci¨®n subterr¨¢nea de alta tensi¨®n, de dos kil¨®metros de longitud y a escasos metros de varias viviendas, est¨¢ ya casi acabada pero la actuaci¨®n carece a¨²n de la autorizaci¨®n de la Conseller¨ªa de Econom¨ªa e Industria que ha pedido Adif.

La empresa, de hecho, inici¨® la obra antes incluso de que la Xunta sometiese a exposici¨®n p¨²blica su proyecto. La asociaci¨®n de vecinos de Coira, el n¨²cleo afectado en el l¨ªmite de los municipios coru?eses de Santiago y Ames, ha presentado una denuncia ante la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente por considerar que los hechos pueden ser constitutivos de delitos de prevaricaci¨®n, da?os y contra el medio ambiente.

El primer trazado planteado por Adif para conectar su nueva l¨ªnea ferroviaria con la subestaci¨®n el¨¦ctrica de Milladoiro atravesaba el n¨²cleo de Coira. Los vecinos se negaron a que los cables de alta tensi¨®n pasasen por el medio de sus casas y Adif se avino a desplazarlos. Para evitar tanto el n¨²cleo de viviendas como otros terrenos privados que necesitar¨ªa expropiar, lo que retrasar¨ªa la actuaci¨®n, decidi¨® que la l¨ªnea transcurriese paralela a la autov¨ªa auton¨®mica que conecta Santiago con Bertamir¨¢ns, aprovechando terreno p¨²blico del margen de la calzada. Pero aunque ya no pasa por el centro de Coira, el cableado discurrir¨¢ a menos de 40 metros de cinco viviendas, una de ellas a apenas 20 metros.

Fue el pasado 4 de febrero cuando Industria public¨® en el Diario Oficial de Galicia el inicio de la exposici¨®n al p¨²blico durante 20 d¨ªas del proyecto de Adif. Pero mucho antes, a mediados de enero, la obra ya hab¨ªa comenzado. Y no par¨® ni ante el requerimiento previo a la v¨ªa contencioso-administrativa que formularon los vecinos el 10 de febrero. De hecho, la pasada semana, con el periodo de alegaciones a¨²n abierto, los operarios de la empresa de montajes el¨¦ctricos que realiza el trabajo para el ente p¨²blico Adif ya hab¨ªan terminado y tapado buena parte de la zanja que alberga la l¨ªnea soterrada.

El nuevo cableado, adem¨¢s, discurre en el punto m¨¢s pr¨®ximo a las casas justo bajo otra l¨ªnea de alta tensi¨®n a¨¦rea. Los vecinos temen los efectos para su salud de dos conducciones de alto voltaje y reclaman que al menos se unifique el trazado de ambas, pero ninguna administraci¨®n se lo ha planteado de momento. Y aunque est¨¢n convencidos de que la nueva l¨ªnea requerir¨ªa de un estudio de impacto ambiental, la Xunta ni ha analizado esa posibilidad. Industria asegura que la actuaci¨®n no necesitar¨ªa siquiera el permiso que Adif le ha solicitado, pero confirma que una vez pedido este, a¨²n no se lo ha otorgado.

Lo que s¨ª ha hecho el Gobierno gallego ha sido agilizar, como no suele hacer en la mayor¨ªa de sus tr¨¢mites, todos los permisos sectoriales previos necesarios para que Industria pueda otorgar esa autorizaci¨®n final que dice que la obra no necesita. Por ejemplo, la Conseller¨ªa de Medio Ambiente permiti¨® que la l¨ªnea discurra junto a la autov¨ªa auton¨®mica el lunes 19 de enero, apenas cuatro d¨ªas despu¨¦s de recibir la petici¨®n ¡ªel jueves 15¡ª y pese a haber un fin de semana por el medio.

Por su parte, desde Adif se responde que la empresa p¨²blica ¡°entiende que cuenta con todos los permisos y autorizaciones en regla¡±, sin aclarar por qu¨¦ pidi¨® entonces el permiso de la Conseller¨ªa de Industria que a¨²n est¨¢ en tramitaci¨®n y por qu¨¦ inici¨® la obra, que admite que est¨¢ ¡°pr¨¢cticamente finalizada¡±, antes de recibirlo. Tampoco aclara si su celeridad se debe a su intenci¨®n de abrir el Eje Atl¨¢ntico de la alta velocidad esta primavera. Ante esta situaci¨®n, los vecinos ya solo conf¨ªan en que act¨²e la fiscal¨ªa. ¡°Estamos indefensos ante las Administraciones¡±, sentencia Antonio Rey, uno de los afectados.