Lanbide amenaza con colapsar la protecci¨®n social

Lanbide es un volc¨¢n. Despu¨¦s de tres a?os de huelgas y paros, de infinitas conversaciones, desencuentros y de frustraciones e incertidumbres, sus cerca de 900 empleados pueden entrar en erupci¨®n en cualquier momento. Los cuatro sindicatos vascos lo dejaron meridianamente claro ayer y en el plano sindical suele ser dif¨ªcil tanto acuerdo. Si Funci¨®n P¨²blica no da marcha atr¨¢s con la Relaci¨®n de puestos de Trabajo, y Empleo y Pol¨ªticas Sociales no pacta el modelo de oficina, Lanbide puede estallar, en un momento cr¨ªtico de m¨¢xima actividad, tanto en n¨²mero de parados como en perceptores de la RGI, y su crisis llevar¨ªa al Ejecutivo a una situaci¨®n l¨ªmite.

Los sindicatos no aceptan la RPT, que de 2013 a 2014 ha crecido de 814 puestos a 918, porque no resuelve problemas como los 180 administrativos que gestionan en la actualidad la RGI y que no entran en la relaci¨®n de puestos, y tampoco van a transigir en que las categor¨ªas profesionales sean de las m¨¢s bajas, haciendo caso omiso de un acuerdo que compensaba a esos salarios de algunos colectivos que se incorporaron a Lanbide, cuando el Gobierno de Patxi L¨®pez asumi¨® la transferencia de las pol¨ªticas activas.

Lanbide ha sido cualquier cosa menos estable, desde el minuto uno. Los socialistas asumieron una competencia despu¨¦s de 20 a?os de gobiernos del PNV que se negaban a ello porque no incorporaba una parte de las pasivas, como la gesti¨®n de la Seguridad Social. Ech¨® a andar incorporando a los 450 trabajadores del SEPE, el antiguo INEM, a un centenar de Egailan y a 25 m¨¢s de la Direcci¨®n de Empleo y Formaci¨®n, ambos del Gobierno vasco. 575 trabajadores, en total, que, en un mes se elevaron a los cerca de 900 actuales con la incorporaci¨®n de un centenar de orientadores primero, otros 180 interinos despu¨¦s, estos para gestionar la RGI ¡ªno pueden entrar en la RPT¡ª y que los sindicatos denuncian que se van a ir a la calle dejando a Lanbide en una situaci¨®n cr¨ªtica porque ellos son los que saben como gestionar las ayudas vinculadas al sistema de protecci¨®n social.

Semejante crecimiento se complic¨® al cambiar el Parlamento la forma jur¨ªdica con la que naci¨® Lanbide. Si inicialmente arranc¨® como un ente p¨²blico de derecho privado, m¨¢s flexible, con menor control parlamentario y que permit¨ªa la coexistencia de funcionarios y personal laboral con menos limitaciones, el PNV y el PP ¡ªel PSE aprob¨® finalmente la f¨®rmula aunque present¨® una enmienda para mantenerlo como ente p¨²blico de derecho privado que fue rechazada a finales de 2011¡ª forzaron su transformaci¨®n en un Organismo Aut¨®nomo, complicando la integraci¨®n de los colectivos con los que naci¨®.

El secretario general de UGT, Ra¨²l Arza cree que existen f¨®rmulas para desbloquear el conflicto pero todas pasan por retirar la RPT y que el Gobierno se avenga a negociar. ¡°No es un problema solo de crear plazas, sino de resolver los problemas como los m¨¢s de cien traslados que se pueden producir con el dise?o que est¨¢ haciendo el Gobierno, las 180 personas que se van a ir a la calle y para los que el Gobierno tiene que buscar soluciones, y luego resolver el problema de las bajas retribuciones de una parte de la plantilla a la que la provisionalidad de sus complementos dura ya m¨¢s de tres a?os¡±, dijo el l¨ªder sindical.

El Ejecutivo de ??igo Urkullu sostiene que no puede hablar de personas sino de plazas y el argumento es que con la RPT de 918 plazas cubren toda la plantilla. Los sindicatos discrepan porque ese colectivo de 180 no puede entrar en la relaci¨®n. Pero es que adem¨¢s la mitad de la plantilla de Lanbide son laborales y ese hecho complica su futuro profesional ya que no pueden aspirar a encabezar jefaturas o direcciones porque esos puestos est¨¢n reservados s¨®lo a los funcionarios. Los sindicatos no entienden que de las 525 alegaciones presentadas al decreto que regula la RPT, el Ejecutivo haya considerado s¨®lo 23 y de ellas una vaya a tener reflejo en la normativa. ¡°Hay oficinas con todos eventuales, tienen un problema¡±, advierte Arza.