Peque?os dragones en Madrid
Un grupo de 25 ni?os de China mejora sus habilidades futbol¨ªsticas y aprende castellano
La respuesta es un¨¢nime: Messi. La pregunta: ?Qu¨¦ jugador espa?ol te gustar¨ªa ser? Los que responden: tres chavales, Agust¨ªn, Leo y Chance, delantero, mediocentro y defensa, que, a pesar de sus nombres occidentalizados, son tres j¨®venes promesas (en torno a los 13 a?os) del f¨²tbol chino. Y no estamos en China, sino en La Moraleja, Madrid, donde estos peque?os deportistas, junto con otros 23 compatriotas, pasan el a?o escolar.
El colegio privado Liceo Europeo recibe este a?o por primera vez a un grupo formado por alumnos de la Evergrande Football School, situada en Qingyuan, al sur de China. Es una de las canteras m¨¢s grandes del mundo donde se entrenan unos 3.000 diamantes en bruto del balompi¨¦ de entre los que se ha seleccionado a estos 25 para pasar este a?o escolar y tambi¨¦n los dos siguientes en Espa?a. El a?o que viene llegar¨¢ una nueva remesa para quedarse otros tres cursos. La escuela forma parte del grupo Evergande, al que tambi¨¦n pertenece el Guangzhou Evergrande, actual campe¨®n de la Liga de Campeones de Asia y de la Superliga del gigante asi¨¢tico.
La idea es que los ni?os conozcan la cultura espa?ola
¡°El proyecto no es solo futbol¨ªstico sino educativo. Se trata de que los ni?os, adem¨¢s de mejorar sus habilidades deportivas, conozcan el idioma y la cultura espa?ola¡±, dice Lai Zai Tang, uno de los profesores chinos de los chicos. Porque, aunque estudien en Espa?a, siguen la metodolog¨ªa china, muy exigente, con sus propios profesores, excepto para su inmersi¨®n en la lengua y la cultura espa?olas, a la que dedican hasta 24 horas a la semana. Dicen los chavales que al principio les costaba el espa?ol, pero ya le van cogiendo el tranquillo. Y que sus comidas favoritas son la pasta, la sopa o la carne.
¡°El objetivo¡±, contin¨²a el profesor, ¡°es expandir el f¨²tbol chino, que todav¨ªa no tiene el nivel que desear¨ªamos, aunque ahora el deporte est¨¢ teniendo el respaldo por el nuevo presidente del pa¨ªs, Xi Jingpin, y cada vez es practicado por m¨¢s gente¡±. Han empezado en Espa?a gracias al magnetismo y al apoyo del Real Madrid y pronto comenzar¨¢n una experiencia similar con el Ajax de ?msterdam. Se prev¨¦ que el proyecto contin¨²e con otros clubes de Brasil y Alemania.
Los chavales compaginan las clases con el entrenamiento deportivo y, a veces, se integran en los entrenamientos de algunos clubes juveniles de la regi¨®n, como el Rayo Majadahonda, C.F. Pozuelo, U.D. San Sebasti¨¢n de los Reyes o el CUC Villalba.
EUROPA ES UN HONOR
?Y cu¨¢ndo sean unas m¨¢quinas de darle al bal¨®n, qu¨¦ futuro les espera a estos chavales? ?Quedarse en Europa o regresar a China? ¡°Nuestra preocupaci¨®n es simplemente formarles¡±, responde el profesor Lai Zai Tang, ¡°si deciden quedarse en un club europeo de alto nivel ser¨ªa un honor y siempre podr¨ªan volver para jugar con la selecci¨®n china¡±. De hecho, el presidente Xi, futbolero confeso, espera que la selecci¨®n china, conocida como Los Dragones, pueda llegar a la final del mundial de f¨²tbol en un futuro cercano, seg¨²n declar¨® en una entrevista en 2013.
Espa?a, claro, es un referente: ¡°En China se siguen mucho la liga espa?ola y la Champions League¡±, cuenta uno de los j¨®venes futbolistas, ¡°pero todav¨ªa no hay el nivel de afici¨®n y el ambiente de Espa?a¡±. Eso s¨ª, el trabajo del espa?ol Jos¨¦ Antonio Camacho como seleccionador nacional de China entre 2011 y 2013 no lleg¨® a buen puerto. Por muy espa?ol que fuese. Tal vez faltaba la materia prima que se pretende crear en experiencias como esta.
Si la elecci¨®n de Espa?a como destino se justifica por la potencia futbol¨ªstica patria, la elecci¨®n del colegio tampoco es casual: en el Liceo Europeo apuestan fuerte por el aprendizaje del chino con clases desde los dos a?os. Un idioma que compaginan desde la m¨¢s tierna infancia con el ingl¨¦s y, m¨¢s adelante, con el franc¨¦s y el alem¨¢n. ¡°El escuchar diferentes idiomas, adem¨¢s de servir para su aprendizaje, ayuda a aumentar la plasticidad cerebral¡±, dice Esther Arama, coordinadora de Bachillerato Internacional del colegio, que hace intercambios con el pa¨ªs oriental.
Y no solo es un colegio innovador en esto, sino en otras cosas: sigue los dictados de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza que, a pesar de haber sido fundada por Francisco Giner de los R¨ªos y otros catedr¨¢ticos en 1876, ya preconizaba unos principios pedag¨®gicos que siguen resultando rabiosamente modernos. ¡°Aqu¨ª abogamos por una ense?anza activa que se desarrolle en un clima afectivo¡±, explica Arama, ¡°no utilizamos libros de texto sino que los propios ni?os los van escribiendo y luego comprueban si lo que han escrito es cierto. Tampoco hay deberes durante los primeros a?os. La idea es que los alumnos aprendan a la vez que descubren por s¨ª mismos¡±. En el colegio, que tiene 1.200 alumnos y 127 profesores, hay una iClass en las que los ni?os aprenden con iPads y otra LegoClass, en la que hacen lo propio construyendo con piezas de Lego. Otras tecnolog¨ªas usadas son ordenadores port¨¢tiles o pizarras electr¨®nicas. ¡°No tiene nada que ver con el colegio tradicional donde el profesor dicta un tema y luego se hacen ejercicios¡±, dice Arama.
OPORTUNIDADES DE FUTURO
¡°Me parece importante aprender chino, porque no hay mucha gente que lo hable bien y puede abrir oportunidades de futuro¡±, dice Alejandra L¨®pez, una alumna del Liceo. Ahora los alumnos espa?oles tienen oportunidad de practicar el idioma con sus nuevos compa?eros orientales, a los que adem¨¢s, con motivo del a?o nuevo chino (el pasado d¨ªa 19 de febrero dio comienzo el a?o de la cabra, el 4713 de su calendario lunisolar), agasajaron con una celebraci¨®n. Ese d¨ªa, chinos y espa?oles cantaron, bailaron y recitaron poemas juntos, y el colegio fue decorado con farolillos rojos y motivos orientales para celebrar el inicio del a?o. ¡°Nos gusta hablar con los nuevos compa?eros porque son la novedad¡±, dice Alejandra, ¡°eso s¨ª, a¨²n no les entiendo mucho cuando se ponen a hablar r¨¢pido. Ah, y tampoco podemos jugar mucho al f¨²tbol con ellos, porque son demasiado buenos¡±.
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