Desaparece en un crimen una de las V¨ªrgenes m¨¢s peque?as del mundo
La Guardia Civil busca la figura del siglo XVII de la Virxe do Cristal que custodiaba el p¨¢rroco de Vilanova dos Infantes, hallado muerto esta semana con se?ales violentas

Nadie sabe nada del paradero de la Virxe do Cristal, una de las tallas marianas m¨¢s peque?as del mundo. Las sombras que rodean el crimen de Adolfo Enr¨ªquez, el cura de Vilanova dos Infantes (Celanova, Ourense) asesinado a golpes esta semana sin que nadie oyese o viese nada, envuelven tambi¨¦n esta min¨²scula c¨¢psula de vidrio soplado del siglo XVII y de solo cinco cent¨ªmetros, que el sacerdote guardaba en su vivienda. Tem¨ªa que fuese robada del santuario levantado en el lugar donde un labrador la encontr¨® en 1630. En ese templo, salvo los d¨ªas de culto, hay una r¨¦plica. Anteriormente, en Vilanova ya fue robado un valioso cop¨®n del que nunca m¨¢s se supo.
Cuando hace unos d¨ªas, el hermano del cura, su cu?ada y un vecino entraron en la casa, descubrieron al perro encerrado, el cad¨¢ver en un pajar y el caos. Todo estaba revuelto. Incluso hab¨ªan quitado las s¨¢banas. Don Adolfo sol¨ªa llevar la imagen encima pero, aquel d¨ªa, los investigadores no la encontraron ni en su cuerpo ni en la primera inspecci¨®n. Adem¨¢s de ¨¦l, una monja de Celanova sab¨ªa exactamente en qu¨¦ lugar o lugares de la casa rectoral sol¨ªa esconder la figura. A la muerte, se sum¨® entonces la incertidumbre que consumi¨® la fe de los devotos durante d¨ªa y medio. La polic¨ªa judicial vet¨® la entrada a la vivienda, precintada y vigilada a¨²n hoy. Cuando la religiosa pudo acceder, confirm¨® la temida falta al certificar que tambi¨¦n hab¨ªan profanado el armario en el que ocultaba la Virgen. El arcipreste de la zona tampoco dio con su rastro.
La monja y el cura fraguaron su amistad hace un cuarto de siglo, cuando ella trabajaba como asistente social y ¨¦l echaba una mano a personas necesitadas. ?ltimamente y ante los problemas de o¨ªdo que sufr¨ªa el hombre, incluso lo acompa?aba, de aqu¨ª para all¨¢, a oficios, sepelios y todo tipo de actos. Aunque don Adolfo nunca alert¨® de problema alguno, algunos allegados explican que, desde hace tiempo, estaba ¡°angustiado¡± porque el tel¨¦fono y el timbre sonaban constantemente. ?Qui¨¦n lo llamaba tanto? ¡°Gente extra?a pidiendo dinero¡±, responden. Los vecinos relatan que era demasiado confiado: ¡°La puerta de la casa siempre estaba abierta para cualquiera. Por las noches, incluso dejaba la entrada del patio arrimada para que entrase el perro¡±. En el pueblo, todos sab¨ªan que guardaba la cristalina talla en casa y, unos d¨ªas antes, se la mostr¨® a turistas.
Con la investigaci¨®n bajo secreto sumarial, de las pesquisas solo ha trascendido que el hombre muri¨® a golpes y que el crimen est¨¢ vinculado al robo. El obispado ya ha denunciado formalmente la desaparici¨®n de la Virgen, analizada en varias ocasiones. Y, seg¨²n relata la comunidad religiosa, todos los expertos concluyeron lo mismo: dejando al margen el valor econ¨®mico, su singularidad radica en la complicada ¨Cmilagrosa para los creyentes¨C elaboraci¨®n de la talla con los medios t¨¦cnicos de hace 400 a?os.
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