Asmae, la joven de la mano pintada
Una catalana de origen marroqu¨ª, de 23 a?os, acababa de cumplir de un golpe sus ilusiones: casarse e irse a vivir a Alemania. El marido, de 24 a?os, tambi¨¦n falleci¨®
Una forense llam¨® anoche a casa de los Ouahhoud, en La Llagosta, un municipio del cintur¨®n industrial de Barcelona. "Quer¨ªa saber muchas cosas: el aspecto de mi hermana, qu¨¦ ropa llevaba, si ten¨ªa alg¨²n rasgo especial...", cuenta Khadija desde el umbral del piso familiar, donde resuenan suras del Cor¨¢n. "Mi madre se tranquiliza al escucharlas", dice Khadija, que se mira con atenci¨®n las manos. S¨ª hay, al fin y al cabo, un detalle que puede ayudar a identificar a su hermana en los Alpes franceses: la henna, el tatuaje natural que las mujeres marroqu¨ªes lucen en ocasiones especiales. Como el d¨ªa de su boda.
Asmae Ouahhoud el Allaoui, marroqu¨ª de origen -naci¨® en Nador- pero catalana de toda la vida -lleg¨® a La Llagosta con cuatro a?os- llevaba las manos pintadas cuando se cas¨®, el s¨¢bado, con Mohammed Tahrioui. Una prima de ¨¦l les present¨® hace poco m¨¢s de un a?o. Se enamoraron y convinieron en pasar la vida juntos. Celebraron el enlace con un gran banquete, seg¨²n las costumbres magreb¨ªes, en el restaurante Lar o'Marulo de Badalona. La fiesta, con 200 invitados, se alarg¨® hasta las tres de la madrugada. Asmae se march¨® en limusina. "Estaba content¨ªsima, todo hab¨ªa ido genial. Hab¨ªa cumplido su sue?o de casarse e irse a vivir a Alemania", dice Khalija, que a¨²n no se explica un contraste tan brutal de emociones en apenas 48 horas.
"Desde El Prat, nos envi¨® un Whatsapp. Nos dio las gracias por la boda y nos dijo que nos quer¨ªa "
El camino en com¨²n de Asmae (23 a?os) y Mohammed (24) iba a empezar el mismo martes y ten¨ªa como destino final Duisburg, una localidad alemana a 15 minutos en coche de D¨¹sseldorf. Ella, administrativa, y ¨¦l, que viv¨ªa desde hac¨ªa seis a?os en Alemania y hab¨ªa prosperado en una empresa de automoci¨®n, subieron el martes por la ma?ana al avi¨®n de Germanwings que se estrell¨® en Francia. "El domingo hicimos una celebraci¨®n familiar y el lunes, como estaban cansados, se quedaron a dormir en casa. Al ir al aeropuerto, me vieron dormida y no me despertaron", cuenta Khadija, interrumpida a ratos por el cari?o de los vecinos.
Vecinos como Reme, su marido y su hija, que llevan a la familia un ramo de flores con una inscripci¨®n en ¨¢rabe. "No sabemos si est¨¢ bien escrito", dice Reme. "Tranquila, yo no hablo ¨¢rabe", sonr¨ªe la quinta de los seis hermanos Ouahhoud. La Llagosta es un peque?o municipio de edificios viejos, feos y sin ascensor, pero donde los vecinos a¨²n se conocen. Las dos se funden en un abrazo.
Khadija estaba sola en el piso cuando escuch¨® la noticia del siniestro. No pens¨®, o no quiso pensar, que su hermana iba en ese avi¨®n. "Pens¨¦ que Duisburg ten¨ªa aeropuerto. Me equivoqu¨¦", explica mientras trata de contener las l¨¢grimas. La joven pareja de reci¨¦n casados lo ten¨ªa ya todo preparado: una casa para entrar a vivir y una familia que les esperaba en D¨¹sseldorf para volver a celebrar, esta vez con la familia del novio, la buena nueva del casamiento. Algunos familiares vinieron a la boda catalana desde Alemania, pero regresaron en coche.
Alemania hab¨ªa estado en la mente de Asmae desde que pas¨® seis meses en Frankfurt con un t¨ªo suyo. "Quer¨ªa irse de aqu¨ª, viajar... Es una chica independiente, que f¨ªsicamente parece poca cosa pero es muy fuerte", explica una amiga. De la fortaleza de Asmae precis¨® su familia cuando, hace cuatro a?os, el padre muri¨® en un accidente de tr¨¢fico en Marruecos. "Mi hermana se encarg¨® de todo: animar a mi madre, arreglar la burocracia... Para m¨ª es como una madre tambi¨¦n", dice Khadija. Mientras ella a¨²n dorm¨ªa, Asmae escribi¨®, desde el aeropuerto de El Prat, en el grupo de WhatsApp que comparten las cuatro hermanas: "Nos dio las gracias por todo y nos dijo que nos quer¨ªa mucho. Parece que supiera lo que iba a pasar".
Cuarta de los seis hermanos, Asmae se pag¨® ella sola el carnet de conducir. Complet¨® un ciclo superior como administrativa, estudi¨® sin ¨¦xito farmacia y trabaj¨® un tiempo en la f¨¢brica de Mango en Parets. "No dejaba que la gente la ayudara", afirma su hermana. ?ltimamente ayudaba en la tienda de ropa que, a escasos metros del piso, acababa de abrir uno de sus dos hermanos varones. Esta ma?ana, la persiana estaba bajada: "Cerrado por motivos familiares hasta final de mes". Los dos hermanos han tenido que renovar el pasaporte -la burocracia es inoportuna- pero ya est¨¢n en los Alpes
Los Ouahhoud (cuatro chicas y dos chicos) fueron los primeros magreb¨ªes que se inscribieron en la escuela p¨²blica Joan Maragall. All¨ª han estudiado todos, pero la directora del centro recuerda con un cari?o especial a Asmae, "una ni?a que era todo dulzura, agradable y muy callada". Esta ma?ana, Asmae ha vuelto al colegio. La foto que le tomaron al acabar sexto de Primaria ha presidido el homenaje que hoy le han rendido los alumnos, que se han dado las manos formando un c¨ªrculo y han guardado el mismo silencio respetuoso con el que la joven escuchaba en clase.
La familia agradece las muestras de cari?o y solo pide la m¨¢xima celeridad. "Queremos que nos faciliten las cosas para repatriar el cuerpo a Marruecos, enterrarla y poder descansar", dice Nadia, la hermana mayor. La cabeza de Nadia, que tambi¨¦n luce la henna, no para de dar vueltas. "Te haces muchas preguntas, quieres saber c¨®mo fue, si sufri¨®... Cuando ves un accidente as¨ª te da pena, pero nunca piensas que te va a pasar a ti". Su Facebook delata que su vida era muy distinta hace apenas tres d¨ªas: "Qu¨¦ bien lo hemos pasado en la boda, estoy content¨ªsima".
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