La cuenta atr¨¢s de Susana D¨ªaz

No hay ni un solo pa¨ªs que podamos considerar de los m¨¢s avanzados del mundo ¡ªa los que hemos de parecernos para poder vivir los ¡°mejores a?os¡± que nos prometi¨® Susana D¨ªaz nada m¨¢s ganar las elecciones¡ª que haya llegado a serlo sin una administraci¨®n p¨²blica eficaz, transparente y al servicio efectivo de los intereses generales. Algo que no tenemos en Andaluc¨ªa como acaba de poner de relieve el audio que delata su vergonzoso uso clientelar por parte de la ex delegada de Empleo de la Junta de Andaluc¨ªa en Ja¨¦n, candidata del PSOE el pasado 22-M y en las pr¨®ximas municipales, o la carta a los funcionarios de la delegada de Educaci¨®n en C¨®rdoba.

Los andaluces no viviremos tiempos mejores sino que volveremos a las peores ¨¦pocas del caciquismo si no se extirpan de ra¨ªz esas conductas y si sus responsables no pagan el da?o que est¨¢n produciendo. Y lo cierto es que con Susana D¨ªaz no se ha avanzado lo suficiente en ese sentido. Ni en su calidad de secretaria general ha impuesto en su partido mecanismos de selecci¨®n que eviten la promoci¨®n de personas que act¨²en de modo tan bochornoso, ni como presidenta ha reformado nuestra administraci¨®n p¨²blica para evitar ese tipo de cosas. M¨¢s bien lo contrario, como lamentablemente demuestran bastantes de sus nombramientos.

A la vista de este nuevo esc¨¢ndalo y en plena negociaci¨®n de investidura con los dem¨¢s partidos, parece imprescindible que Susana D¨ªaz muestre algo m¨¢s que buenas palabras para que no solo los dirigentes pol¨ªticos sino el conjunto de la ciudadan¨ªa puedan confiar en que tiene algo m¨¢s que prop¨®sitos a la hora de combatir las malas pr¨¢cticas y los brotes podridos que es evidente que hay en su partido.

Es ya impostergable el acuerdo entre todas las fuerzas pol¨ªticas (porque a todas les afecta y para que no haya vuelta atr¨¢s) que impida el uso partidista de las administraciones. Hay que profesionalizar la funci¨®n p¨²blica y dimensionarla en virtud de su utilidad social y no de la de los partidos. Hay que poner en su sitio el sector p¨²blico instrumental (fundaciones, consorcios...) para hacerlo ¡°eficiente y coherente¡±, como en su anterior investidura prometi¨® hacer la presidenta pero no ha hecho. Hay que hacerla transparente, pero no solo un poco, y someterla a un constante control ciudadano e independiente y no de empleados de los propios partidos que la usan para sus intereses, como ocurre con la C¨¢mara de Cuentas.

A nuestra presidenta le llega la hora de la verdad, en la que ha de ofrecer hechos y no solo humo. Debe poner sobre la mesa algo grande y realmente convincente si quiere que podamos creer que lucha de veras contra la corrupci¨®n que ha brotado y brota tan cerca de ella.