La industria presiona a los ganaderos para bajar m¨¢s el precio de la leche

El precio del litro de leche que cobra un ganadero gallego, 30 c¨¦ntimos de media frente a 33 en el resto de Espa?a y 36 en Europa, est¨¢ en ca¨ªda libre desde principio a?o. Y en lugar de aparecer como una oportunidad el final, hoy, de tres d¨¦cadas de cuotas l¨¢cteas que limitaban la producci¨®n nacional pese a estar un 25% por debajo del consumo, hace temer lo peor a los profesionales, que ya no consiguen cubrir costes de unas granjas con, pese a todo, enorme potencial. Galicia produce el 40% de la leche nacional. Los ¨²ltimos d¨ªas fueron de infarto: industrias l¨¢cteas han estado presionando a los ganaderos con contratos basura que reducen a 28, 27 o incluso 21 c¨¦ntimos el precio del litro. Uno de los mayores grupos europeos del sector no da opci¨®n alguna a la negociaci¨®n, pese a ser obligatoria. La amenaza siempre es la misma, aprovechando que se trata de un producto perecedero e imposible de guardar m¨¢s all¨¢ de un par de d¨ªas: ¡°O firmas antes de la liberalizaci¨®n del mercado hoy, 1 de abril, o dejo de recogerte la leche¡±.

?Frente a ese ambiente de coacci¨®n movieron ayer ficha tanto el Ministerio de Agricultura, con una circular, como el sindicato mayoritario, Uni¨®ns Agrarias (UU AA), cuya organizaci¨®n, bajo el nombre de Ulega, agrupa m¨¢s de una quinta parte de las granjas gallegas (2.200 de 10.000) y 585.000 toneladas de leche. Hay obligaci¨®n, seg¨²n un reciente decreto ministerial, de sentarse a negociar contratos con precios estables para todo el a?o y queda todo abril para hacerlo. Agricultura, que defiende ese modelo de contratos anuales para garantizar estabilidad de precios cuando se prev¨¦ un fuerte incremento de producci¨®n, recuerda en su circular que la fecha l¨ªmite no es hoy, 1 de abril. Y a?ade que es obligatorio que industrias y productores negocien.

UU AA va m¨¢s all¨¢ y advierte que pedir¨¢ la nulidad, por ilegal, de todo contrato con precio m¨ªnimo firmado bajo coacci¨®n. Su secretario general, Roberto Garc¨ªa, no cree que ninguna empresa se atreva hoy a dejar de recoger la leche. ¡°Ser¨ªa una declaraci¨®n de guerra¡±, apunta. El sindicato y Ulega dan de plazo hasta el d¨ªa 10 a las industrias para que presenten una propuesta escrita y luego se sentar¨¢n a negociarla. Los contratos tendr¨ªan efecto retroactivo, al d¨ªa 1. Los ganaderos est¨¢n que trinan con el retraso del ministerio en regular la nueva campa?a, ya libre de cuotas, y las ¡°inseguridades administrativas¡± con las que comienzan abril. La petici¨®n de UU AA de una moratoria de un mes no obtuvo respuesta. Y la Xunta, en vez de actuar de mediadora para evitar posiciones de dominio en la negociaci¨®n de los precios, se lava las manos. Asegura que carece de competencia. ¡°Pero igual que va a M¨¦xico a negociar la construcci¨®n de barcos para astilleros, bien podr¨ªa sentarse con el sector l¨¢cteo para evitar que ninguna de las partes domine la negociaci¨®n¡±, reprocha Garc¨ªa.

Los sindicatos insisten en las argucias de las industrias para saltarse a la torera el decreto ministerial que les obliga a negociar contratos anuales. Hay compradores que ofrecen al granjero solo adquirirle una parte de la leche al precio medio, que cay¨® en el ¨²ltimo a?o un 22% hasta alcanzar niveles de 2012. Y de pagar el resto a¨²n muy por debajo para destinarlo a mantequilla y leche en polvo. La Federaci¨®n Nacional de Industrias L¨¢cteas (Fenil) declina dar su versi¨®n. Pero el pasado viernes, en unas jornadas en Oleiros (A Coru?a) organizadas por el grupo Terra e Leite, y en presencia del secretario general de Agricultura, Carlos Cabanas, y altos cargos de la Xunta, se quej¨® de la excesiva rigidez de las normas. Su director, Luis Calabozo, critic¨® sin paliativos tener que negociar contratos. Pero nada dijo de la excesiva debilidad y desfase de una industria que, a diferencia de otros pa¨ªses o de los ganaderos que s¨ª hicieron sus deberes para modernizarse y ganar en competitividad, apenas invirti¨® en fortalecerse con la fabricaci¨®n de productos l¨¢cteos adem¨¢s del simple envasado de leche fresca.