La sinagoga de Madrid, la discreta casa de los jud¨ªos en la capital
El templo fue visitado por Albert Einstein, Camilo Jos¨¦ Cela o los Reyes de Espa?a
La mezquita de la M-30, la catedral de la Almudena, ?la sinagoga de Madrid? S¨ª. Existe; y est¨¢ ubicada en pleno coraz¨®n del distrito de Chamber¨ª, en la calle de Balmes, aunque resulta bastante desconocida entre los madrile?os. Tanto es as¨ª, que diversos cronistas de la Villa ignoran su historia y alg¨²n vecino del barrio desconoce su existencia. Puede que se deba a las estrictas medidas de seguridad que marcan el pulso de la sinagoga madrile?a o a que est¨¢ parapetada en un discreto rinc¨®n, sin nombre que indique que se trata del principal centro de culto hebreo de parte de los ¡°alrededor de 10.000 jud¨ªos que viven en Madrid¡±, seg¨²n estima Raphael Benatar, secretario general y portavoz de la Comunidad Jud¨ªa de Madrid (CJM).
¡°Aunque es dif¨ªcil acertar con la cifra, porque no todos los jud¨ªos que viven en la capital son miembros de la Comunidad Jud¨ªa de Madrid y en Espa?a hay alrededor de 40.000¡±, aclara Benatar.
La puerta de la sinagoga de la calle de Balmes en Madrid est¨¢ flanqueada por dos estrellas de David y a unos metros est¨¢ aparcado un furg¨®n de la polic¨ªa. Los vecinos del barrio cuentan que la presencia policial al lado de la sinagoga es habitual. Y es que, este centro de reuni¨®n jud¨ªa, cuya primera piedra se coloc¨® el 10 de marzo de 1968, es objeto de pintadas con alusiones antisemitas y sufri¨® un atentado con bomba ¡°el 24 de diciembre de 1976, que provoc¨® graves destrozos y que creemos fue obra de la extrema derecha¡±, explica Uriel Mac¨ªas, jud¨ªo madrile?o, antiguo secretario general de la Comunidad Jud¨ªa de Madrid y coautor del ¨²nico libro que recoge documentaci¨®n contempor¨¢nea sobre los hebreos madrile?os: La comunidad jud¨ªa de Madrid.
El edificio es el principal centro de culto de los 10.000 jud¨ªos de la ciudad
La discreci¨®n y sobriedad de la sinagoga de Chamber¨ª concuerdan con su interior y con la esencia de la comunidad jud¨ªa madrile?a, cuyo portavoz, Benatar, describe como ¡°discreta, culturalmente activa, peque?a, social y muy madrile?a¡±. El acceso al edificio de culto hebreo tiene aspecto de b¨²nker, sin ventanas y con estrictas medidas de seguridad. Pero, al entrar, se respira un ambiente acogedor y se descubre un peque?o museo donde se explica la andadura de la comunidad jud¨ªa madrile?a.
La sinagoga de la calle de Balmes no es la ¨²nica que hay en Madrid. En la capital, hay otros tres centros de culto hebreo, de tama?o m¨¢s peque?o, situados en Chamart¨ªn, La Moraleja y Arturo Soria.
Hay a?os que marcan la memoria colectiva de un pueblo y es el caso de 1492 para los jud¨ªos espa?oles. Tras su expulsi¨®n, la comunidad hebrea madrile?a regres¨® a la capital, de manera t¨ªmida, en 1870, comenzaron a oficiarse servicios religiosos en una casa privada, m¨¢s tarde, en 1917, se estableci¨® una peque?a sinagoga en la calle del Pr¨ªncipe (cerca de la plaza de Santa Ana), trasladada en 1949 a la calle del Cardenal Cisneros y en 1959 a la calle de Pizarro.
Entre esos a?os, en concreto en 1923, Albert Einstein visit¨® Madrid y fue recibido y homenajeado por la comunidad jud¨ªa, ¡°aunque su estancia en la sinagoga de la calle de Balmes no tuvo eco en los medios de comunicaci¨®n del Madrid de aquel entonces¡±, se lamenta Uriel Mac¨ªas. Tambi¨¦n recibi¨® a personalidades del mundo de la cultura o de la pol¨ªtica como Camilo Jos¨¦ Cela, Benjam¨ªn Netanyahu o los anteriores reyes de Espa?a, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa.
Las sinagogas madrile?as son las principales referencias que determinan la presencia jud¨ªa en Madrid, pero no se trata de las ¨²nicas, porque hay otras huellas hebreas repartidas por la capital y su Comunidad, muchas de ellas asociadas al descanso eterno, como: la placa conmemorativa a los brigadistas jud¨ªos en el cementerio de Fuencarral, el cementerio hebreo en Hoyo de Manzanares o el espacio cedido por el Ayuntamiento de Madrid en el cementerio civil de La Almudena a la comunidad jud¨ªa de la ciudad para albergar los restos mortales de los hebreos que quieren descansar en paz en Madrid.
Tor¨¢s y ¡®kip¨¢s¡¯
La sinagoga de Chamber¨ª es un centro de reuni¨®n social y no s¨®lo de culto. En sus instalaciones se realizan actividades educativas, como cursos de inform¨¢tica para los mayores o culturales, conferencias y charlas. El sal¨®n principal de culto del edificio es, tambi¨¦n, un lugar de celebraci¨®n de diversos eventos sociales. Es el caso del homenaje y bienvenida a visitantes ilustres, como presidentes o ministros israel¨ªes.
Las normas de las sinagogas pueden variar de unas a otras, pero ciertas cuestiones son preceptivas, como que el edificio est¨¦ orientado al Este, hacia Jerusal¨¦n, o el no poder representar a Dios en im¨¢genes. Tampoco se suele escuchar m¨²sica, aunque s¨ª est¨¢ permitido cantar.
Otra peculiaridad de este centro de culto hebreo madrile?o es que las mujeres se sientan en la planta de arriba y los hombres en la de abajo, algo que no tiene por qu¨¦ ocurrir en todas las sinagogas. Lo que s¨ª es preceptivo para los varones jud¨ªos es portar la kip¨¢ o gorrito redondo que se coloca en la coronilla y que es un s¨ªmbolo de humildad ante Dios.
Algo que no puede faltar en ninguna sinagoga es una o varias Tor¨¢s. Suelen estar donadas por miembros relevantes de la comunidad jud¨ªa.
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