Los carteles del t¨®rrido cine Alba
Una muestra recoge 25 a?os de arte naif al servicio de la ¨²ltima sala X de Madrid
Si uno entraba a ver Me fui al ba?o y me hicieron un apa?o, ya sab¨ªa con lo que se iba a encontrar. Los t¨ªtulos de la sala X de Duque de Alba, hasta hace d¨ªas la ¨²ltima superviviente en la capital, no dejaban lugar a duda. Como tampoco los carteles que, durante m¨¢s de dos d¨¦cadas, han ejercido de inconfundible reclamo en la entrada de la sala, cerca de la plaza de Tirso de Molina, en el palacete que serv¨ªa antiguamente de sede del diario El Imparcial.
El ¨²ltimo cine er¨®tico de Madrid cerr¨® sus puertas el 8 de marzo, pero sus ic¨®nicos p¨®sters promocionales siguen en cartel: podr¨¢n verse hasta el 21 de abril en La Factor¨ªa de Papel (Buenavista, 8). Adem¨¢s, se pueden comprar online (150 euros; ya hay varios agotados) en la Gunter Gallery.
Todos estos carteles salieron de la imaginaci¨®n de Rafael S¨¢nchez, proyeccionista y maestro de ceremonias de la sala, que comenz¨® a dibujarlos a principios de los a?os noventa ante la prohibici¨®n de exhibir material promocional expl¨ªcito de pel¨ªculas porno. S¨¢nchez ha pasado tres d¨¦cadas deambulando entre los s¨®rdidos pasillos de la sala o encerrado en un peque?o cuarto desconchado: la habitaci¨®n de la planta superior en la que pon¨ªa su arte autodidacta al servicio de t¨ªtulos como Ensalada en colegio femenino, que no falte pepino. All¨ª, armado con cartulinas blancas y rotuladores Edding 3000, ha dibujado los carteles, a medio camino entre lo naif y lo t¨®rrido, que hoy comparten galer¨ªa con artistas consagrados como Ricardo Cavolo o Boa Mistura.
S¨¢nchez, que salv¨® muchos de sus trabajos de la caldera de carb¨®n que calentaba el cine, recuerda bien c¨®mo despert¨® su inspiraci¨®n: ¡°Siempre he sido el encargado de las luces y la electricidad del cine. Un d¨ªa me met¨ª en un cuarto y empec¨¦ a fantasear a partir de los t¨ªtulos...¡±. Fue consciente de la trascendencia de su obra cuando descubri¨® que, durante un recorrido tur¨ªstico por el barrio, el gu¨ªa paraba a su s¨¦quito frente a las puertas del cine: paraba para contemplar su trabajo.
¡°Soy un cin¨¦filo enamorado de la sesi¨®n continua. La ¨²nica diferencia con el cine convencional es que en la pantalla de los Alba las im¨¢genes eran m¨¢s divertidas¡±, bromea. Sus carteles, que el a?o pasado ya fueron expuestos en el pasillo del cine, atrajeron antes la atenci¨®n de Omar A. Razzak, autor del documental Paradiso (2013), presentado en el Festival de M¨¢laga, y cuya proyecci¨®n protagoniz¨® la ¨²ltima sesi¨®n del Alba. Recientemente, el fanzine D¨²o, editado por el colectivo Nophoto, ha dedicado a los carteles su ¨²ltimo n¨²mero monogr¨¢fico.
¡°Desde el principio nos sentimos atra¨ªdos por el estilo de Rafael, que remite al Madrid m¨¢s p¨ªcaro¡± comenta Marta Fern¨¢ndez, de la Gunter Gallery. ¡°Puede parecer rudimentario, pero es muy personal y ha tenido la capacidad de calar en el imaginario de todos los que, durante a?os, han pasado por delante de las puertas del cine aunque nunca hayan entrado en ¨¦l¡±, a?ade.
Nacido como cine de barrio en 1941 y dedicado a las pel¨ªculas de destape entre 1979 y 1984, el Alba fue reconvertido en sala X en 1986. En su vest¨ªbulo se acumulan, desde su clausura, los desperdicios a la espera de una oferta para reabrir una sala con capacidad para 300 personas ¡ªa la Inmobiliaria Noroeste Barrag¨¢n, due?a del inmueble, han llegado propuestas para albergar un nuevo cine y un teatro¡ª. Un humilde cartel sirve a S¨¢nchez como despedida a sus parroquianos habituales, en su mayor¨ªa varones de m¨¢s de 50 a?os dispuestos a pagar ocho euros por una entrada y algo de compa?¨ªa: ¡°Por exigencias del gui¨®n hemos recorrido juntos un camino que empez¨® con Casablanca, pas¨® por la S de Emmanuel y termin¨® en la X de Rocco y compa?¨ªa¡±, recuerda S¨¢nchez. ¡°La vida es un sue?o y mi sue?o es un cine de sesi¨®n contin¨²a en el que se apagan las luces y nunca acaba la funci¨®n¡±.
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