Barber¨¢ cierra un mandato negro para las concesiones municipales

El Ayuntamiento de Valencia ha salido escaldado estos cuatro a?os por el estrepitoso fracaso de un pu?ado de concesiones encargadas de la gesti¨®n de bienes y servicios p¨²blicos. Unos gestores han ca¨ªdo por las dificultades financieras, otros sencillamente no han pagado el canon ni cumplido los pliegos de condiciones. En ambos casos, las arcas municipales se han resentido del fracaso de las concesiones.

El ¨²ltimo caso es la rescisi¨®n del contrato de gesti¨®n del Teatre El Musical (TEM) del Cabanyal a la firma Crystal Forest, que administra el productor televisivo Jos¨¦ Luis Moreno, que acaba de entregar las llaves de la sala al Consistorio dos a?os antes de la extinci¨®n del contrato. Moreno se hizo con la explotaci¨®n del teatro municipal en 2013 en concurso con otras tres experimentadas compa?¨ªas. Ofreci¨® una rebaja del 18% sobre el presupuesto de adjudicaci¨®n ¡ª462.000 euros¡ª por cuatro a?os. Se impuso la oferta econ¨®mica m¨¢s ventajosa.

Los problemas no tardaron en aflorar y a los vaivenes en la programaci¨®n se unieron los impagos de impuestos y cuotas sociales por parte del productor televisivo, incumplimiento suficiente para anular el contrato de concesi¨®n. En previsi¨®n de un desastre mayor y vistos fiascos anteriores, la Concejal¨ªa de Cultura retiene desde julio de 2013 los pagos por la explotaci¨®n, que suman unos 490.000 euros y que no se abonar¨¢n a Crystal hasta que no acredite que ha pagado los impuestos y las cuotas de los trabajadores.

La edil de Cultura, Mayr¨¦n Beneyto prepara un pliego para volver a sacar la sala a concurso donde se d¨¦ m¨¢s importancia a la experiencia que a la propuesta econ¨®mica.

El Consistorio no ha sufrido menoscabo econ¨®mico con Crystal porque retuvo los pagos a tiempo, pero s¨ª con la concesi¨®n de la Piscina de Valencia, construida en 1963, y explotada por el grupo hostelero de la familia Barrachina. La piscina est¨¢ cerrada desde el verano de 2014 por el deterioro de sus instalaciones y por la suspensi¨®n de pagos del gestor. Para facilitar su adjudicaci¨®n, el Gobierno local ha segregado el negocio hostelero ¡ªm¨¢s rentable¡ª del deportivo. Al primero se presentan siete ofertas, al segundo, nadie todav¨ªa porque el pliego debe corregirse por un error.

La oposici¨®n ha cargado contra el Gobierno local de Rita Barber¨¢ por mirar hacia otro lado cuando el empresario no pagaba el canon, ni el IBI ni las cuotas sociales y tributarias. Tampoco mantuvo en buen estado el recinto y el futuro gestor deber¨¢ invertir 3,1 millones de euros en su actualizaci¨®n. Barrachina ha dejado una deuda con el Ayuntamiento de aproximadamente 350.000 euros. El asunto deriv¨® en esc¨¢ndalo cuando trascendi¨® que el Consistorio sigui¨® contratando con este grupo pese a los abultados impagos.

La Televisi¨®n Municipal de Valencia, que comenz¨® sus emisiones en 2007, hizo aguas a principios de 2012. ¡°No es viable¡±, dijo entonces el equipo de gobierno. Se liquid¨® con 167.000 euros de p¨¦rdidas y el Consistorio solo ha recuperado unos 45.000 euros del m¨¢s de medio mill¨®n de euros invertidos en el canal. La explotaci¨®n de la televisi¨®n se otorg¨® a Gerencia de Ondas 13 pero al poco la firma Producciones Audiovisuales Digitales de Alicante, controlada por el empresario Jos¨¦ Luis Ulibarri, salpicado por el caso G¨¹rtel, se hizo con el 85% de las acciones de la concesionaria.

Y otro fallido. El Ejecutivo local se vio obligado a realizar una modificaci¨®n de cr¨¦dito de 762.000 euros para hacer frente a las cuotas sociales de la plantilla de Cleop-Servicleop, encargada del servicio de la gr¨²a municipal. Eran cantidades pendientes de 2014, que coinciden con el final de la concesi¨®n municipal. El Consistorio es responsable subsidiario de los impagos de la contrata, en concurso de acreedores.

El servicio de retirada de veh¨ªculos de la v¨ªa p¨²blica no era rentable para la ciudad. En 2011, el Ayuntamiento pag¨® a la concesionaria 1,3 millones de euros m¨¢s de lo que ingresaba, algo ¡°ins¨®lito¡±, en palabras de la oposici¨®n, que denunci¨® que tampoco se cumpl¨ªan otras condiciones del pliego, como el n¨²mero de bases para veh¨ªculos, n¨²mero de trabajadores o inversiones en inform¨¢tica.

Otros dos ejemplos del atasco con las concesiones es el cierre y posterior adjudicaci¨®n del polideportivo de la Rambleta, el retraso de casi 10 a?os en la adjudicaci¨®n del servicio de fuentes ornamentales, o los problemas surgidos en la gesti¨®n de los aparcamientos.