Una ¡®Carmen¡¯ rubia e islandesa
El core¨®grafo Johan Inger presenta su versi¨®n de la novela de M¨¦rim¨¦e para la Compa?¨ªa Nacional de Danza
El amor trajo a Espa?a al core¨®grafo Johan Inger (1967). Concretamente a Sevilla, donde vive con su esposa y sus hijos desde hace unos a?os. Nada en su obra como core¨®grafo ten¨ªa un tinte espa?ol. Hasta ahora. Inger presenta con la Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND) su versi¨®n de Carmen, un ballet, que estar¨¢ en cartel en el teatro de la Zarzuela hasta el 19 de abril.
Inger creci¨® interpretando diferentes roles del ballet El Lago de los Cisnes. Su carrera como bailar¨ªn y core¨®grafo lo llev¨® de su Estocolmo natal a Canad¨¢, donde termin¨® sus estudios. Despu¨¦s pas¨® por Holanda, al servicio de la afamada compa?¨ªa Nederlands Dans Theater (NDT), primero como bailar¨ªn y, desde hace cinco a?os, como core¨®grafo asociado. Y entre medias dirigi¨® la compa?¨ªa sueca Cullberg Ballet. Ahora se atreve con Carmen. ¡°La idea de este proyecto naci¨® hace dos a?os, cuando el director de la CND, Jos¨¦ Carlos Mart¨ªnez, me propuso crear una obra para la compa?¨ªa. Ya hab¨ªa trabajado antes con ellos, en 2012 con la reposici¨®n de mi coreograf¨ªa Walking Mad¡±, cuenta Inger. Mart¨ªnez le invit¨® a elegir entre los ballets Don Quijote, Espartacus y Carmen. Inger se inclinaba por Espartacus, por la m¨²sica voluminosa de Aram Jachaturian, que le inspiraba hacer una danza igualmente robusta. Sin embargo, tras una charla con Mart¨ªnez, la elecci¨®n final recay¨® sobre Carmen. ¡°Jos¨¦ consider¨® que Espartaco era un poco distante para el p¨²blico espa?ol¡±, comparte Inger.
Mi Carmen no es la femme fatale casi apocal¨ªptica de cabellos y ojos negros Johan Inger
Una vez tomada la decisi¨®n, la siguiente preocupaci¨®n del artista fue ofrecer una nueva interpretaci¨®n de la historia. ¡°Ya existen varias versiones en danza de la ¨®pera Carmen [de Bizet], por lo que me pregunt¨¦ si era necesario crear una m¨¢s¡±. As¨ª, el core¨®grafo decidi¨® centrarse en la novela de Prosper M¨¦rim¨¦e, sobre la que se basa la ¨®pera, y dar prioridad a la figura de Don Jos¨¦, el protagonista que pierde la cabeza por la sensual gitana hasta el punto de cometer un crimen pasional. ¡°Me interes¨® el periplo personal de Don Jos¨¦ y no tanto mostrar la faceta de femme fatale de Carmen; una mujer casi apocal¨ªptica, de cabellos y ojos negros. Mi Carmen es rubia e islandesa¡±, dice Inger en alusi¨®n a Emil¨ªa Gislad?ttir, la bailarina que la interpreta.
¡°Si la historia fuera escrita hoy, la perspectiva ser¨ªa distinta. Carmen es una mujer libre en esencia; vive su sexualidad sin que le importe ning¨²n tipo de compromiso¡±, analiza Inger. ¡°Mentalmente, casi me remont¨¦ a los a?os sesenta y pens¨¦ en la liberaci¨®n sexual y la manera en que la mujer empez¨® a controlar su cuerpo y su vida sin las restricciones sociales de los a?os anteriores¡±, a?ade.
Acercarse a trav¨¦s de la danza a una narrativa y unos personajes fijos represent¨® otro desaf¨ªo para el core¨®grafo. Sus obras hasta ahora exhib¨ªan una preocupaci¨®n por temas abstractos, por desarrollar un nuevo vocabulario de la danza que reuniera tanto elementos cl¨¢sicos como otros m¨¢s contempor¨¢neos.? ¡°Con Carmen tuve que elaborar pasos que definieran un personaje. El tema de la violencia de g¨¦nero y, en general, la agresi¨®n me exigieron colocarme en un contexto que no conoc¨ªa¡±, dice el artista.
La composici¨®n musical ofrece una novedad: el core¨®grafo utiliza la partitura de Bizet y Shchedrin, pero a?ade el trabajo de Marc ?lvarez, una partitura ¨²nica y exclusiva realizada para la Carmen de Inger.
?Video del ensazo de la obra 'Carmen' de Johan Inger para la Compa?¨ªa Nacional de Danza.
Los pasos de un core¨®grafo
La visi¨®n art¨ªstica de Johan Inger se ha consolidaddo en los ¨²ltimos diez a?os. Cuando se inici¨® como director del Cullberg Ballet en 2003, su obra segu¨ªa un poco la l¨ªnea de Mats Ek, hijo de Birgit Cullberg que fund¨® la compa?¨ªa en 1967. La coreograf¨ªa de Ek destaca por el virtuosismo acompa?ado de gestos cotidianos que transmiten una fragilidad y personifican a los bailarines. "Mats y yo compartimos una misma cultura, los dos somos suecos. No he bailado nunca sus obras pero si las de su madre. Imitar su estilo fue casi org¨¢nico", revela el artista y continua: "No hice un esfuerzo por negar esas similitudes, pero despu¨¦s de un tiempo fu¨ª en b¨²squeda de mi propia visi¨®n".
Desde el a?o 2005 esa b¨²squeda propia se hizo evidente. As¨ª por ejemplo su obra Position of Elsewhere en la que fluyen elementos arquitect¨®nicos en su escenogra¨ªfa y una danza din¨¢mica de l¨ªneas largas como en la danza cl¨¢sica pero con un dinamismo contempor¨¢neo.? Su ¨²ltima creaci¨®n para el Nederlands Dans Theater, B.R.I.S.A, es seg¨²n Inger la expresi¨®n de su visi¨®n actual "una s¨ªntesis de lo s¨²til y fr¨¢gil con lo fuerte y robusto".
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