Una tarta con 40 velas entre libros
La librer¨ªa Rafael Alberti cumple cuatro d¨¦cadas desde su apertura
"A veces vienen clientes a darme la mala noticia: 'me han regalado un libro electr¨®nico, as¨ª que adi¨®s'. Pero luego siempre regresan a comprar libros en papel", dice Lola Larumbe. La aparici¨®n del ebook es solo uno de los ¨²ltimos cap¨ªtulos de la dilatada historia de la librer¨ªa Rafael Alberti (Tutor, 57) que en 2015 cumple 40 a?os.
La abri¨® en 1975 Enrique Lagunero (su hermano Teodulfo es conocido por haber sido financiador del Partido Comunista durante la Transici¨®n y el hombre que trajo a Espa?a a Santiago Carrillo aquella vez que se puso peluca). Ambos eran amigos de Rafael Alberti. Adem¨¢s del nombre, los baldosines, obra del ceramista Arcadio Blasco, que recubren su particular fachada, que hace esquina como un mascar¨®n de proa, est¨¢n inspirados en la iconograf¨ªa y caligraf¨ªa del poeta. Poco despu¨¦s, a finales de 1979, el negocio pas¨® a manos de Larumbe, que por entonces era estudiante de Biolog¨ªa, y sus dos socios, Jaime Luc¨ªa y Santiago Gonz¨¢lez. "Quer¨ªamos montar una librer¨ªa y le preguntamos Enrique si nos vend¨ªa las estanter¨ªas. Pero nos llevamos la librer¨ªa entera", cuenta la librera, que sigue al frente del negocio junto a tres empleados, entre los que se encuentra su hijo I?aki. El local, como un par¨¦ntesis en el tiempo, sigue teniendo el mismo aspecto que en los a?os 70 y tiene una buena cartera de clientes habituales, parroquianos entre los que a veces surgen tertulias de esas que se entablan en las buenas librer¨ªas.
En el piso de abajo, que desde 2002 se utiliza para celebrar encuentros y presentaciones, frente a una pared ocupada por decenas ejemplares, algunos descatalogados, de la colecci¨®n del bolsillo de Alianza Editorial que no est¨¢n a la venta, Larumbe cuenta. "Hoy en d¨ªa para ser un buen librero hay que hacer de todo. Gestionar bien, moverse por las redes, cuidar el stock. La diferencia entre esto y una tienda de ropa o una panader¨ªa es que aqu¨ª manejas multitud de referencias". En la librer¨ªa hay aproximadamente 15.000 t¨ªtulos. "Y, sobre todo, hay que ser un buen lector". Aunque, claro, no se puede llegar a todo. "Se publica much¨ªsimo y luego hay que prestar atenci¨®n a los libros que publican amigos escritores o editores. Este es un mundo muy en¨¦rgico, muy vivo, que produce cierta ansiedad".
En los ¨²ltimos tiempos se vive un auge del ensayo pol¨ªtico y econ¨®mico que ya est¨¢ casi a la par que la novela, tradicionalmente el g¨¦nero m¨¢s le¨ªdo. "Hay editoriales j¨®venes que se dedican en exclusiva a este tipo de libros, como Capit¨¢n Swing, Pasado & presente o Libros del K.O.", dice Larumbe. Otro fen¨®meno rese?able, a su juicio, son las peque?as editoriales po¨¦ticas, como La Bella Varsovia o Ya lo Casimiro Parker. "Esta ¨²ltima recoge la obra de algunos poetas que vienen del mundo de los cantautores o los bares nocturnos, como son Marwan, Diego Ojeda o Escandar Algeet. Hay hasta fen¨®meno fan", explica la librera. Otros libros que funcionan son los infantiles, los ilustrados y cualquiera que tenga un cuidado dise?o.
"En el mundo del libro se empieza a ver cierto optimismo, ya no hay aquella apat¨ªa, porque puede que pronto se produzcan cambios pol¨ªticos y sociales" dice Larumbe. "Lo que echamos de menos los libreros son las compras institucionales, de centros o bibliotecas, que eran una parte importante del negocio y se han paralizado por la crisis".
En este castillo de papel ha pasado de todo. Durante los primeros a?os la librer¨ªa sufri¨® atentados a manos de los ultraderechistas Guerrilleros de Cristo Rey. "En aquellos tiempos campaban a sus anchas, era normal ver c¨®mo se met¨ªan en un bar y se liaban a cadenazos", recuerda Larumbe. M¨¢s recientemente, en 2012, unos ladrones tuvieron la extra?a ocurrencia de robar una librer¨ªa e hicieron un butr¨®n en una de sus paredes. "Estuve a punto de tirar la toalla, pero me anim¨® el cari?o que recib¨ª de tantas personas", dice la librera, "pero los mejores recuerdos son los de los encuentros que se producen y la gente que conoces, como el propio Rafael Alberti, al que trajo un d¨ªa Benjam¨ªn Prado, ?ngel Gonz¨¢lez, Emilio Lled¨® o Jos¨¦ Luis Sampedro".
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