Benidorm, la met¨¢fora del Estado del bienestar

¡°No existe un lugar como Benidorm. No hay nada que se le compare, es la mejor ciudad nueva del mundo¡±, explica el Premio Nacional de Medio Ambiente (2005), Mario Gaviria. Este soci¨®logo urbanista cree que la ciudad mediterr¨¢nea de los rascacielos tiene muchas posibilidades de convertirse en el primer Patrimonio de la Humanidad creado en el siglo XX: su modelo urban¨ªstico la hace sostenible medioambientalmente y la convierte en un motor econ¨®mico que no se ha gripado ni con la crisis, pese al rechazo que produce socialmente su imagen kitsch.

El guante lanzado por este antiguo consejero medioambientalista de la ONU lo ha recogido el Ayuntamiento de esta localidad que originariamente aloj¨® a 3.000 habitantes dedicados a la agricultura y la pesca y que ha acabado multiplicando por 25 su poblaci¨®n y recibiendo a ocho millones de personas anualmente en busca del sol, la playa y la diversi¨®n.

El fil¨®sofo Henri Lefevbre la calific¨® como la ciudad m¨¢s habitable tras la II Guerra Mundial

La propuesta puede sonar descabellada, establecida como est¨¢ entre la sociedad la idea de Benidorm como un lugar de karaokes y bares en los que se desmelena el proletariado ingl¨¦s o acuden los jubilados de todo el planeta. Sin embargo, entre urbanistas y soci¨®logos, hace ya varios lustros que se super¨® ese prejuicio. El difunto fil¨®sofo e inspirador de Mayo del 68, Henri Lefebvre, lleg¨® incluso a calificarla como la ciudad m¨¢s habitable tras la II Guerra Mundial. Este prestigio nunca ha sido socialmente aceptado.

A diferencia de los 44 patrimonios mundiales que la ONU reconoce a Espa?a, lo que Benidorm pone sobre la mesa es su unicidad sociol¨®gica y urban¨ªstica dentro del siglo XX. ¡°Representa como ninguna otra ciudad el ideal del Estado de Bienestar¡± sostiene Gaviria, quien fuera disc¨ªpulo de Lefebvre en Luxemburgo a finales de los 60.

En la visi¨®n de Gaviria y otros muchos expertos, Benidorm aparece como la materializaci¨®n de un concepto que constituye una de las mayores aportaciones europeas a la historia pol¨ªtica y social de la humanidad. Es el lugar de las vacaciones populares por antonomasia, un concepto desarrollado en la segunda mitad del siglo XX cuando los europeos accedieron a unas garant¨ªas de empleo, salario, sanidad y jubilaci¨®n.

¡°El lugar crea xenofilia, busca la felicidad del individuo, el sentimiento que uno obtiene en Benidorm es el de una sociedad igualitaria, el de un modelo extraordinario que no se ha reconocido y nadie ha sabido imitar¡±, contin¨²a el soci¨®logo sobre una ciudad a la que la Organizaci¨®n Mundial del Turismo reconoce que fue la primera ciudad en desestacionalizar el sector. No importa el d¨ªa del a?o, sus 60.000 plazas hoteleras rozan el lleno. Pernoctan casi tantas personas en ella como en Barcelona y Madrid. En los ¨²ltimos 50 a?os, 250 millones de visitantes han disfrutado de este lugar habitado por cerca de unas 40 nacionalidades distintas.

Benidorm, hasta hoy, ha sido "despreciada por las ¨¦lites como una concentraci¨®n hiperb¨®lica de vulgaridad y mal gusto", confirma el arquitecto Luis Fern¨¢ndez-Galiano. En la l¨ªnea del soci¨®logo, este catedr¨¢tico de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid considera la historia de esta ciudad y su urbanismo como "una extraordinaria historia de ¨¦xito".

Modelo incomparable

El aspecto de ciudad densa que tanta cr¨ªtica le ha ocasionado, es precisamente uno de los que m¨¢s le favorece en relaci¨®n con la candidatura. "Es un ejemplo claro de las virtudes econ¨®micas y ecol¨®gicas de la densidad urbana", defiende Fern¨¢ndez-Galiano. Su construcci¨®n vertical sin l¨ªmites aglutina los servicios y reduce los consumos, llenando de vida todas sus calles a diferencia de otros modelos extensivos da?inos con el medio ambiente como puedan ser las urbanizaciones de la sierra de Madrid o las de localidades vecinas como Altea o D¨¦nia. Su consumo de agua, pese al incremento poblacional y encontrarse en una zona de sequ¨ªa end¨¦mica, es similar al de finales de los 80.

A diferencia de otros modelos, Benidorm ha resistido la crisis por su empresariado, marcadamente local

A diferencia de otros municipios tur¨ªsticos patrios como Torremolinos, Salou, Marbella o Cullera, su modelo tur¨ªstico nunca fue residencial, siempre hotelero. La crisis del ladrillo apenas se not¨®, salvo excepciones. Benidorm no puede ser comparado ni en Espa?a, ni en el mundo. Sus hoteles no se han convertido en guetos para los turistas como los resorts del Magreb o el Caribe. Tampoco bordean la ruina como Atlantic City o Las Vegas (EE UU). La planta hotelera es en un 80% de gente del pueblo originario, no de grandes cadenas o grupos inversores, todo se reinvierte en la ciudad. De ah¨ª, su gran resistencia a la crisis econ¨®mica.

Espa?a tiene en su haber reconocimientos mundiales que van desde las cuevas de Altamira a la catedral de Burgos, pasando por parques nacionales como el de Do?ana, edificios de Gaud¨ª o los cascos antiguos de ciudades tales como Segovia, Santiago de Compostela, Salamanca o Toledo. La Unesco reconoce incluso el flamenco o la dieta mediterr¨¢nea como bienes inmateriales. Solo Ibiza est¨¢ en la categor¨ªa a la que aspira Benidorm, la mixta, que a¨²na el medio ambiente y la cultura.