El paseo de Gr¨¤cia pierde su ADN
Un tercio de las 180 tiendas de la avenida han cambiado de manos desde 2011 La presi¨®n de marcas de lujo y grandes franquicias dispara los alquileres
Una cuarta parte de las compras que los visitantes extracomunitarios realizan en Espa?a se concentran en el paseo de Gr¨¤cia de Barcelona, seg¨²n las estad¨ªsticas de los operadores tax free. El dato es de v¨¦rtigo y explica la revoluci¨®n que ha vivido el boulevard en los ¨²ltimos a?os. Mientras la crisis cerraba tiendas en casi todas la calles de la ciudad, el turismo ha forzado una alta rotaci¨®n comercial en esa zona.
Nueve locales cambiaron de inquilino en 2011; 15 un a?o despu¨¦s; 19 en 2013 y 21 el pasado ejercicio. Un tercio de los locales han cambiado de due?o en solo cuatro a?os. Se han pagado fianzas millonarias para que una marca dejara el local que ocupaba antes de que finalizara su contrato de alquiler. Y no solo es que los operadores no tengan suficiente con los poco m¨¢s de 180 establecimientos, sino que los quieren m¨¢s grandes. Quieren unirlos con los de al lado, con los pisos subterr¨¢neos o los superiores. Y al precio que sea.
Pero esa espiral inmobiliaria tiene su coste. Se pueden contar con los dedos de dos manos las marcas que han resistido los embates del boom inmobiliario, especialmente tras las ¨²ltimas despedidas. Gratac¨®s se fue en diciembre de 2014 y Jofr¨¦ en enero de este a?o. Y los rumores amenazan tambi¨¦n la continuidad de Vin?on, que no tiene claro cu¨¢l es su futuro tras perder la mitad de sus ventas desde 2007. Sergi Amat, director de una firma que lleva desde los a?os 40 del pasado siglo en el n¨²mero 96, explica parte de sus problemas as¨ª: ¡°El paseo de Gr¨¤cia ha cambiado tanto que no es el mismo. Se ha convertido en una calle solo para turistas y el residente de Barcelona ya ni se pasea, porque las tiendas son tan elitistas que no se puede ni comprar. Es dif¨ªcil ya o¨ªr hablar a alguien castellano o catal¨¢n¡±. En su opini¨®n, su tienda tiene muchas visitas pero pocas ventas y evita catalogar el comercio de gama alta de productos de dise?o, pese a la fama que atesora.
El de Vin?on es un caso m¨¢s. Y, pese a todo, excepcional, porque la familia propietaria del establecimiento es tambi¨¦n la propietaria del local de unos 3.000 metros cuadrados. Las ofertas para comprar no han cesado en los ¨²ltimos a?os y ahora la familia se replantea su futuro: reducir el espacio de la tienda, abandonar su hist¨®rica ubicaci¨®n y mudarse a una nueva o, incluso, bajar la persiana. ¡°En estos momentos veo quiz¨¢s a Vin?on fuera del paseo de Gr¨¤cia, pero tenemos todas los opciones sobre la mesa¡±, explica Amat.
Hasta ahora, contin¨²a siendo una de las marcas que aguantan. Como la tienda de moda Furest, que lleg¨® al n¨²mero 12 del paseo de Gr¨¤cia en 1917, abandonando su emplazamiento en la Plaza Real. Bel & C¨ªa (en el n¨²mero 20) hizo el mismo trayecto, pero m¨¢s tarde, en los a?os cuarenta, cuando la burgues¨ªa ya hac¨ªa tiempo que hab¨ªa trasladado sus residencias al Eixample y el paseo de Gr¨¤cia se consolid¨® como centro comercial.
De las tiendas de ropa que aguantan, Felgar lleg¨® en los setenta, Se?or en 1996 y la lujosa sastrer¨ªa Santa Eulalia, mucho m¨¢s temprano, en 1943, si bien su actual ubicaci¨®n, en el n¨²mero 93, data de tres a?os m¨¢s tarde. Ahora cuentan con unos 2.000 metros cuadrados, con una cafeter¨ªa incluida en su ¨²ltima reforma, objetivo que tambi¨¦n intent¨® sin ¨¦xito Vin?on. ¡°Para aguantar, la clave es sintonizar con las nuevas demandas de la moda y tener una amplia base de clientes¡±, se?ala Llu¨ªs Sans, gerente y presidente de la compa?¨ªa, que ha abierto su abanico de clientela y actualmente el 30% de sus ventas proceden de fuera de Espa?a. ?l tambi¨¦n reconoce haber recibido ¡°ofertas de cantidades ingentes de dinero¡± para abandonar su espacio, pero se ha negado. Hace cuatro a?os tuvieron que afrontar la renegociaci¨®n del contrato de alquiler. Su planteamiento fue: ¡°La subida del alquiler la pagar¨¢ el turismo que vendr¨¢¡±.
Sans es de los que niegan que el paseo de Gr¨¤cia se haya convertido en una galer¨ªa de cadenas de lujo y de extranjeros. ¡°El 60% de la oferta no es lujo¡±, dice, refiri¨¦ndose a la incorporaci¨®n de grandes cadenas como Zara, H&M (ambas tienen sobre la mesa las mayores ampliaciones de tiendas en el paseo de Gr¨¤cia) y a otras decenas que se pueden ver en cualquier boulevard comercial de las principales ciudades del mundo. Y ese es el otro peligro: que las tendencias de la globalizaci¨®n acaben matando la singularidad de Barcelona. Mango formaba parte de esa singularidad en 1984, cuando abri¨® su primera tienda en el paseo. Ahora suma cuatro. Lo mismo pasaba en los a?os cuarenta cuando Loewe abri¨® en la calle, cuando las marcas transnacionales eran la excepci¨®n.
¡°Tendr¨ªamos que revisar por qu¨¦ las marcas de la propia ciudad no generan proyectos empresariales capaces de competir en su propio eje comercial¡±, avisa Joan Oliveras, presidente de Bagu¨¦s-Masriera, una prestigiosa joyer¨ªa que pasa desapercibida durante el d¨ªa: sus escaparates los esconden los turistas que merodean alrededor de la Casa Amatller (al lado de la casa Batll¨®). En su opini¨®n, Barcelona se encuentra inmersa en la batalla de la internacionalizaci¨®n de las ciudades. Como Bagu¨¦s, la joyer¨ªa Lloren? resiste en el paseo de Gr¨¤cia.
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