764 personas duermen cada noche al raso en las calles de la capital
El 58% dice haber sufrido agresiones o insultos y solo el 44% tiene tarjeta sanitaria
En Madrid hay 1.905 personas sin hogar, de las que 764 duermen al raso y el resto (1.141) pasan la noche en la red de albergues municipales o en centros de ONG, seg¨²n el ¨²ltimo recuento realizado el pasado 11 de diciembre por el Ayuntamiento de la capital.
El estudio, al que ha tenido acceso EL PA?S, ha sido dirigido por profesores de la Universidad Complutense, la UNED y la Pontificia Comillas, con la colaboraci¨®n de 835 voluntarios. El trabajo no se ha limitado a un mero recuento: los voluntarios realizaron entrevistas a 226 personas que dorm¨ªan en las calles y a otras 227 alojadas provisionalmente en centros municipales.
Entre las principales conclusiones, destaca que el perfil medio de las personas sin hogar es el de un hombre de 45 a?os con estudios primarios (aunque un 14% es universitario). La mayor¨ªa es extranjero. No tienen empleo y viven fundamentalmente de las limosnas. Achacan su situaci¨®n a la falta de trabajo. Y seis de cada diez aseguran haber sufrido insultos, agresiones, robos o un trato denigrante por parte de personas que no viven en la calle.
? En el centro por seguridad. El n¨²mero de personas que duermen en la calle es ligeramente superior al de a?os anteriores: 621 en 2006; 650 en 2008; 553 en 2009; 596 en 2010; 701 en 2012; y 764 en diciembre de 2014. Seg¨²n el ¨²ltimo recuento, la mayor¨ªa (163) elige el distrito Centro para pernoctar porque, seg¨²n los expertos, es donde m¨¢s gente hay por las calles, incluso de noche, y m¨¢s seguros y asistidos se sienten. En el entorno de la Plaza Mayor, por ejemplo, donde decenas de personas duermen bajo los soportales, hay c¨¢maras de seguridad, colocadas por el Ayuntamiento, para prevenir robos pero que tambi¨¦n pueden evitar posibles agresiones a las personas sin hogar. Otros distritos destacados son Chamart¨ªn (126), Arganzuela (72), Tetu¨¢n (70), Chamber¨ª (66), Salamanca (61) y Moncloa-Aravaca (52).
La mayor¨ªa opta por pernoctar en calles o plazas (44%), frente a puentes (17%), parques (13%) o cajeros (7%). Ejemplo de asentamientos improvisados son los puentes de Francisco Silvela (con 25 moradores) y Coraz¨®n de Mar¨ªa (con 10). En el aeropuerto de Barajas se detect¨® a 38 personas, 28 de ellas en la terminal 4, frente a las 49 del recuento de 2012.
? Hombre de 45 a?os. Tres de cada cuatro personas sin hogar son hombres (el 12% son mujeres y otro 12% no ha sido identificado, puesto que los voluntarios no preguntaron al respecto). La edad media son 45 a?os.
El 45% son espa?oles, y el resto proviene fundamentalmente de Ruman¨ªa (51%) y Marruecos (12%). El porcentaje de inmigrantes no ha cambiado demasiado en los ¨²ltimos a?os: 55,2% en 2006; 53% en 2008; 56,2% en 2009; 59,2% en 2010; 51,6% en 2012 y 55,2% el pasado diciembre. El padr¨®n de 2014 indicaba que el 13,1% de madrile?os es extranjero. El porcentaje de inmigrantes aumenta entre los que duermen en la calle (55%) frente a los que pernoctan en albergues (49%).
S¨®lo el 54% del total est¨¢ empadronado en Madrid y tiene por tanto mayor posibilidad de asistencia social y sanitaria.
? Solteros y sin estudios. El mayor grupo de personas sin hogar est¨¢ soltero (el 40%, frente a un 30% casado o con pareja y un 24% divorciado o separado). Un tercio pasa la mayor parte del d¨ªa solo, y otro tercio rodeado de otras personas sin hogar; el resto, con familiares o amigos, principalmente. La mitad asegura no tener ning¨²n contacto con sus familias.
En cuanto al nivel de estudios, el 59% tiene educaci¨®n primaria o inferior, el 27% secundaria y el 14% universitaria. La mayor¨ªa de entrevistados lleva uno o m¨¢s a?os viviendo en la calle; la media se eleva a cinco a?os y medio, con un m¨¢ximo de hasta 48.
El 60% de entrevistados achaca su situaci¨®n a la falta de trabajo (60%) o de dinero (28%); uno de cada cinco alude a una ruptura afectiva, y otros tantos echan la culpa al alcohol o las drogas. S¨®lo el 5% asegura haber elegido voluntariamente su situaci¨®n.
? Sin empleo ni asistencia. El 25% de personas sin hogar asegura tener trabajo, aunque s¨®lo un 1% lo califica de regular (con contrato). Un 27% est¨¢ apuntado a los servicios de empleo. Respecto a su fuente de ingresos, el 35% explica que pide dinero en la calle; s¨®lo el 12% recibe la renta m¨ªnima de inserci¨®n (375 euros); otras actividades mencionadas son la venta de chatarra y ayuda de amigos o familiares.
Preguntados sobre asistencia que han solicitado pero que no han obtenido, el 33% menciona un alojamiento (permanente o provisional), el 23% dinero, el 18% alimentos y el 11% ayuda m¨¦dica o psiqui¨¢trica. El 43% dice sufrir problemas de salud, para los que la mayor¨ªa no toma medicaci¨®n. El 44% de entrevistados carece incluso de tarjeta sanitaria.
? Robos y agresiones. M¨¢s de la mitad de las personas sin hogar (53%) han sufrido robos, golpes o agresiones sexuales, que en la mayor¨ªa de los casos (seis de cada diez) no denunciaron. El 58% dice haber sido insultado, agredido, robado o tratado de forma denigrante por personas que no viven en la calle. En cuanto a su percepci¨®n, el 80% asegura que en los dos ¨²ltimos a?os ha aumentado su n¨²mero.
La ¡°seducci¨®n¡± del Samur Social
¡°Con que s¨®lo una persona deje la calle, ya cumple su finalidad¡±, dijo en 2014 la alcaldesa, Ana Botella, sobre la Campa?a del Fr¨ªo. El Ayuntamiento incrementa en invierno las plazas en albergues; este a?o, a las 1.478 de la red se sumaron otras 543, n¨²mero suficiente para acoger a todas las personas sin hogar de la capital. Cada a?o, el Ayuntamiento invierte 15,4 millones en programas para este colectivo. Pero la Campa?a del Fr¨ªo tiene como objeto adem¨¢s aprovechar que acuden a los albergues por el fr¨ªo para intentar incluirles en la red de atenci¨®n estable con vistas a su reinserci¨®n en una vida normalizada. ¡°Es una gran oportunidad¡±, dice Dar¨ªo P¨¦rez, jefe del Samur Social. Pero no es f¨¢cil.
¡°Son personas que suelen rechazar los servicios de acogida. Durante la campa?a incrementamos la intervenci¨®n: si antes vamos a verlo una vez a la semana, con el fr¨ªo lo visitamos m¨¢s. Un simple resfriado sirve como pretexto: ¡®Hombre, con este catarro, estar en la calle...¡¯. El fr¨ªo favorece el contacto con la red, y una vez que entran en un centro, a veces les cuesta m¨¢s salir. Son personas que llevan mucho tiempo en la calle y entrar les cuesta, convencerles es un trabajo intenso. Pero estamos todo el a?o trabajando con ellos, no somos algo que oportunista que aparece, somos Carlos o Sara, Ignacio o Maribel, que les van a ver todo el a?o y que en invierno se preocupan m¨¢s por ellos. Utilizamos el fr¨ªo para seducir, en el sentido profundo de la palabra, para que acepten algo que llevan tiempo rechazando¡±.
Y a?ade P¨¦rez: "Igual que una serie de sucesos estresantes favorece la exclusi¨®n, oportunidades como ¨¦sta ayudan a romper con la exclusi¨®n, a cambiar el chip. A veces la gente siente la salida de la calle como una perdida m¨¢s que como una ganancia, porque all¨ª han generado una relaci¨®n con vecinos y comerciantes, con el que duerme a su lado... Esa p¨¦rdida de relaciones personales asusta, en cierto modo es como irse de casa de tus padres: aunque luego seas consciente de la ganancia, al principio hay temor. Si algo caracteriza al sin hogar es la soledad, el desarraigo, aunque a veces duerman juntos por seguridad".
En 2013-14, el Samur Social sac¨® de la calle a 20 personas.
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