Maeztu cumple dos a?os como defensor al ralent¨ª
La resoluci¨®n de causas llega a tardar 261 d¨ªas
Prostitutas, inmigrantes, presos, enfermos mentales¡ cuando a diario la Junta y los 700 Ayuntamientos andaluces dan la espalda a las personas m¨¢s vulnerables, la puerta a la que llaman tras descartar la v¨ªa judicial que no pueden pagar es el Defensor del Pueblo.
Durante 17 a?os, el sacerdote Jos¨¦ Chamizo pele¨® por sus derechos frente a las Administraciones hasta que en 2013?Jes¨²s Maeztu tom¨® el relevo. Las cifras de su gesti¨®n, conocidas recientemente, revelan una menor rapidez para resolver los casos ¡ªque siempre son urgentes al tratarse de vulneraci¨®n de derechos fundamentales¡ª, ralentizaci¨®n que algunas asociaciones y t¨¦cnicos de la propia instituci¨®n elevan a una par¨¢lisis injustificada en ciertos casos. El excura Maeztu, de 73 a?os, admite que debe imprimir un mayor ritmo pero defiende que la complejidad de los asuntos requiere "argumentos profundos y muy madurados".
Cuando una queja llega a la oficina, tarda de media 36 d¨ªas en ser admitida y 261 en resolverse, los peores datos desde 2006 (ese a?o la media fue de 146 d¨ªas). En 2014 tambi¨¦n descendi¨® levemente el n¨²mero de quejas presentadas ante la oficina (6.123) de las 6.296 de 2013, pese a la virulencia de la crisis. ¡°Hay que corregir porque hemos sido muy exigentes (¡) en la tramitaci¨®n de los expedientes queremos una respuesta y apuramos quiz¨¢s demasiado y este a?o lo tendremos en cuenta¡±, avanza.
A tenor de las cr¨ªticas, la sombra del cura Chamizo parece demasiado alargada. Mientras que PSOE y PP alaban su gesti¨®n, los colectivos que defienden los derechos de los desfavorecidos y trabajan con la instituci¨®n a diario reproducen el mismo defecto: la escasez de quejas ante el Gobierno andaluz por su mal funcionamiento y la tardanza en tramitarlas.¡±Cuando transmites la urgencia, pides que sea una reuni¨®n r¨¢pida. Para el Centro Polivalente de Sevilla, con 28 grandes dependientes y con una amenaza de cierre, tuve que utilizar diferentes v¨ªas y al final tuvimos una semana de retraso¡±, lamenta Carlos Aristu, de acci¨®n sindical de CC OO. ¡°Con Chamizo pod¨ªa salir mejor o peor, pero daba igual la Administraci¨®n. Llamaba al consejero o al alcalde y esa independencia tiene que ver con c¨®mo acab¨®¡±, a?ade. Los partidos pol¨ªticos (PSOE, PP e IU) pactaron nombrar a Maeztu despu¨¦s de que Chamizo denunciara las ¡°pele¨ªtas¡± en el Parlamento.
Investigaci¨®n por filtraci¨®n period¨ªstica
La imagen del falso desnudo de la secretaria general de Podemos en Andaluc¨ªa, Teresa Rodr¨ªguez, ha provocado una investigaci¨®n interna en el Defensor del Pueblo, a¨²n pendiente de concluirse tras dos meses de pesquisas.
La joven que aparec¨ªa en la foto difundida en las redes sociales ya hab¨ªa denunciado en 2010 a las autoridades la vulneraci¨®n de su derecho a la intimidad. Hace dos meses, en precampa?a, se dirigi¨® al Defensor del Pueblo Andaluz para pedir amparo ante el rebrote de la difusi¨®n de su imagen por su supuesto parecido con la l¨ªder de Podemos. La instituci¨®n abri¨® una queja para investigar el caso, resolvi¨® que era incompetente y deriv¨® el asunto a la Defensora del Pueblo Espa?ol, Soledad Becerril.
Al d¨ªa siguiente un periodista contact¨® con la chica y esta avis¨® a la oficina de Maeztu de que su identidad hab¨ªa sido desvelada por la instituci¨®n. Trat¨¢ndose de un caso de vulneraci¨®n de la intimidad, el defensor abri¨® un expediente informativo reservado, el ¨²nico de los ¨²ltimos 20 a?os. El adjunto al defensor que tramit¨® la queja abierta por la instituci¨®n es Carlos del Barco (propuesto por el PP), columnista asimismo del diario que contact¨® a la joven.
Maeztu rechaz¨® confirmar si la investigaci¨®n abierta incluye el rastreo de los ordenadores de las personas que tuvieron acceso al expediente o se ha limitado a un cuestionario que fue respondido por escrito. ¡°La investigaci¨®n puede terminar en fiscal¨ªa. O no¡±.
Ante las cr¨ªticas por su debilidad ante la Junta, el defensor subraya su independencia con u?as y dientes y rechaza que exista un conflicto ¨¦tico por sus v¨ªnculos con el Ejecutivo y el PSOE. Maeztu es amigo ¡°de toda la vida¡± del expresidente de la Junta, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n. ¡°?Qu¨¦ tiene que ver la amistad para que yo sea m¨¢s o menos beligerante?¡±, inquiere.
Su jefa de gabinete es la ex directora general de la Junta y exconcejal sevillana Ana Mar¨ªa G¨®mez, y su esposa, Juana Gomar, es funcionaria y secretaria general de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de la Junta. ¡°Es un sambenito con el que tengo vivir. Por mi trayectoria, soy un enamorado de la situaci¨®n de los d¨¦biles. A m¨ª me gu¨ªa el punto de vista del ciudadano¡±.
Esta primavera el Ministerio del Interior ha negado la entrada de t¨¦cnicos de la Instituci¨®n en la c¨¢rcel de C¨®rdoba, un conflicto en el que Maeztu tard¨® un mes en intervenir pese a que la ley garantiza su entrada en todas las prisiones andaluzas. Ante la falta de soluci¨®n al problema, la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos (APDH) pidi¨® auxilio a los grupos pol¨ªticos del Parlamento y les pidi¨® que intervinieran ante la alarma generada al quedarse los presos sin la supervisi¨®n de los t¨¦cnicos de la instituci¨®n. Finalmente el Gobierno central dio marcha atr¨¢s ante la gravedad del asunto.
¡°Me tom¨¦ el tiempo suficiente para que Instituciones Penitenciarias me explicara (¡) pero no ha habido caso en estas competencias (¡) Yo dec¨ªa que hab¨ªa que esperar unos d¨ªas¡±, alega el defensor. APDH ha rechazado valorar la actuaci¨®n de Maeztu en la crisis.
Sobre su implicaci¨®n en los temas sociales, Miquel Araguas, presidente de Andaluc¨ªa Acoge, valora su ¡°l¨ªnea continuista¡±: ¡°S¨ª se ha echado en falta m¨¢s contundencia en algunos casos y la presencia que ten¨ªa anta?o Chamizo en los medios¡±. Mientras, Luis Oca?a, portavoz del grupo de juristas 17 de Marzo, censura: ¡°Es una gesti¨®n muy light y descafeinada. Creemos que le ha echado m¨¢s agua al caf¨¦. En la identificaci¨®n de los polic¨ªas y la coordinaci¨®n de los Cuerpos es donde menos se ha avanzado¡±, dice sobre el excomisionado del Pol¨ªgono Sur de Sevilla.
La responsable de Institucional y Empleo de CC OO, Nuria L¨®pez, opina que el problema ¡°no es tanto de las personas como de las instituciones¡±: ¡°Hay dos formas de matar las instituciones, una haci¨¦ndolas desaparecer y otra haci¨¦ndolas languidecer en el tiempo. Fortalecer la democracia es fortalecer las instituciones y eso significa recursos p¨²blicos¡±.
Las cr¨ªticas de los colectivos contrastan con las alabanzas de los pol¨ªticos. ¡°Las comparaciones nunca son buenas. En la etapa de Chamizo fue una instituci¨®n que conoci¨® Andaluc¨ªa entera. Estos dos a?os nos demuestran que la oficina est¨¢ muy consolidada¡±, resalta la exconsejera socialista de Bienestar, Micaela Navarro.
Carlos Rojas, del PP, enfatiza: ¡°Se esfuerza por alcanzar las cotas y para atender todos los casos¡±. Y Jos¨¦ Antonio Castro, de IU, critica su gesti¨®n pero defiende al organismo: ¡°Est¨¢ claro que la oficina ha bajado en cuanto a la atenci¨®n de demandas. Siempre reclamamos un papel m¨¢ximo cuando los derechos sociales son masacrados. Solo pedimos que est¨¦ a la altura, aunque tampoco queremos hacer una moci¨®n de censura de la instituci¨®n¡±.
Una t¨¦cnica que trabaja con personas con exclusi¨®n pide el anonimato y opina: ¡°Cuanto m¨¢s inc¨®modo sea el defensor, m¨¢s se evidenciar¨¢ que su funci¨®n est¨¢ bien hecha¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.