La pasi¨®n griega de Maillol
El Museo Mar¨¨s reivindica al innovador escultor y su viaje al pa¨ªs heleno en 1908
No es la primera exposici¨®n de Aristides Maillol, el mayor escultor europeo de entreguerras, que puede verse en Barcelona. Sus obras, sobre todo mujeres, desnudas, voluptuosas serenas y silenciosas, ya se vieron en la ciudad en 1979 y 2009, en dos grandes antol¨®gicas. Ahora, el Museo Mar¨¨s expone por primera vez en Maillol i Grecia el viaje que realiz¨® el artista (con nombre de origen griego) al pa¨ªs heleno en 1908, para conocer de primera mano el origen y la inspiraci¨®n de su trabajo. Y lo hace a trav¨¦s de 24 de sus obras, 23 piezas de peque?o formato ¡ªla mayor¨ªa bronces, pero tambi¨¦n seis terracotas, algunas de ellas in¨¦ditas como Eva amb la poma, de 1899, que no se hab¨ªa visto hasta ahora tras comprarla el museo franc¨¦s del artista a un coleccionista privado¡ª, y Mediterr¨¤nea,instalada en el bello patio del museo; una obra muestra realizada en 1905 considerada la primera escultura moderna, ¡°que inaugur¨® el siglo XX escult¨®rico al recuperar la tridimensionalidad y romper con lo que se hac¨ªa hasta este momento representado, sobre todo, por Rodin¡±, explica ?lex Susanna, comisario de la exposici¨®n. El escritor Andr¨¦ Gid¨¦ tras ver esta escultura (que sorprendentemente se ha instalado rodeada de una cinta roja que impide acercarse y tocarla tal y como a Maillol le hubiera gustado) no dud¨® en asegurar: ¡°Es preciosa, no tiene ning¨²n significado. Es una obra de silencio. Hay que remontarse muy lejos para encontrar semejante muestra de total indiferencia hacia todo aquello que pudiese restarle valor a su belleza¡±.
Tambi¨¦n se expone el dietario que escribi¨® el artista durante las cinco semanas del viaje, su cuaderno de dibujo y unas cincuenta fotograf¨ªas en las que Maillol aparece en barco, en la Acr¨®polis de Atenas, en los santuarios de Eleusis y Delfos o en el museo de Olimpia, junto a algunas de las obras que tanto admiraba; unas im¨¢genes realizadas por el conde rojo Harry Kessler, mecenas y amigo de Maillol que, tras un laborioso proceso de restauraci¨®n se exponen por primera vez.
¡°Maillol prescinde y libera las esculturas por primera vez de la narrativa en su b¨²squeda de las formas puras que le llevan a la abstracci¨®n¡±. Es lo que ocurre en Leda, de 1900, donde el escultor, conscientemente, elimina el elemento que identifica al personaje mitol¨®gico; el cisne en el que se hab¨ªa convertido Zeus. Maillol que naci¨® en 1861 y muri¨® en 1944 en Banyuls sur Mer (Rossell¨®) y cultiv¨® la escultura tras probar suerte antes en la pintura y los tapices, viaj¨® a Grecia, seg¨²n Susanna, ¡°no en busca de inspiraci¨®n, sino para reafirmarse en sus planteamientos y su ideal est¨¦tico¡±. Y as¨ª lo dej¨® escrito en su diario: ¡°No voy a aprender, voy para ver estatuas frente al mar¡±. Seg¨²n Susanna, fue un viaje trascendental porque ¡°ley¨® de forma hipercr¨ªtica la tradici¨®n escult¨®rica hel¨¦nica, alab¨® a los escultores arcaicos, por sus formas lisas y arquitect¨®nicas, prefiriendo a Policleto en vez de Prax¨ªteles y las kores de Olimpia a la estatuaria cl¨¢sica creada por Fidias para el Parten¨®n¡±. De una de las obras m¨¢s conocidas y famosas de la Grecia Antigua, el Auriga de Delfos dijo: ¡°Nunca me ha producido una impresi¨®n agradable¡ la escultura est¨¢ muerta¡ carece de la armon¨ªa de las formas de las siluetas¡±, algo que le llev¨® a ser criticado por sus colegas. Su mirada, mantiene Susanna, director del Instituto Ramon Llull, vuelve al pasado con el mismo inter¨¦s de Picasso por el arte africano y Gauguin por Ocean¨ªa.
La exposici¨®n se cierra con el documental Aristide Maillol, sculpteur, que realiz¨® el cineasta Jean Lods al artista en su taller poco antes de morir. La posibilidad de ver obras de Maillol en Catalu?a es excepcional. Seg¨²n Susanna solo dos en espacios p¨²blicos: Estiu que regalaron los mecenas a la ciudad tras los juegos de 1992, junto al MNAC y, en Girona, El tors de Venus, ¡°adem¨¢s de cuatro piezas en manos de coleccionistas¡±.
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