La despensa agr¨ªcola del Catatumbo recibe un salvavidas con los primeros decretos del estado de excepci¨®n
El Ministerio de Agricultura agiliza el acceso a los recursos para garantizar la producci¨®n de alimentos en una zona desolada por la violencia. La regi¨®n aporta alrededor del 33,6% de la producci¨®n nacional de pepino, miles de litros de leche, y el 23,4% de la cebolla de bulbo
El Ministerio de Agricultura public¨® en la tarde del jueves los primeros tres decretos del estado de conmoci¨®n interior declarado por el presidente, Gustavo Petro, el pasado 24 de enero. Una medida especial para gestionar la crisis humanitaria y de violencia que vive la regi¨®n del Catatumbo, zona rural y lim¨ªtrofe con Venezuela donde la guerra entre grupos violentos se ha desbordado en los ¨²ltimos tiempos. Los primeros tres decretos dan carta blanca al Ejecutivo para que, durante un periodo de tres meses prorrogables, se agilicen facilidades de financiamiento y acceso a cr¨¦ditos al sector rural de diez municipios en Norte de Santander, el ¨¢rea metropolitana de la capital departamental, C¨²cuta, y dos municipios del vecino departamento del Cesar. Antes que declarar decretos sobre seguridad, o los anunciados nuevos impuestos, la prioridad del presidente es salvar la econom¨ªa campesina.
La lluvia de asesinatos, y los 50 mil desplazados, en esta subregi¨®n agr¨ªcola ya apremiaban la intervenci¨®n estatal. Pocos creen, sin embargo, que los decretos sea un b¨¢lsamo duradero. ¡°Las ayudas son necesarias. La flexibilizaci¨®n del acceso a cr¨¦ditos para la poblaci¨®n es muy importante. Pero si no se acompa?a con medidas de mediano y largo plazo, que solucione los problemas de fondo, va a ser muy dif¨ªcil esperar resultados positivos¡±, asegura por celular Jazm¨ªn Manzano, economista y docente de la Escuela de Administraci¨®n P¨²blica de C¨²cuta.
El Catatumbo es una regi¨®n que aporta alrededor del 33,6% de la producci¨®n nacional de pepino, miles de litros de leche, y el 23,4% de la cebolla de bulbo. La regi¨®n, a pesar de vivir desde hace a?os en medio de la zozobra del conflicto armado, ha funcionado como una despensa agr¨ªcola fundamental del pa¨ªs: ¡°[La guerra] ha afectado la subsistencia alimentaria de muchas familias que dependen del cacao, el pl¨¢tano, el caf¨¦ o la yuca. Ha habido un efecto negativo sobre sus ingresos, y con ellos la p¨¦rdida de bienestar econ¨®mico y social¡±, afirma por tel¨¦fono desde la capital departamental el docente de Econom¨ªa Jes¨²s Zambrano. El primer decreto de Petro, entonces, estipula la renovaci¨®n de cr¨¦ditos agropecuarios para los pobladores asolados por el drama humanitario.
La segunda medida decretada le da luz verde a la agencia oficial de desarrollo rural para contratar de forma directa la asistencia, o servicios de log¨ªstica, necesarios con el fin de trasladar insumos y alimentos. Una noticia recibida por algunos con cierto de reparo. Tanto Zambrano como Manzano recuerdan que el atraso at¨¢vico en infraestructura vial es, junto a la violencia, el gran problema a la hora de explicar por qu¨¦ una regi¨®n tan rica en recursos naturales no ha podido explotar su potencial: ¡°La gente no solo tiene dificultades para generar ingresos, sino adem¨¢s para movilizarse. El acceso a estos territorios es muy complejo. Por eso, sacar los productos y conectar con los las cadenas de comercializaci¨®n es, a veces, una tarea imposible¡±, detalla Manzano.
Tambi¨¦n es cierto que los grupos guerrilleros han atentado contra la infraestructura desde hace d¨¦cadas. La Agencia Nacional de Hidrocarburos ha calculado que en el subsuelo de esta cuenca nororiental del pa¨ªs habr¨ªa unas reservas probadas de unos ocho millones de barriles de petr¨®leo, un 0,4% del total de estimado en la veintena de yacimientos en Colombia. Y Ecopetrol, la petrolera de mayor¨ªa estatal, tiene tres plantas en la zona que producen 4 millones de pies c¨²bicos de gas y 1.900 barriles por d¨ªa ¨Cde los 770 mil diarios que alcanza el pa¨ªs¨C. Sin embargo, nada de lo anterior se ha traducido en progreso para Catatumbo.
¡°A trav¨¦s de los panfletos, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN)¡±, recuerda Zambrano, ¡°ha amenazado a los trabajadores de las energ¨¦ticas de Norte de Santander de estar relacionados con otros grupos armados¡±. La guerrilla tambi¨¦n ha atentado contra la infraestructura energ¨¦tica, un obst¨¢culo que ha minado las expectativas de inversores que se abstienen de participar con proyectos en la regi¨®n. ¡°No resulta atractivo. Las apuestas, adem¨¢s, son limitadas¡±, agrega el acad¨¦mico. Incluso el Estado ha optado por interrumpir algunos programas de desarrollo con enfoque territorial, o de sustituci¨®n de cultivos il¨ªcitos, ante la fuerza de la violencia desatada por bloques de las disidencias de las FARC y el ELN.
El tercer decreto del estado de conmoci¨®n ha sido el que m¨¢s cr¨ªticas ha despertado. La ley se?ala que los silos, o bodegas p¨²blicas inutilizadas para almacenar productos agropecuarios, podr¨¢n ser empleados como albergues temporales. Tambi¨¦n permitir¨ªa expropiar predios cuando sean necesarios para garantizar el retorno de los desplazados. La vieja sombra de la ¡°expropiaci¨®n¡±, tantas veces temida por la oposici¨®n, reflot¨® en el debate. ¡°La propiedad privada es un derecho¡±, replic¨® la senadora uribista Maria Fernanda Cabal. El decreto ¡°est¨¢ dirigido a atender situaciones de desastre y calamidad p¨²blica¡±, respondi¨® la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino.
¡°Es importante resaltar que entre los sectores m¨¢s representativos de esta regi¨®n, como la palma de aceite, el sector minero energ¨¦tico, los hidrocarburos, ya cuentan p¨¦rdidas por alrededor de 60,000 millones de pesos¡±, cuenta a trav¨¦s de mensajes de voz de WhatsApp el gerente de la Asociaci¨®n Nacional de Industriales (Andi) en Norte de Santander, Francisco Unda.
Para entender el drama de la guerra, la p¨¦rdida de control, y anhelo estancado de desarrollo, Mario Zambrano recuerda que hay repasar la geograf¨ªa. Hay que entender el peso de los cultivos de coca en la econom¨ªa local. Y la sangrienta tensi¨®n que produce la disputa territorial de actores violentos que guerrean por las rutas de salida del narcotr¨¢fico en una zona de frontera. Jazm¨ªn Manzano concluye: ¡°El Catatumbo fue durante muchos a?os la despensa de Norte de Santander. Pero de un tiempo para ac¨¢, el departamento se convirti¨® en el mayor productor de cultivos il¨ªcitos. La regularizaci¨®n de la tierra, por eso, es bien poca. Hoy, cuando hablas con los campesinos, el conflicto y la reciente bajada en los precios de la coca los ha impulsado a buscar alternativas. La gente est¨¢ deseosa de hacer algo distinto¡±.
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