Que se preparen las se?oras
La misoginia, matriz del machismo, rodear¨¢ a Ada Colau y las nuevas pol¨ªticas en la etapa que empieza el domingo
?Tendremos alcaldesa, en Barcelona? Cuando los resultados del domingo se conformen en votos de investidura, ?ser¨¢ una mujer la elegida? La se?ora Ada Colau, que ella ser¨ªa, no es la ¨²nica cabeza de lista en femenino, tambi¨¦n lo son las de dos formaciones asimismo novatas en el Cap i Casal. La se?ora Mar¨ªa Jos¨¦ Lecha va por la CUP y tambi¨¦n es femenina la alcaldable de otro partido que no citar¨¦ porque no estoy segura de si les conozco (o les reconozco). Se?oras Colau y Lecha, prep¨¢rense. La misoginia cabalga y har¨¢ falta de todo.
Las se?oras suelen ser cabezas p¨²blicas en dos tipos de ocasiones, dice la Historia y lo que he podido observar. 1) Cuando el ¨¢rea a ocupar no tiene mucho inter¨¦s general pero debe estar activa por cualquier motivo, las mujeres ven ah¨ª posibilidades y hasta un servicio p¨²blico; hacen el trabajo y son por ello m¨¢s o menos reconocidas. Ejemplo: la cr¨ªtica de arte en prensa era casi exclusiva de las cr¨ªticas hasta que, en el ya difunto boom de museos y exposiciones, en los 90, la plaza se hizo fuerte y los colegas masculinos se adentraron m¨¢s. 2) Cuando el ¨¢rea a ocupar es important¨ªsima pero los hombres ya no pueden con ella o no se quieren meter ah¨ª, arriba a la c¨²pula una mujer. Ejemplos: el primer mandato de la ANC, la presidencia de ?mnium.
En ning¨²n caso la conclusi¨®n debe ser que las se?oras ocupan espacios p¨²blicos porque son en pol¨ªtica tan buenas o tan malas como los se?ores. Es pura estad¨ªstica que mandan m¨¢s hombres poco preparados que mujeres poco preparadas. Ni tampoco es conclusi¨®n que las mujeres tiendan a ocupar espacios sin inter¨¦s p¨²blico. Sino que suelen tener entre sus filas mujeres muy dotadas para los asuntos colectivos.
Algunas se?oras huelen los temas de inter¨¦s y palpan el d¨ªa a d¨ªa mucho antes y con m¨¢s intensidad que los hombres que mandan. Y aunque el tema les parezca a los hombres que mandan sin inter¨¦s, ellas lo ven y encuentran una grieta, un camino in¨¦dito, y por ah¨ª se meten. No suben en el escalaf¨®n profesional pero van tirando. Y si suben en el escalaf¨®n, a veces, a menudo, que esto siempre retorna, se olvidan un poco de la misoginia sufrida y tambi¨¦n van tirando. Hablo de cuando hab¨ªa trabajo.
La opci¨®n 2 tambi¨¦n es instructiva. Cuando un diario se hunde por alguna crisis o porque sus redactores est¨¢n todos en la guerra, una mujer ser¨¢ la directora y dejar¨¢ de serlo cuando los hombres regresen de la guerra o recuperen de una forma u otra el diario. Cuando las aspiraciones de la acci¨®n directa soberanista se ponen en marcha y hay que reunir y poner a trabajar junta a tanta gente que se ha discutido mucho antes de ahora y, encima, el objetivo es dotarse de visibilidad y hacerse fuertes y decisivos, una mujer ser¨¢ la ¨²nica c¨²pula visible, la se?ora Carme Forcadell, sustituida por un hombre al terminar el mandato, ahora que estamos en la etapa clave, la del 27-S; un hombre, aunque habr¨ªa podido ser una mujer: la m¨¢s votada entre todos los candidatos, la se?ora Liz Castro. Hay la tira de ejemplos.
Estoy mosca, la verdad, no s¨¦ ustedes. El machismo crece, las noticias lo dicen: el mercado laboral lo refleja, el tr¨¢fico de carne humana supera el de drogas, sube el machismo entre los j¨®venes, mientras que mayores y no tan mayores matan a sus mujeres con contumacia y tolerancia institucional. Crece desde su persistente y temible base, la misoginia: la madre del machismo. Hace d¨ªas que le doy vueltas. Examinando aspectos del campo literario, ves que la misoginia cultural es la madre de todas las misoginias habidas y por haber. Y por eso mismo, pens¨¢ndolo m¨¢s, comprendes que la misoginia es la matriz del machismo.
Misoginia: evitar a las mujeres. Que as¨ª se est¨¢ la mar de bien. La camarader¨ªa masculina. Tan buena de ver en el cine de ayer, de hoy y de siempre, en todos sus matices. Que siempre es lo mismo: reconocer y honrar la jerarqu¨ªa, ser felices haci¨¦ndolo. En la vida militar como en la vida civil. El origen de la mafia, tambi¨¦n. A partir de la misoginia centenaria, que se agrava de tanto en tanto, acumulando m¨¢s y m¨¢s capital de visibilidad masculina, el machismo puede campar.
Muchas horas mis¨®ginas, condescendientes. Y si mandas, y vienes de donde vienes, ver¨¢s t¨². Civilizaci¨®n, se?oras, una vez m¨¢s.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y profesora de la UPF.
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