Casi 900 personas duermen en la calle en Barcelona
Unos 700 voluntarios participan en un recorrido nocturno con la Fundaci¨® Arrels para hacer un diagn¨®stico de los sin techo
Xavier se acerca con sigilo a las paredes acristaladas del cajero autom¨¢tico, ubicado en uno de los chaflanes de la calle de Val¨¨ncia en el Eixample Izquierdo de Barcelona. Entre los cartones, se puede ver a un hombre dormido. Tiene unos 40 a?os y viste unos vaqueros y una camiseta a cuadros, muy curtida. El sin techotiene la cara tapada con una mano, tambi¨¦n sucia, para impedir que la luz del banco le impida el sue?o. Una met¨¢fora de los tiempos que corren: la pobreza m¨¢xima acurrucada a los pies del todopoderoso dinero.
Xavier se aleja del cajero con el mismo ciudado con el que se acerc¨®. Con su mujer buscan la direcci¨®n exacta en la fachada y la apuntan en una hoja. Y se?alan la ubicaci¨®n en la fotocopia de un mapa que muestra el ¨¢rea equivalente a ocho manzanas del Eixample. Ambos son dos de los 700 voluntarios que, bajo la coordinaci¨®n de Arrels Fundaci¨®, recorrieron en la madrugada del mi¨¦rcoles las calles de Barcelona para contabilizar el n¨²mero personas que duermen al raso. El resultado: 892 vecinos, como m¨ªnimo, que no tienen un lugar donde dormir y lo hacen en la calle.
La pareja de voluntarios son vecinos de ese lado del Eixample. Son viejos zorros de la izquierda. Se enteraron de la convocatoria de Arrels a trav¨¦s de la asociaci¨®n de vecinos a la que pertenecen y decidieron prestar su tiempo. ¡°En este barrio s¨ª que hay pobreza. El problema es que lo que en otro sitio es motivo de lucha, aqu¨ª lo es de verg¨¹enza¡±, reflexiona Xavier.
Arrels dividi¨® la ciudad en 100 zonas y all¨ª envi¨® los equipos de voluntarios, algunos de ellos, en proceso de salir de la calle. Muchos hace ya meses que hab¨ªan hecho un hueco en su agenda entre las 12 y las dos de la ma?ana. Otros se apuntaron a ¨²ltima hora al carro, como la m¨¢s que posible futura alcaldesa, Ada Colau.
¡°No les ofrecemos lo que necesitan¡±
Ferran Busquets, presidente de Arrels Fundaci¨®, es contundente. "Si alguien est¨¢ en la calle es porque no le ofrecemos la soluci¨®n que necesita". El Ayuntamiento de Barcelona y otras entidades poseen recursos para que las personas que no tienen un hogar puedan dormir bajo un techo. En muchas ocasiones, sin embargo, esto implica tener que dejar a sus mascotas. "Es renunciar a algo que puede ser todo lo que tienen", apunta Busquets. De ah¨ª que en el recuento que se realiz¨® en la madrugada del mi¨¦rcoles se pidi¨® detallar si hab¨ªa animales de compa?¨ªa. Desde Arrels esperan que la Generalitat cumpla con su promesa de hacer un recuento de sin techo en toda Catalu?a.
¡°La idea es contar a la gente cuando duerme y no molestarlos. El de ayer es solo un ejercicio cuantitativo, otro d¨ªa se har¨¢ uno con entrevistas. No puedes dise?ar pol¨ªticas si no conoces la dimensi¨®n de la problem¨¢tica¡±, explica Ferran Busquets, director de Arrels. En Barcelona ya se han realizado otros conteos similares. Los hizo la Xarxa d'Atenci¨® a Persones sense Llar, a la que pertenece el Ayuntamiento y otras entidades. En este caso se computan tanto las personas que duermen en la calle como las que lo hacen en los albergues y servicios dise?ados para ellos. En 2011, dorm¨ªan al raso 838 personas. En equipamientos, 1258.
El Eixample es el distrito donde seg¨²n los c¨¢lculos de Arrels, hay m¨¢s sin techo: un total de 242. Despu¨¦s est¨¢ Ciutat Vella, con 27. Al otro lado de la lista est¨¢n Horta Guinard¨® (19) y Sarri¨¤ Sant Gervasi (36). Busquets aclara que zonas como el parque de la Ciutadella o el Montju?c no se cuentan, aunque se sabe de que all¨ª pernoctan muchas personas. Tampoco se busca en Pedralbes. La explicaci¨®n es que en ocasiones anteriores no se han detectado.
Xavier y su compa?era encuentran otros dos hombres sin hogar. Uno duerme en el zagu¨¢n de un supermercado y el otro, rodeado de basura, frente a la Modelo. Se acercan para verlos con el mismo sigilo que con el primero y registran su presencia en las hojas. Es imposible verles las caras. Los sitios donde duermen, sin embargo, parecen cuidadosamente estudiados. Y es que cuesta encontrar un sitio c¨®modo¡± para dormir. O al menos uno que no sea como la entrada de un edificio de la calle de Villamar¨ª en el que semiesferas plateadas de hormig¨®n en la entrada del inmueble disuaden al que ose a descansar all¨ª. Lo que llaman el urbanismo preventivo. O ¡°una ciudad que espera, pero no le abre las puertas a los desesperados¡±, como alguna vez describi¨® su natal Cali el escritor colombiano Andr¨¦s Caicedo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.