El principio del cambio
Y no es extra?o que los movimientos sociales que han tratado de paliar la impotencia (y de responder a la insolencia) de los que gobernaban hayan adquirido reconocimiento y voz
Vuelven a mandar los mismos con nombres diferentes¡±. Leyendo en un medio de comunicaci¨®n esta frase del alcalde saliente Xavier Trias, me han venido a la cabeza unas palabras que repet¨ªa a menudo Josep Mar¨ªa Ainaud de Lasarte: ¡°He vivido la Rep¨²blica, el franquismo y la democracia y, excepto algunos momentos de la Guerra Civil, siempre han mandado amigos o conocidos de casa¡±. Pero he buscado el contenido completo de las declaraciones de Trias y esta frase de aparente resignaci¨®n conservadora ¡ªnunca pasa nada, siempre mandan los mismos¡ª iba precedida de otra que era la que le daba sentido: ¡°Volvemos a una situaci¨®n anterior¡±. Es decir, Xavier Trias se va convencido de que ha representado el ¨²nico momento de ruptura en una larga continuidad municipal.
Es dif¨ªcil ver grandes diferencias desde el punto de vista social entre una persona como Trias ¡ªdel sector m¨¢s genuinamente barcelon¨¦s sangervasiano¡ª y las ¨¦lites del maragallismo y, sin embargo, a¨²n poniendo el foco en Iniciativa y en la asociaciones de vecinos, no es f¨¢cil ver el hilo que conecta a los nuevos responsables del Consistorio con el proyecto fundacional de la Barcelona actual, salvo que demos por hecho, como hace Trias, la incorporaci¨®n inminente ¡ªdespu¨¦s del 27-S, por supuesto¡ª de Esquerra y PSC a la nueva mayor¨ªa.
Trias entiende que su gesti¨®n representa el ¨²nico momento de ruptura en el proyecto que alcanz¨® su cenit con Maragall y languideci¨® a partir de la debacle del F¨°rum 2004. Si es as¨ª, es razonable preguntarse por qu¨¦ ha sido tan ef¨ªmero. El mapa de las elecciones municipales da pistas significativas: Trias gan¨® en cuatro distritos: Eixample, Gr¨¤cia, Les Corts y Sarri¨¤-San Gervasi. Concentr¨® su apuesta de obra p¨²blica (y de comunicaci¨®n) en la zona central de la Diagonal, en el paseo de Gr¨¤cia y en Mitre, con lo que transmiti¨® la idea de potenciar unos barrios ¡ªlos de su electorado natural¡ª m¨¢s que otros, y de entregar una parte sensible del imaginario barcelon¨¦s a una descontrolada expansi¨®n tur¨ªstica.
Corren enso?aciones revolucionarias en torno a Barcelona en Com¨² que la prueba de los hechos desmontar¨¢ pronto, provocando alguna frustraci¨®n
En tiempo de fractura social profunda no era la mejor carta de presentaci¨®n. M¨¢s all¨¢ de lo que puedan decir las cifras, se impuso la idea de que los barrios perif¨¦ricos eran los abandonados del mandato. Un proceso inverso del modelo que, seg¨²n Trias, ahora vuelve, que empez¨® por las periferias antes de apostar por el centro. Trias s¨ª fue rupturista en un punto: renunci¨® a defender la autonom¨ªa de Barcelona, poni¨¦ndola al servicio de las necesidades del Gobierno de la Generalitat.
Corren algunas enso?aciones revolucionarias en torno a Barcelona en Com¨² que la prueba de los hechos desmontar¨¢ pronto, provocando alguna frustraci¨®n: es tiempo de cambio de prioridades y de ampliaci¨®n de voces, no de asalto a los palacios. Los que se incomodan cuando no mandan sus conocidos hablan de soviets y de neocomunismo, demostrando una falta de imaginaci¨®n prodigiosa. Mal asunto cuando para buscar argumentos descalificatorios hay que apelar a fantasmas de un pasado que ya se fue. Sencillamente, no es tan raro que cuando se ha hundido la utop¨ªa de que casi toda la sociedad era una inmensa clase media, los partidos representantes genuinos de esta (ll¨¢mense CiU o PSC) sufran, y no es tan raro que surjan voces de sectores obreros y populares que hab¨ªan quedado silenciadas por las quimeras de los a?os anteriores a la crisis, se dejen ver y tomen la palabra. Y no es extra?o que los movimientos sociales que han tratado de paliar la impotencia (y de responder a la insolencia) de los que gobernaban hayan adquirido reconocimiento y voz.
Esto es lo que ha ocurrido, en dosis muy modestas, en unos tiempos en que el horizonte redencionista y emancipador ha desaparecido porque, como dice, en este caso con raz¨®n, Byung Chul Han, ¡°el deseo se alimenta de lo imposible¡± y hoy el futuro est¨¢ clausurado. Si todo ello lo cruzamos con el proceso independentista, que tiene que ver tambi¨¦n con el hundimiento de las clases medias, hacerse una justa composici¨®n de lugar no es f¨¢cil: hay muchos vectores que se entrecruzan. Quiz¨¢s al final del recorrido descubramos, como insin¨²a C¨¦sar Rendueles, que las clases medias no eran la soluci¨®n, sino el problema.Y este s¨ª ser¨ªa el principio del cambio.
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