Entre mesas camilla y salones ¨¢rabes
Una exposici¨®n del COAM reproduce el interior de seis casas madrile?as que reflejan la diversidad de la ciudad
Todos imaginan el modo en el que les gustar¨ªa vivir. Y luchan porque la realidad se acerque lo m¨¢s posible a ese ideal. Aunque en el camino tengas que moldear esas ilusiones. Cuando piensas que has vuelto a tener toda la casa para ti, uno de tus hijos se divorcia y vuelve a instalarse en su antigua habitaci¨®n. ?Por fin puedes mudarte a una casa con tu pareja! Pero la crisis obliga a reciclar muebles. Vives en un pa¨ªs que no es el tuyo y haces lo posible por recrear Marruecos en tu sal¨®n. Estos tres ejemplos constituyen casos de maneras de vivir ¨Cque dec¨ªa la canci¨®n- en una misma ciudad. Una exposici¨®n del Colegio de Arquitectos de Madrid llamada ?Qui¨¦n vive ah¨ª? recrea seis casas madrile?as que representan h¨¢bitos muy diferentes.
Un piso alquilado de una pareja, otro de soltera, ambos en el centro, el hogar de una se?ora mayor que ha vuelto a acoger a su hijo divorciado en Moncloa, una casa de acogida en la que convive una docena de inmigrantes a la espera de asilo en Ventas, la nave-vivienda de unos artistas en Lucero y un impresionante chal¨¦ ¨¢rabe de las afueras de Madrid son los seis ejemplos que Paula Garc¨ªa-Masedo y Gonzalo Pardo, comisarios de la exhibici¨®n, han elegido para mostrar la diversidad de nuestros d¨ªas. ¡°Partimos de una lista de 50 casas, nos interesaba reflejar la complejidad, mostrar que ya no hay una ¨²nica familia tipo¡±, explica Pardo. Junto a las reproducciones se proyectan v¨ªdeos con entrevistas a los personajes y con escenas de su vida cotidiana.
Raisa Maudit y Zony G¨®mez, de 28 y 26 a?os respectivamente, constituyen uno de los modelos de la muestra. A esta pareja de artistas, cuya vivienda es a la vez su taller, no les ha supuesto ning¨²n problema abrir sus puertas. Duermen en una tienda de campa?a. En su v¨ªdeo G¨®mez asegura que ¡°cada uno deber¨ªa poder establecer sus niveles de comodidad¡± en referencia a las dificultades para que su lugar de residencia tambi¨¦n sea un espacio creativo. ¡°Lo normal en nuestra vida es no tener un d¨ªa normal. Podemos pegarnos 24 horas trabajando para una exposici¨®n, convocar a gente para una actuaci¨®n, tener que acabar echando a los invitados para poder irnos a dormir¡¡±, comenta entre risas.
Justo al lado de su tienda de campa?a en la exposici¨®n hay una gran mesa con los cubiertos dispuestos para empezar a comer. Se trata de la escena que se produce cada d¨ªa a las dos en punto en la casa de acogida de la Fundaci¨®n La Merced Migraciones de Ventas. Gonzalo apunta que quer¨ªan mostrar ¡°una convivencia completamente comunitaria. En los dos o tres a?os que permanecen en esta vivienda a la espera de sus papeles ellos organizan las comidas, las clases de espa?ol, la colada¡¡±. Un verdadero contraste con la reproducci¨®n de un sal¨®n ¨¢rabe de una familia de Marruecos emigrada a Espa?a hace tres d¨¦cadas que ha conseguido importar la cultura, decoraci¨®n y tradiciones de su hogar natal a esos cuatro muros.
Julita compr¨® todo el mobiliario de su vivienda hace treinta a?os en Toledo y as¨ª permanece desde entonces. Hace unos a?os su hijo Pedro regres¨® a casa tras su divorcio y trajo consigo a sus hijos. La exhibici¨®n muestra su sala de estar, con mesa camilla incluida, porque para ella ese es el espacio que mejor le representa. Mientras que para Paula, directora creativa, el lugar de referencia no solo para ella sino para sus amigos, es su terraza, que se ha convertido en una especie de sal¨®n al aire libre. Luc¨ªa y Camila constituyen una joven pareja adaptada a los sueldos actuales que ha optado por vivir en el centro. Estudiante de arquitectura la primera y profesora la segunda, encuentran la intimidad en su peque?o apartamento gracias a llevar horarios radicalmente opuestos. Uno puede adentrarse en estas casas ajenas en la sede del COAM (Hortaleza, 63) hasta el 31 de julio.
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