Va de confluencias
Mas lanza su f¨®rmula para sumar fuerzas soberanistas en un momento de reflujo electoral de la derecha
Artur Mas present¨® el s¨¢bado la voladura de la federaci¨®n de CiU como una demostraci¨®n, una prueba, de que su apuesta por la independencia de Catalu?a es total, sin reservas. Esto no es teatro, ni t¨¢ctica para negociar a la baja, vino a decir. Ha sido casi como un sacrificio ritual, en el que la ruptura de Converg¨¨ncia con la Uni¨® Democr¨¤tica de Josep Antoni Duran Lleida cumple la funci¨®n de la purificaci¨®n previa al combate, ese 27 de septiembre que concibe como una gran cita hist¨®rica, el parteaguas entre el hoy del permanente regateo de la autonom¨ªa y el ma?ana de la so?ada plenitud soberana.
Sucede, sin embargo, que Mas y su partido, Converg¨¨ncia Democr¨¤tica, libran esta batalla pol¨ªtica en un mal momento para las derechas, un momento de reflujo. Resulta ilusorio pensar que pueda ganarla con su sola fuerza, la de su liderazgo y su partido. El bloque de las izquierdas acaba de imponerse en las elecciones municipales en Catalu?a, con un margen muy amplio, de 16 puntos porcentuales. Las cuatro fuerzas que lo componen han sumado el 52,3%, frente al 36,4% las derechas. El 16,3% de ERC, el 17,1% del PSC, el 11,7% de Iniciativa y sus aliados y el 7,12% de la CUP suman bastante m¨¢s que el 21,4% de CiU, el 7,5% del PP y 7,4% de Ciutadans. Mas puede argumentar, con raz¨®n, que CiU fue la fuerza m¨¢s votada y la que obtuvo m¨¢s concejales. Pero la tendencia general del electorado es la que es.
Las elecciones municipales han reforzado, adem¨¢s, una din¨¢mica que viene fragu¨¢ndose desde hace unos a?os: la utilidad de la confluencia electoral de partidos y organizaciones progresistas afines que, pese a mantener sus diferencias, comparten algunos grandes objetivos de regeneraci¨®n democr¨¢tica y justicia social. El hecho de que las alcald¨ªas de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y A Coru?a hayan sido ganadas por candidaturas de izquierdas muy plurales articuladas sobre una alianza de partidos y movimientos sociales aparece como un reflejo de un movimiento de fondo, una demanda de protagonismo social. Esta din¨¢mica ha sido la ganadora de CiU y el PP en Catalu?a, la que le ha arrebatado a Mas el trofeo mayor, la alcald¨ªa de Barcelona cuyo alto valor pol¨ªtico y simb¨®lico hab¨ªa sido reconocido por el propio Mas durante la campa?a electoral.
Artur Mas parece haberlo entendido y busca tambi¨¦n la f¨®rmula para una gran confluencia de independentistas. Propuso una en noviembre, en forma de coalici¨®n de partidos, dirigida sobre todo a Esquerra Republicana. Se la rechazaron. El s¨¢bado, en la conferencia dictada en Molins de Rei, propuso otra no ya con partidos, sino con las organizaciones y entidades que impulsan y animan la campa?a independentista desde 2010, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y ?mnium Cutural. La denomin¨® la lista electoral con el presidente. Pero no parece muy viable. Entre otras cosas, porque entra en competencia con la oferta para otra confluencia de independentistas lanzada por Esquerra Republicana. La Alianza para la Rep¨²blica Catalana planteada tambi¨¦n la semana pasada por Oriol Junqueras no se ofrece estrictamente como una plataforma electoral, pero tambi¨¦n lo es en parte, pues resulta obvio que aspira a aglutinar a los sectores surgidos del PSC a los que Esquerra ya acogi¨® en las elecciones europeas y municipales, a los que puedan desentenderse de ICV si los ecosocialistas mantienen su rechazo a alinearse como independentistas y a las entidades como ANC y ?mnium.
La competencia entre estas tres opciones contribuye ahora mismo a configurar un escenario muy abierto si el presidente Mas adelanta al 27 de septiembre la convocatoria de las elecciones al Parlamento catal¨¢n, como parece decidido a hacer. Converg¨¨ncia y Esquerra pugnan por la direcci¨®n y la hegemon¨ªa del bloque independentista, en el que ambos aspiran a convertirse en el sol en torno al que giran los planetas del soberanismo. Iniciativa y Podemos quieren reeditar para las elecciones al Parlament la f¨®rmula que les ha permitido arrebatar a la derecha la alcald¨ªa de Barcelona. Aspiran tambi¨¦n a consolidarse como la gran alternativa de izquierdas, a invertir la posici¨®n respecto al partido socialista, como ha sucedido en el Ayuntamiento de la capital catalana y otros. Mas es consciente del potencial de esta apuesta y por esto dispara contra ella. El 27-S ser¨¢ o no un plebiscito sobre la independencia en funci¨®n de que siga m¨¢s o menos viva y activa la voluntad de castigar en las urnas las pol¨ªticas de ajuste econ¨®mico que Converg¨¨ncia y el PP han protagonizado y que se manifest¨® ya en las elecciones municipales.
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