Un segundo origen para el a¨²n desconocido Manuel de Pedrolo
El prol¨ªfico autor, de los m¨¢s vendidos de las letras catalanas, sigue sin ser valorado a los 25 a?os de su muerte
¡°El caso Pedrolo es aparte¡±, sentenci¨® el lapidario, pero certero, Joan Fuster. Manuel de Pedrolo (l¡¯Arany¨®, Segarra, 1918- Barcelona, 1990) es el autor de Mecanoscrit del segon origen (1974), el libro m¨¢s vendido de Edicions 62 (ronda los 900.000 ejemplares) y el segundo de toda la historia de la literatura catalana (tras La pla?a del diamant, de Rodoreda); renovador escritor de los m¨¢s le¨ªdos y de los m¨¢s prol¨ªficos que han dado nunca esas letras con 120 t¨ªtulos de todos los g¨¦neros imaginables, de los que se venden unos 10.000 ejemplares al a?o y, al menos cuatro, corretean incansables entre las lecturas escolares. Pero ni todo ello, ni el ostentar un valor pol¨ªtico hoy al alza como haberse mostrado un insobornable soberanista cuando casi no lo era nadie en 1985, le permiten un reconocimiento incuestionable en el canon a los 25 a?os de su muerte, el 26 de junio de 1990. Se cumplen sin conmemoraciones notables y la sensaci¨®n si no de olvido s¨ª de displicente silencio y soledad, un poco como en su entierro: asisti¨® su esposa Josefina Fabregat, su hija Adelais y un amigo que lleg¨® tarde: el colega Joaquim Carb¨®. Nadie m¨¢s.
Pedrolo fue un luchador a contracorriente toda su vida, inc¨®modo de pertenecer, por rama paterna, a una arruinada nobleza terrateniente con castillo en la ¨¢spera Segarra. ¡°Ese origen le dol¨ªa: hasta los a?os 60 su padre llevaba el t¨ªtulo de Senyor de l¡¯Arany¨®, pero ¨¦l prescindi¨® siempre de ello, bromeaba con el De de su apellido y nunca olvid¨® las servidumbres del peinado o del vestir, con lacito al cuello por corbata incluido, que le impon¨ªan para ir a escuela¡±, recuerda Xavier Garcia, estudioso y potencial bi¨®grafo de Pedrolo.
Se busc¨® todas las causas para ser rebelde: se afili¨® a la CNT para participar en la guerra civil y en 1946 se cas¨®, a pesar de una clasista oposici¨®n familiar que se tradujo en un noviazgo de siete a?os, con una tejedora de familia obrera de Sants. Ella fue quien le dio el impulso para que se destapara como escritor, empuj¨®n notable visto con los a?os: unos 20.000 folios s¨®lo de novelas, 400 cuentos, poemarios para 22 libros, 19 obras de teatro, 250 art¨ªculos¡
De los libros del escritor se venden al menos 10.000 ejemplares al a?o
Nacido como poeta en 1949 (?sser en el m¨®n), saltar¨¢ pronto a la narrativa (El premi literari i altres contes, de 1953), pero el erial editorial y la censura explicar¨ªan las dificultades de visibilidad de quien ten¨ªa en la cabeza ser escritor profesional, af¨¢n que la guerra civil retras¨® con notable trauma pero que causa (eso y huir de la poblada sombra familiar) que le llevaron a vivir a Barcelona. La trayectoria era prometedora: el cr¨ªtico Rafael Tasis habla de ¨¦l, incluso antes de que haya publicado nada, como ¡°el m¨¢s importante novelista que se ha dado en Catalu?a despu¨¦s de Narc¨ªs Oller¡±.
La b¨²squeda de una biblioteca ideal para entrar en el canon
Hay un consenso t¨¢cito en el hecho de que a Manuel de Pedrolo la diversidad de g¨¦neros que abord¨® ha lastrado su reconocimiento. El editor Jordi Cornudella a?ade como segundo pecado la producci¨®n excesiva: "Su obra es demasiado multiforme y muy marcada por las probaturas pero tambi¨¦n avasalladoramente inmensa", resume. Por ello cree que faltar¨ªa hoy "un proceso de acotaci¨®n y ponerse de acuerdo en escoger media docena de sus obras y fijarlas de alg¨²n modo porque Pedrolo es un fabulador magn¨ªfico, con una capacidad de invenci¨®n notable, un narrador que te atrapa y no te deja respirar, nada filigranista para un lector contemplativo: escribe para uno comprometido con la lectura; y eso debe saberse m¨¢s". "Sin duda, ser tan prol¨ªfico le ha perjudicado en el ¨¢mbito acad¨¦mico", remacha el estudioso Xavier Garc¨ªa. La intersecci¨®n entre ambos expertos ya apuntar¨ªa una bibliograf¨ªa indispensable para el Pedrolo narrador: Cendra per Martina (1965); Totes les b¨¨sties de c¨¤rrega (1967); M'enterro en el fonaments (1967)¡ Joan Fuster hablaba de Domicili provisional (1956) como "obra maestra". Eso por no citar la serie Temps obert (1963-1980), 12 novelas protagonizadas por un mismo personaje, Daniel Bastida, que en cada t¨ªtulo vive de manera diferente las consecuencias de un bombardeo en el barcelon¨¦s barrio de Gr¨¤cia durante la Guerra Civil. En el Espai Pedrolo, que desde hace un a?o abri¨® la fundaci¨®n del escritor en el tambi¨¦n castillo segarriano de Concabella, se guardan m¨¢s de un millar de fichas de ese corpus, con 940 personajes distintos. Puro Pedrolo.
Escribir¨¢ como un poseso y traducir¨¢. La vida que lleva ayuda: trabaja hasta las 2 de la tarde en cualquier cosa (corrector editorial, informes comerciales para una agencia de detectives, vendedor de fruta¡), come raudo y se encierra a leer hasta cuatro libros a la vez (su biblioteca acabar¨¢ con 11.000 vol¨²menes) o a escribir. No viaja, no tiene vida social¡ ¡°Por un lado est¨¢ su grafoman¨ªa: s¨®lo desea escribir y vivir: no sin reticencias acepta tener una hija; y luego est¨¢ lo ideol¨®gico: busca una soluci¨®n de continuidad para una tradici¨®n rota como es la literatura catalana, por eso escribe de todo lo que cree que falta: novela er¨®tica, policiaca, de ciencia-ficci¨®n¡¡±, enumera Garcia.
¡°Pedrolo escrib¨ªa lo que escrib¨ªa para hacer labores de suplencia; ¡®?A Catalu?a le falta esto? Pues lo hago yo¡¯; pero en el caso de la novela negra es evidente que lo hac¨ªa porque le gustaba; por eso en 1963 se pone a dirigir la colecci¨®n La Cua de Palla¡±, fija Jordi Cornudella, editor de Grup 62, que posee parte de la obra de Pedrolo en su cat¨¢logo, con seis t¨ªtulos vivos. As¨ª parece desprenderse de su actitud: pronto abandona la poes¨ªa porque ¡°es demasiado pura para lo que quiere y pasa a la narrativa porque cree que es lo que se necesita y volver¨¢ a aquella cuando est¨¦ consolidada¡±, mantiene Garcia. Hace lo propio con el arte dram¨¢tico: gran dominador de los di¨¢logos, es un avanzado del teatro del absurdo, con obras como Homes i NO (1957), ¨¢rea que tambi¨¦n abandonar¨¢ cuando cuajen voces como las de Josep Maria Benet i Jornet o Jordi Teixidor.
El resultado es una obra muy extensa y, claro, irregular, ¡°poco o mucho admirable¡±, resume el ladino Fuster. La incomunicaci¨®n, la soledad, la guerra de los sexos y el sinsentido de la vida ser¨¢n, junto al existencialismo de su poes¨ªa, el hilo de una obra que tendr¨¢ notables detractores (¡°en las cartas entre Rodoreda y Joan Sales, es apu?alado cada tres p¨¢ginas¡±, recuerda Cornudella); Fuster sostiene que el impulso de su inventiva compensa ¡°deficiencias de estilo¡±, planteamientos y ¡°excesos discursivos¡± de sus obras) pero que es muy apreciada por autores de los 70 como Jordi Coca y los que formaron el colectivo Of¨¨lia Dracs (Pep Albanell, Jaume Fuster¡) por sus aportaciones narrativas dominantes allende los Pirineos.
A pesar de recibir en 1979 el Premi d¡¯Honor de les Lletres Catalanes, en los 80 Pedrolo empieza a quedarse en la cuneta, aunque ya es un autor de cierto ¨¦xito popular. ¡°Es ignorado en una sociedad secuestrada y en sus diarios refleja su sensaci¨®n de fracaso; pero ¨¦l tambi¨¦n buscaba la soledad y la familia tambi¨¦n le secuestra¡±, cree Garcia. ¡°Le perjudica un modelo de lengua encorsetado de posguerra cuando ya se lleva un estilo m¨¢s Quim Monz¨® y el ¨¦xito deslumbrante del Mecanoscrit¡, encasillado como literatura juvenil y de g¨¦nero¡±, sostiene Cornudella.
Una adaptaci¨®n al cine de Bigas Luna y Carles Porta de esa obra que se estrenar¨¢ en el Festival de Sitges y La nostra mort de cada dia (1958) en el Teatre Nacional de Catalunya son de los escasos vestigios de los 25 a?os de la muerte del escritor. ?Los aires soberanistas de la Catalu?a actual pueden ayudar a resituar en primera l¨ªnea a Pedrolo? ¡°Que ahora se le revindique m¨¢s no quiere decir que se le est¨¦ leyendo m¨¢s; que fuera soberanista no lo hace mejor o peor escritor¡±, piensa Cornudella. Tan iconoclasta como su estudiado escritor, Garcia ¨Cincansable: hoy presenta en Barcelona su libro sobre la correspondencia entre Joan Oliver y Joaquim Molas (Pag¨¨s editors) en el Institut d'Estudis Catalans- cree que ¡°Pedrolo no est¨¢ olvidado: lo demuestran sus ventas, lo est¨¢n m¨¢s autores como Montserrat Roig; por otro lado, que se lo quiera apropiar el soberanismo me da pavor: Pedrolo no tiene un corpus ideol¨®gico: todo su discurso en esa l¨ªnea est¨¢ en su periodismo, donde s¨ª saca trapos sucios y los Borbones y el Papa; eso est¨¢ en, por ejemplo, Els elefants son contagiosos (1974)¡ Me da miedo que lo conviertan en una especie de Josep Maria Folch i Torres: muy popular por tradiciones, patria y tal pero que no lo lea nadie¡±. Como resum¨ªa Maria Aur¨¨lia Capmany, en 1989: ¡°Manuel de Pedrolo, sempre per con¨¨ixer¡±.
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