Cr¨®nica del ¡®cerocerismo¡¯
El gallego certifica un triunfo de m¨¦rito, pero el suyo es todav¨ªa un repertorio excesivamente plano
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fernando neira
No parece Andr¨¦s Su¨¢rez el paradigma de artista carism¨¢tico. Extra?o cantautor con melenita heavy, chico ajeno a fotogenias o poses estilosas, su ascenso al estrellato constituye un caso ins¨®lito y alentador: es grande el m¨¦rito de quien, nacido en la autogesti¨®n y con el ¨²nico argumento de sus canciones sinceras, llena consecutivamente Galileo Galilei, Joy Eslava y La Riviera y alcanza la segunda plaza en la lista de los m¨¢s vendidos. Pero las cr¨®nicas del amor y sus pormenores (incluidos, claro, los descalabros sentimentales) siguen constituyendo el eterno espejo en el que mirarse: la sala de las palmeritas era este s¨¢bado el h¨¢bitat de las parejas que escuchaban abrazadas o recostando una cabeza sobre la otra, el refugio de amigas que entrelazan sus dedos c¨®mplices y, en general, el para¨ªso de quienes gustan de hermanarse en concierto por la v¨ªa del karaoke colectivo.
El coru?¨¦s aporta los versos necesarios para visualizar esos corazones ajironados (¡°Yo estar¨¦ sin ti / T¨² estar¨¢s mejor¡±), aunque su af¨¢n por conmover tambi¨¦n incluye excesos (¡°La vi desnuda y llor¨¦ / y llor¨® conmigo la noche¡±) m¨¢s propios de las carpetas del BUP. Su¨¢rez presum¨ªa de que cada uno de sus discos supera al antecesor, y es loable que as¨ª lo pretenda. El problema es que Mi peque?a historia (2015) no es mejor ni peor que Moraima (2013), sino indistinguible. Abonado a los medios tiempos y los ritmos ternarios, a Su¨¢rez le falta sagacidad, sorpresa, capacidad para que una estrofa nos haga sacudir la cabeza por extra?a, desconcertante, perturbadora.
Transcurren los minutos sin que sucedan grandes cosas rese?ables: solo una cr¨®nica del cerocerismo, peloteo insulso en el centro del campo. Incluso la presencia de metales en N¨²meros cardinales pasa inadvertida porque no aporta excitaci¨®n. A Andr¨¦s se le nota que le gusta Glen Hansard en el final de Te di vida y media, calco de Bird of sorrow. Si ese es su referente, digamos que a¨²n le queda un trecho notable por recorrer.
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