Flash del discurso de un juez
La autoridad en su novedad se siente en la necesidad de presentarse com¨²n, un ciudadano cualquiera con sentimientos y debilidades
En discursos o confidencias el poder de estreno a veces exhibe el yo personal, bastante humano. La autoridad en las representaciones individuales y protocolarias evidencia su novedad, se siente, quiz¨¢, con la necesidad de presentarse com¨²n, un ciudadano cualquiera con sentimientos. Entre la m¨¢xima profunda y el memor¨¢ndum gen¨¦rico, tambi¨¦n se desabrocha, muestra y explica cuestiones personales, biogr¨¢ficas.
La voz del protagonista, en estos trances y p¨¢rrafos, se transforma en ¨ªntima, dura y solemne; aflora emotiva, nost¨¢lgica, casi con detalles privados, familiares. Esas intervenciones en primera persona del singular tienen la obvia intenci¨®n de hacer plural el sujeto y el verbo, todo el mensaje: un ¡®sin vosotros no soy nadie¡¯. Pretende la complicidad social, afinidad corporativa, calar en los corazones de los allegados, evocar m¨¢s all¨¢ de las l¨¢pidas a los ausentes.
Uno de esos momentos, con moderaci¨®n, lo plasm¨® el magistrado Antoni Oliver Reus, presidente de la sala de lo social del Tribunal Superior de Justicia de les Islas Baleares. Juez singular, moderno y progresista, con barbita desarreglada, navegante y excursionista, se vio rodeado de un plural coro de abogados, jueces y fiscales, sindicalistas y empresarios y familia.
En su promesa Oliver lanz¨® un alegato contra la sobre saturaci¨®n que puede poner en duda la tutela efectiva de los derechos de los justiciables. Indic¨® que el derecho laboral ha ejercido ¡°una doble funci¨®n pacificadora y de progreso, procurando una notable cohesi¨®n social, que ha dado a Europa uno de los momentos m¨¢s brillantes de la historia de la humanidad.¡± La versi¨®n directa: ¡°Pocas cosas como la Seguridad Social nos han ofrecido fortaleza social y moral, es uno de los m¨¢ximos exponentes de solidaridad entre los ciudadanos¡±.
El jurista no lo detall¨®, es su memoria pero es historia: Es nieto de alcalde republicano de Felanitx, Pere Oliver i Domenge, ¡®es potecari¡¯ de son Barcel¨®, perseguido, su familia presa y ¨¦l 15 a?os exiliado. Su otro abuelo Pere Reus Bordoy, juez de paz y editor, catalanista como aqu¨¦l fue ejecutado en 1938. ¡°En Toni es jutge¡± d'es Port, bord¨® su intervenci¨®n, en catal¨¢n con mensajes de contenido c¨ªvico que altern¨® con referencias personales ¨Cno todas.
Habl¨® de su abuela Purita Manzanares de Cartagena, presa en la c¨¢rcel de mujeres de Palma, can Salas, que le augur¨® que ser¨ªa juez "como mi Perico" (su abuelo). Aludi¨® a sus progenitores extintos. Su padre Miquel Oliver Massut¨ª abri¨® su biograf¨ªa en los campos de concentraci¨®n de Franco y lleg¨® a la c¨²pula cient¨ªfica del Instituto Oceanografico, a la subsecretaria de Pesca y a esca?os electos con los socialistas. El magistrado Oliver, tutelado por sus pares Antonio Terrasa y Gabriel Fiol, cit¨® al poeta Blai Bonet: "la autoritat ¨¦s m¨²tua o no ¨¦s".
Las referencias propias del dietario, la poes¨ªa y las citas literarias pueblan los mensajes. Francina Armengol, neo presidenta de Baleares, vivific¨® sus sue?os en Miquel Bau?¨¢ -que el PP contrapuso a Calder¨®n de la Barca-; habl¨® del miedo de Albert Camus, de la fidelidad de Salvador Espriu y se abraz¨® a Bartomeu Rossell¨®-P¨°rcel (poeta compartido con Alberto Jarabo de Podemos):¡°Tota la meva vida es lliga a tu com en la nit les flames a la fosca¡±. De pie, an¨®nima entre el p¨²blico y el discursio, quien dio voz y gloria a Rossell¨®, Maria del Mar Bonet. Otros citas de poder, Mari¨¤ Villag¨®mez, de Ibiza: es preciso desear lo imposible y que no muera el deseo.
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