Tarragona y sus edificios fantasma
La ciudad acumula equipamientos p¨²blicos en desuso
El calendario avisa de que faltan menos de dos a?os para inaugurar los Juegos del Mediterr¨¢neo y, seg¨²n la agenda, en seis meses las instalaciones deber¨ªan de estar listas para albergar competiciones. Sin embargo, el montaje est¨¢ en fase germinal e incluso el alcalde, Josep F¨¦lix Ballesteros, amenaza con romper la baraja si no recibe financiaci¨®n estatal. Mientras la organizaci¨®n de Tarragona 2017 no aparta la mirada del reloj, la ciudad acumula equipamientos p¨²blicos en desuso.
El singular pacto trabado entre Ballesteros (PSC) y Josep Poblet (CDC) para mantener al imputado alcalde de Vila-seca en la presidencia de la Diputaci¨®n de Tarragona se justific¨® p¨²blicamente como una maniobra para desatascar asuntos pendientes. Entre estos, aleg¨® el t¨¢ndem sociovergente, se encuentra el antiguo preventorio de la Savinosa. Titularidad del organismo provincial, el imponente y l¨®brego edificio se halla en un lugar sobresaliente, en la frontera de las playas de la Arrabassada y la Savinosa. Fue construido en 1929 y, entre otros usos, sirvi¨® para confinar a ni?os que estaban enfermos de tuberculosis. Ten¨ªa capacidad para unos 600 pacientes. Hace m¨¢s de 40 a?os que la finca, de casi 80.000 metros cuadrados, est¨¢ abandonada y suma tantos proyectos de hipot¨¦tica rehabilitaci¨®n como fracasos en la ejecuci¨®n.
No muy lejos de all¨ª se encuentran las ruinas del sociosanitario Mare de D¨¦u de la Salut, popularmente conocido como Casablanca. Su gesti¨®n era competencia de Gesti¨® i Prestaci¨® de Serveis de Salut (GiPSS), una empresa p¨²blica adscrita al Servici¨® Catal¨¢n de Salud. En sus tiempos de consejera de Salud, Marina Geli anunci¨® que se emprender¨ªa una ambiciosa remodelaci¨®n. La restauraci¨®n, dec¨ªa Geli, estar¨ªa terminada en 2007. Sin embargo, los ¨²nicos cambios que ha experimentado el viejo edificio han sido los grafitis que decoran sus paredes.
En el otro extremo de la ciudad, cerca del Serrallo, el barrio marinero, se encuentra la Tabacalera. Un espacio de m¨¢s de 50.000 metros cuadrados que lleg¨® a manos del ayuntamiento como herencia de la antigua f¨¢brica de tabacos. Los despachos de Tarragona Impulsa, el servicio municipal de ocupaci¨®n, encuentran acomodo en la finca. M¨¢s all¨¢ de estas oficinas, apenas dos almacenes del monumental inmueble, tienen uso como archivo y como espacio para conciertos. Con la fiebre por las smart cities, la Tabacalera fue bautizada como el smart parc de Tarragona y se invirtieron 3,3 millones de euros en un pretencioso jard¨ªn vertical que decora la fachada. Los costes para mantenerlo floreado, calculados en 25.000 euros anuales, han acelerado su marchitamiento.
La Tabacalera fue una de las opciones planteadas para ser la villa de hospedaje de los 5.000 atletas que competir¨¢n en los Juegos del Mediterr¨¢neo. La opci¨®n se descart¨®. Como tambi¨¦n se desech¨® alojarlos en la antigua Ciutat de Rep¨°s i Vacances de Tarragona, un complejo de chal¨¦s situado a tiro de piedra de la playa Llarga. La obra, con capacidad para 1.200 personas, fue levantada durante la dictadura para que las familias trabajadoras pasaran sus dias de asueto a bajo coste. Hoy, en manos de la Generalitat, est¨¢ en proceso de descuido. Tambi¨¦n acumula polvo y telara?as el antiguo cuartel de la Guardia Civil, muy cerca de la c¨¦ntrica Rambla Nova. La finca fue comprada al Ministerio de Interior por 780.000 euros para albergar pisos de protecci¨®n oficial. La antigua casa cuartel acumula cinco a?os en estado de hibernaci¨®n desde que, en enero de 2010 y por 13 millones de euros, el entonces ministro de Interior Alfredo P¨¦rez Rubalcaba inaugurara cerca del Hospital Joan XXIII la nueva base de operaciones de la Benem¨¦rita. El que fuera cuartel de la Policia Armada tambi¨¦n soporta d¨¦cadas de abandono en la calle Santiyan, cerca de la estaci¨®n del ferrocarril. Al otro lado de las v¨ªas languidece la antigua sede de la Autoridad Portuaria. La direcci¨®n del puerto trabaja en un proyecto para reconvertir el edificio en un espacio para oficinas.
Jaume I, sin uso
Peor suerte corre el vetusto edificio del Banco de Espa?a, sin utilidad a la vista. Son 2.700 metros en el coraz¨®n de la Rambla Nova. Un caramelo. En 2010 el alcalde Ballesteros asegur¨® que la adquisici¨®n estaba llamada a ser ¡°un punto de inflexi¨®n para la atracci¨®n de turistas¡±. Los turistas pasan por la Rambla pero dif¨ªcilmente alguno preste atenci¨®n a la desconchada construcci¨®n.
De entre todos los equipamientos inservibles, el m¨¢s perturbador es el aparcamiento Jaume I. La instalaci¨®n se ha convertido en un bochornoso ejemplo de mala gesti¨®n. Presupuestado por 3,9 millones de euros por el entonces gobierno municipal de CiU y PP, la obra se dispar¨® hasta los m¨¢s de 30 millones. Por si fuera poco, jam¨¢s ha tenido uso. Recientemente el consistorio decidi¨® plantear un concurso de ideas para que fueran los ciudadanos quienes decidiesen qu¨¦ hacer con el agujero. De los 136.000 habitantes que tiene Tarragona, solo 239 participaron en la propuesta.
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