El ¨²ltimo y m¨¢s amargo caf¨¦ del Comercial

Adi¨®s al Caf¨¦ Comercial. Las puertas de este emblem¨¢tico local inaugurado en 1887 se cerraron ayer. En sus 128 a?os de historia ha sido mucho m¨¢s que un caf¨¦: lugar de tertulias, plat¨® de cine y punto de reuni¨®n de cineastas, literatos e intelectuales. En una de sus mesas ten¨ªa el rinc¨®n Antonio Machado, en otra de la esquina escrib¨ªa Francisco Umbral y, entre ellas, dirigi¨® David Trueba sus c¨¢maras en Madrid, 1987.

La esencia del Comercial, ubicado en la populosa glorieta de Bilbao de Madrid, ha estado marcada por el sello de la literatura y el celuloide. Un ambiente que llevaba a escritores noveles a buscar la inspiraci¨®n entre sus paredes.

Cerr¨® por sorpresa, sin avisos, ni alharacas. Las propietarias ¡ªIsabel Contreras y su prima Maribel Seracat¨®¡ª adujeron que no quer¨ªan seguir con el negocio y los empleados antiguos se vieron obligados a girar la llave. Todav¨ªa no conocen los motivos. Barajan problemas familiares o una posible venta del local, pero todo son elucubraciones. ¡°No nos han explicado nada, no entendemos c¨®mo pueden cerrar un local con tanta historia sin dar otra opci¨®n¡±, dice Felipe Majano, el empleado m¨¢s antiguo del caf¨¦, 36 de sus 60 a?os ha estado sirviendo caf¨¦s en la emblem¨¢tica esquina.

Los abrazos, los rostros de incredulidad y los comentarios indignados se repet¨ªan sin cesar a las puertas de este local. ¡°?Qu¨¦ vamos a hacer ahora? ?En qu¨¦ otro sitio voy a poder tomarme un caf¨¦ y ver aparecer a Almudena Grandes o a Mu?oz Molina?¡±, se pregunta Miguel Delgado en alusi¨®n a estos conocidos escritores. Este cliente asiduo, despu¨¦s de dos d¨¦cadas, ya ten¨ªa una mesa fija. Como Delgado, eran muchos los parroquianos que llegaron ayer para despedirse sin ni siquiera poder tomarse un ¨²ltimo caf¨¦.

¡°Estamos desolados. Es una hecatombe. Este tipo de lugares deber¨ªa ser protegido como patrimonio cultural¡±, considera David Am¨®n, un actor de teatro que llevaba siete a?os sin faltar un d¨ªa a su cita con el Comercial. Am¨®n decidi¨® presentar su ¨²ltima obra, ?Por qu¨¦ Laura, por qu¨¦?, entre las tablas de este local.

Isla de inspiraci¨®n

¡°Era un lugar de inspiraci¨®n y de concentraci¨®n. Era como estar en una isla en la que o¨ªas el tintineo de las cucharillas de caf¨¦¡±, expresa Emiliano de Lucas, cliente desde hace 30 a?os, que ha escrito varios de sus poemas entre el vaiv¨¦n de camareros. Esa esencia de literatura y de tertulia es la que hac¨ªa del Comercial un local ¡°insustituible¡± para sus clientes. ¡°No hay ning¨²n caf¨¦ as¨ª en todo Madrid, porque el Caf¨¦ Gij¨®n se ha llenado de turistas. Aqu¨ª se preservaba un trozo del Madrid de otra ¨¦poca¡±, razona.

En los ¡°buenos a?os¡± hab¨ªa llegado a tener 34 camareros sirviendo a personalidades como los escritores Blas de Otero, Rafael S¨¢nchez Ferlosio o Gabriel Celaya. En la plantilla, ahora reducida a 19, hab¨ªa trabajadores con una larga experiencia y un sinf¨ªn de an¨¦cdotas para contar.

En la fachada del Comercial sigue la placa conmemorativa que le otorg¨® la Comunidad de Madrid por ser un establecimiento centenario. Ahora comparte espacio con el cartel de letras negras que anuncia: ¡°Cierre por cese de negocio¡±.

Los empleados no creen que el motivo del cierre sea econ¨®mico ya que faena no faltaba. ¡°En verano siempre baja un poco la gente que viene, pero es lo normal, ten¨ªamos mucho trabajo¡±, explica Majano. Es inevitable: las hip¨®tesis sobre los motivos del cierre vuelan entre los clientes habituales, los curiosos y los empleados, pero lo ¨²nico que saben seguro es que en el Comercial ya no se servir¨¢ caf¨¦ ma?ana.