Cu¨¦ntame un cuento
El cuento Los federalistas ingenuos es bueno, ciertamente, pero creo que los hay mejores
Agosto es un buen mes para tomarse un respiro, dejar correr el tiempo despacio, disfrutar del dolce far niente (quien pueda) y pasar largas horas leyendo, a ser posible bajo la sombra fresca de un ¨¢rbol frondoso. Por ello, para estos d¨ªas que nos quedan de tregua previa a la tormenta perfecta que se avecina, me van a permitir algunos consejos de lectura al hilo de un comentario hecho hace unas semanas por Oriol Junqueras. Con ocasi¨®n de un debate entre dirigentes de la izquierda catalana, Junqueras le solt¨® a Miquel Iceta que eso de la reforma federal de la Constituci¨®n era un cuento de hadas, y result¨® evidente para todo el mundo que esas f¨¢bulas no le gustan nada.
A Junqueras hay que reconocerle capacidad imaginativa. Primero fue la invenci¨®n de la figura de socio del gobierno y jefe de la oposici¨®n en una misma persona. Despu¨¦s, la propuesta (fallida) de una candidatura sin pol¨ªticos para las inminentes elecciones catalanas. Su nueva aportaci¨®n consiste en sustituir los frames y los relatos por el m¨¢s entra?able concepto de los cuentos. La idea me gusta, as¨ª que, como les dec¨ªa anteriormente, me voy a permitir comentarles algunas novedades.
El cuento Los federalistas ingenuos es bueno, ciertamente, pero creo que los hay mejores. Imbatible me parece Con la independencia seremos n¨®rdicos, nos moriremos menos y los ni?os tendr¨¢n helado de postre todos los d¨ªas. S¨ª, ya s¨¦ que ese es de la temporada pasada, pero en todo este tiempo no ha perdido inter¨¦s alguno. ?Y qu¨¦ me dicen del ¨¦xito arrollador de Coge los 16.000 millones y corre? Lleva varios a?os en la lista de los m¨¢s vendidos, y aunque sus autores lo tienen por cuento hiperrealista, de hecho, apunta m¨¢s al g¨¦nero fant¨¢stico. ?ltimamente se lo ve menos en los escaparates de las librer¨ªas, y es que aparecieron estudios muy serios que desvelaron, adem¨¢s de algunas trampas del argumento, que era un plagio descarado de un cuento de Legah North, autor de ramalazo xen¨®fobo y pol¨ªticamente incorrecto.
En el mundo indepe se llevan mucho los cuentos de terror, con dos variantes principales. De una, waltdisneyana, ser¨ªa buen ejemplo La malvada madrastra Espa?a (Esca?a o Caspa?a en las versiones para hooligans), en el que se cuenta c¨®mo su hijastra Catalu?a lleva sufriendo siglos de maltrato sin piedad. En una reciente edici¨®n, el fantasista A. More ha a?adido un ep¨ªlogo en el que explica que la tal Catalu?a es la leche y que est¨¢ preparada para ser a¨²n mejor.
Un cr¨ªtico rencoroso ha se?alado, no sin alg¨²n fundamento, que en este cuento la raz¨®n anda algo ausente, porque no se entiende que, pese al multisecular abuso al que ha estado sometida, la hijastra haya llegado a ser la envidia del mundo entero. Detalle sin importancia, pues ya se sabe lo aficionados que aqu¨ª somos a la llamada ¡°suspensi¨®n de la incredulidad¡±, es decir, la renuncia voluntaria al sentido cr¨ªtico para creer sin m¨¢s lo que el autor del cuento nos est¨¢ explicando.
La otra variante es la que podr¨ªamos calificar de postapocal¨ªptica, tipo Mad Max. Por ejemplo, el aclamado Armaged¨®n Catalonia, en el que el 27-S los electores no deciden lo correcto y ello provoca la desaparici¨®n de una naci¨®n milenaria como consecuencia del devastador contraataque lanzado por el siniestro Morador de La Moncloa, sea este quien sea (esto ¨²ltimo es muy importante para el argumento). Historia terror¨ªfica, casi lovecraftiana, aunque no podemos dejar de echar en falta en ella algo m¨¢s de sutileza en la narraci¨®n. Todo resulta pueril y excesivamente tremendista, con las costuras del relato demasiado visibles. Mal, muy mal.
Hay muchos m¨¢s cuentos independentistas, pero el p¨²blico parece que empieza a cansarse del apocalipsis, la fantas¨ªa y el humor involuntariamente disparatado. Adem¨¢s, han aparecido autores y temas nuevos; gente m¨¢s en la l¨ªnea del realismo (sucio muchas veces, por desgracia, pero es que la situaci¨®n es la que es) y que sabe conectar con las aut¨¦nticas preocupaciones de los lectores, entre las que construir nuevos estados no parece ocupar un lugar preferente. Y no lo digo yo, sino el ¨²ltimo bar¨®metro del CEO, gu¨ªa infalible para dirigentes mesi¨¢nicos.
En fin, que nos gustan mucho los cuentos y hay que disfrutarlos mientras podamos, no sea que las encuestas acierten y se acabe la diversi¨®n. Carpe diem. Aprovechemos el momento, as¨ª que, venga, cu¨¦ntamelo otra vez, Sam.
Francisco Morente es profesor de Historia Contempor¨¢nea en la UAB
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