El barrio que es una peque?a ciudad
El paro y la vivienda son los problemas m¨¢s urgentes de esta zona del noreste
Arrastra todav¨ªa San Blas una fama injusta de zona peligrosa. Viene de los a?os ochenta, cuando este distrito del noreste de Madrid fue asolado por las drogas y devastado por el paro. Las noticias de entonces hablaban de hipermercados de la hero¨ªna. Del lugar de Espa?a con mayor ¨ªndice de delincuencia juvenil.
Todo eso ha desaparecido casi sin dejar rastro. ¡°Actualmente es un distrito normal, ni m¨¢s ni menos que cualquier otro¡±. Dice un portavoz de la polic¨ªa que, a?ade, lo conoce bien porque patrull¨® la zona hasta 2010. En el lado de la avenida de Guadalajara m¨¢s peligroso, donde algunos residentes recuerdan ver riadas de toxic¨®manos que parec¨ªan zombis, ahora se alza Las Rosas, un tranquilo vecindario de clase media.
Aunque de vez en cuando siguen apareciendo titulares que recuerdan ese pasado. La noche anterior al encuentro con la concejal un vecino fue apu?alado por un joven de 19 a?os. Le hab¨ªa gritado desde la ventana de su casa que dejase de montar jaleo a las cuatro de la madrugada. Como no lo hizo, baj¨® a la calle. All¨ª recibi¨® el navajazo que lo mat¨®.
¡°Nunca me ha pasado nada. Y soy vecina del barrio¡±, afirma la concejal del distrito, Marta G¨®mez-Lahoz, madrile?a de 48 a?os, trabajadora de Puertos del Estado y procedente de los movimientos vecinales. ¡°Con franqueza: esa muerte es algo muy raro. La mayor prueba que puedo dar de que el distrito es tranquilo es que tengo dos hijas adolescentes que se mueven por todas partes y no me da ning¨²n miedo¡±.
Los problemas del barrio son otros, afirma. El primero, el paro, que en junio era del 14,37%, uno de los m¨¢s altos de la capital. ¡°Estamos preparando un plan en el que vamos a intentar incluir a las empresas del distrito¡±. El segundo, la vivienda. ¡°Ha habido muchos desalojos que han llevado a la gente a ocupar pisos por necesidad. Muchos de bancos. Espero que encontremos una soluci¨®n r¨¢pida, porque en muchos casos es urgente, pero todav¨ªa no tenemos un parque de vivienda social municipal¡±, dice mientras pasea por la Quinta de Torre Arias.
La Quinta es un lugar id¨ªlico a un lado de la calle de Alcal¨¢, cedido al Ayuntamiento de Madrid por los condes de Torre Arias en 1986. La finca deb¨ªa permanecer en usufructo de los condes hasta su fallecimiento, momento en el que pasar¨ªa autom¨¢ticamente a ser propiedad del Ayuntamiento. La condesa falleci¨® en 2013. La anterior Corporaci¨®n hab¨ªa planeado ceder este terreno que huele a campo, y el palacio que preside el espacio desde una colina, a la Universidad de Navarra, regida por el Opus Dei. ¡°Hubo un movimiento vecinal muy potente en San Blas, reivindic¨¢ndolo para uso p¨²blico. Y al final se consigui¨® detener aquel proyecto¡±.
?Asegura la edil que no se ha abierto al p¨²blico todav¨ªa porque hace falta consolidar partes del terreno. ¡°Hay pozos que lo hacen peligroso y habr¨ªa que rehabilitar los edificios. Pero la idea es que se pueda acceder a la finca lo antes posible, y en los edificios hacer centros expositivos o culturales en los que los vecinos puedan intervenir de alguna manera¡±.
Con m¨¢s de 150.000 habitantes, el distrito de San Blas-Canillejas tiene algo de peque?a ciudad. Hay zonas residenciales (Simancas, San Blas) e industriales (zona de Hermanos Garc¨ªa Noblejas o el pol¨ªgono Juli¨¢n Camarillo). Hay partes que todav¨ªa no han olvidado que fueron pueblos independientes, como Canillejas, cuyo origen se remonta al siglo XIII y fue anexionado por Madrid en 1949. Y otras que recuerdan su pasado obrero, como el mismo San Blas, que alberga a 60.000 personas y naci¨® en los a?os cincuenta como una zona de realojo del Plan de Urgencia Social franquista, que construy¨® en tiempo r¨¦cord miles de viviendas.
Y presidi¨¦ndolo, el Estadio Ol¨ªmpico de Madrid, La Peineta, visible desde casi todo el barrio y rodeado por las infraestructuras para los frustrados Juegos Ol¨ªmpicos, que lleva cerrado desde 2004, para una remodelaci¨®n eterna. ¡°Mantenerlos, incluso sin acabar, es una sangr¨ªa de dinero¡±, dice. ¡°Pero ?qu¨¦ haces con eso?¡±.
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