El discreto voto de Jordi Pujol
El expresidente de la Generalitat y su mujer, Marta Ferrusola, pasan casi desapercibidos al acudir a su colegio electoral
Apenas pasaban 20 minutos de las nueve de la ma?ana cuando el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, acud¨ªan a votar al colegio electoral del distrito de Sarri¨¤-Sant Gervasi, en la zona alta de Barcelona. No hab¨ªa c¨¢maras ni micr¨®fonos esper¨¢ndolos. Tampoco un s¨¦quito de guardaespaldas tras de ellos. Pujol y Ferrusola entraron, discretos, por la puerta del centro c¨ªvico de Can Castell¨® que da a la calle Freixa, votaron y se fueron. Sin m¨¢s.
Tras introducir la papeleta en la urna, el expresidente se hizo paso entre los vecinos del barrio que aguardaban en ese momento para votar dentro de la sala electoral y sali¨® por la puerta principal de la?vieja mas¨ªa rehabilitada, sobre la calle Castell¨®. "Lo siento, no voy a hacer declaraciones", dijo Pujol a este diario cuando se iba. De la veintena de personas que hab¨ªa en ese momento dentro del recinto, apenas un par de ellas se percataron de su presencia. "?Es el president?", le preguntaba un joven a su acompa?ante. "Mira, son el Pujol y la Marta", apuntaba otra mujer.
El expresident y su mujer, que lo segu¨ªa tres pasos por detr¨¢s, se pararon en los jardines que rodean Can Castell¨® a charlar con una apoderada del Partido Popular. La pareja salud¨® a la mujer y parlamentaron alegres durante unos minutos antes de marcharse. "Hace muchos a?os que nos conocemos", coment¨® la apoderada del PP. Pujol tambi¨¦n se par¨® a hablar con uno de los delegados de Junts pel S¨ª, a quien salud¨® con un apret¨®n de manos y comparti¨® unas palabras.
Apenas 10 minutos despu¨¦s de llegar, el que fuera presidente de la Generalitat durante 23 a?os, se marchaba cabizbajo por el camino terroso que serpentea los jardines de la mas¨ªa. Ni rastro de la comitiva y la pompa que otrora segu¨ªa a la pareja donde quiera que fuese.?
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