Viaje a los dos polos de Catalu?a

Desde el aire, Badia del Vall¨¦s (13.553 habitantes) tiene la forma exacta de la Pen¨ªnsula ib¨¦rica. Todas las calles reciben nombres de zonas de Espa?a y Portugal como Asturias, Cantabria, Oporto... y est¨¢n situadas justo donde les tocar¨ªa en el mapa. A los colegios les pusieron nombres de bailes regionales espa?oles y su alcaldesa, la socialista Eva Menor, naci¨® en Madrid. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n procede de Extremadura y Andaluc¨ªa: aqu¨ª se celebra la virgen del Roc¨ªo y en Semana Santa hay procesi¨®n. Un lugar as¨ª ten¨ªa que ser el municipio catal¨¢n donde las opciones no independentistas triunfasen m¨¢s (82,46%).

Como en el lejano oeste, este pueblo fue fundado de la nada (en un descampado y un barranco, concretamente) en 1975. El 100% de sus pisos, edificados sobre un pol¨ªgono, eran viviendas de protecci¨®n oficial para los trabajadores de Renfe y la el¨¦ctrica Fecsa. Todos los edificios son pr¨¢cticamente iguales ¡ªcon cierto aire a Pyongyang¡ª y hay unos 5.400 pisos y una sola casa: la del cura. No hay barrios pobres ni ricos (en la mayor¨ªa entran pocos ingresos) y la tasa de paro ronda el 23%, pero lleg¨® hace poco hasta el 27%. Este pueblo, pegado a Sabadell, fue uno de los m¨¢s castigados por la concesi¨®n de hipotecas basura y cr¨¦ditos hinchados. Por eso, entre otras coss, su alcaldesa cree que para muchos el asunto de la independencia puede rozar lo superfl¨²o. ¡°Aqu¨ª el proc¨¦s de la gente es muy personal y consiste en llegar a fin de mes o en encontrar un trabajo¡±, se?ala en su despacho.

Badia se fund¨® en 1975 para albergar a trabajadores mayoritariamente de Extremadura y Andaluc¨ªa

El municipio ¡ªsus grandes embajadores son el futbolista Sergio Busquets y el Mago Pop¡ª tiene tan poca actividad econ¨®mica que la Generalitat subvenciona el 30% de su presupuesto. Sin eso, dif¨ªcilmente subsistir¨ªan. La recaudaci¨®n por IBI es escasa y uniforme y apenas hay algunos bares que generen impuestos. Puri Amaya, de 66 a?os y nacida en La Rioja, trabaja en uno de ellos. Tiene siete hijos (varios en paro) y 11 nietos. ¡°Y pasamos las de Ca¨ªn para llegar a final de mes. Con este panorama, no nos vamos a arriesgar a meternos en un l¨ªo como la independencia. ?Se entiende, no?". Se entiende y, pese a que este fue unos de los primeros lugares Catalu?a donde comenz¨® la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, aqu¨ª el idioma mayoritario es el castellano.?

Badia es peque?o, tirando a enano. No llega a un kil¨®metro cuadrado. Pero los edificios de colmena que se levantan en las calles lo convierten en uno de los municipios de mayor densidad poblacional de Catalu?a. De hecho ni siquiera se puede utilizar el kil¨®metro como unidad de medida real. Vistas las cifras (y el muchas veces injustificado estigma social que la acompa?a) podr¨ªa decirse que la vida en Badia no es f¨¢cil. Pero nadie quiere irse. ¡°No me marchar¨ªa ni que me tocase la loter¨ªa. Aqu¨ª se vive muy bien¡±, sostiene Juan, uno de los abuelos que juega a la petanca por la tarde en el hogar de jubilados.

Hay varias explicaciones para este amor incondicional a un pueblo que no ha podido devolverles tanto. Este lugar lo fundaron ellos, y ellos son quienes todav¨ªa viven en ¨¦l. Hasta el 14 de abril de 1994 los habitantes de Badia estuvieron repartidos administrativamente entre Cerda?ola y Barber¨¤. Pero la custodia compartida no funcion¨® y al final nadie se ocupaba de ellos. Se quedaron sin servicios y con las facturas sin pagar. As¨ª que hace 20 a?os decidieron independizarse ¡ªatenci¨®n al paralelismo con el proceso catal¨¢n¡ª para poder gestionar sus propios recursos, recuerda Pedro un jubilado extreme?o: ¡°Y aunque no lo parezca, no nos ha ido mal. Se lo aseguro¡±.

EN LA ZONA CERO DEL INDEPENDENTISMO

El cura Pol habla mucho mejor catal¨¢n que castellano. De hecho, lo segundo solo lo chapurrea, confiesa mientras se coloca el alzacuello. Y adem¨¢s de ser del Bar?a a rabiar ¡ªtiene la bandera colgada en el balc¨®n¡ª, es independentista. Lo interesante es que el cura Pol Badibanga es del Congo y solo lleva un par de a?os en L' Esquirol, el pueblo donde la independencia ha tenido m¨¢s apoyo Catalu?a con un 91,6% de los votos (CUP m¨¢s Junts pel s¨ª). Badibanga apoya y comprende esa postura, y para darle contexto al asunto recuerda cuando su pa¨ªs se independiz¨® de B¨¦lgica. ¡°Creo que reclamar la independencia es un derecho natural. Todo el mundo fue creado por Dios para ser libre y aut¨®nomo¡±, sostiene.

L'Esquirol est¨¢ en la comarca de Osona, probablemente la zona cero del independentismo en Catalu?a. Aqu¨ª casi todo el mundo piensa parecido a este respecto. No hac¨ªa falta persuadirles de nada. Durante la campa?a solo se hizo un mitin y apenas hubo que convencer a nadie, recuerda ?lex Montany¨¤, el alcalde.

Sobre sus inclinaciones m¨¢s espa?olistas, sabemos que de 1.462 votos depositados, 21 fueron al PP, otros 21 a Ciutadans y 24 al PSC. Pero estos votantes, especialmente los dos primeros, no se prodigan mucho con sus opiniones. ¡°Alguna vez los detectas viendo el Madrid¡±, bromea el teniente de alcalde Joan Callej¨®n. "Uy, no vas a ver a ninguno. No lo dicen abiertamente", se?ala otro vecino. Johnny, el due?o del bar Rovi-Snack lo confirma, aunque ¨¦l prefiere no tener conversaciones sobre pol¨ªtica con sus clientes cuando est¨¢ detr¨¢s de la barra. ¡°Pero son muy pocos¡±, zanja.

L'Esquirol tiene 2.188 habitantes y est¨¢ compuesto por 4 n¨²cleos, entre los que se encuentra Cantonigr¨°s, uno de los lugares tradicionales del veraneo de la burgues¨ªa catalana m¨¢s vinculada al nacionalismo. Aqu¨ª Joan Triad¨², uno de los grandes prohombres de la lengua y la cultura catalana, como recuerda la historiadora Gl¨°ria Soler, pas¨® un a?o y medio recuper¨¢ndose de una tuberculosis e instaur¨® un concurso literario. Aquel activismo cultural permaneci¨® y todav¨ªa se percibe su rastro en decenas de entidades y asociaciones.

En L'Esquirol no hizo falta hacer campa?a ni convencer a nadie, recuerda el alcalde: "Hace tiempo que estamos convencidos aqu¨ª"

Situado en el valle de Sau Collsacabra, se trata de uno de los t¨¦rminos m¨¢s grandes de Catalu?a (y probablemente bonitos). Disperso en poblaci¨®n (150 mas¨ªas perdidas por la monta?a) y en riqueza (solo un 4% de paro), su alcalde lo define como una especie de ¡°peque?a rep¨²blica de Catalu?a¡±. Las fotos de los Reyes de Espa?a vueltas del rev¨¦s para se?alar los servicios de hombres y los de mujeres (uno en cada puerta) del Ayuntamiento dan fe de su escaso entusiasmo mon¨¢rquico. De L'Esquirol, de hecho, podr¨ªa decirse que hace tiempo que comenzaron com la famosa desconoexi¨®n.

Pero no es descartable que Espa?a hubiese iniciado tambi¨¦n ese proceso por su cuenta y a la inversa. Hoy es imposible encontrar l'Esquirol en un GPS y en la mayor¨ªa de mapas. Correos tampoco asocia un c¨®digo postal toav¨ªa a dicha denominaci¨®n y cada d¨ªa hay m¨¢s l¨ªos con los env¨ªos, se?alan en el pueblo. Pero el origen de este fen¨®meno se remonta al siglo XIX, cuando a sus habitantes (entonces llamado Santa Mar¨ªa de Corc¨®) empezaron a conocerles como los esquirols, ya que en la posada del pueblo ten¨ªan una ardilla (en catal¨¢n esquirol) enjaulada. Un tiempo despu¨¦s, algunos se fueron a Manlleu, un pueblo cercano, a sustituir a los trabajadores en huelga de una f¨¢brica textil. Recorrieron lo que entonces era un buen trecho y reventaron el paro de los obreros. Y de ah¨ª lo de ser un esquirol, palabra que normalmente va acompa?ada de alg¨²n otro adjetivo.

Por eso sorprende que hace dos a?os se hiciera una consulta para cambiar el nombre de Santa Mar¨ªa de Corc¨® y empezar a llamarse L'Esquirol. La votaci¨®n se gan¨® con un 90% de aprobaci¨®n. Interrogado sobre el asunto, el alcalde defiende que este nombre no esconde nada peyorativo, al contario. ¡°Yo lo veo como que somos una gente atrevida, m¨¢s valiente. Antes estos pueblos [donde se acudi¨® para sustituir a los trabajadores en huelga] estaban mucho m¨¢s lejos¡±, reflexiona.

Este amor a la patria tiene v¨ªnculos fuertes con la tierra que se pisa, con el paisaje, sostiene el vecino Joan Pons. Aqu¨ª no se pone en duda el idioma, se habla catal¨¢n siempre.¡±Estamos muy contentos con el proc¨¦s, pero a veces nos gustar¨ªa que fuera todo mucho m¨¢s r¨¢pido. Hace mucho que pagamos lo que no nos toca y no recibimos nada a cambio¡±, se?ala Johnny. Un malestar que podr¨ªa llegar a compartirse si uno se embarca en la odisea de ir a visitarles en tren desde Barcelona. Una vieja infraestructura con una sola v¨ªa para los trenes que circulan en sentidos opuestos. Algo as¨ª como todo este proc¨¦s.