¡°Esta expropiaci¨®n nos ha roto la vida¡±
M¨¢s de 20 vecinos viven desde hace dos d¨¦cadas con el miedo a perder su casa
Una a una, Manuel P¨¦rez contaba las 5.000 pesetas que le pagaban por su puesto como pe¨®n. Cada final de mes sufr¨ªa para abonar las 5.030 que le ped¨ªan por su casa en el paseo de la Direcci¨®n. Su mujer, Luisa, tuvo que empezar a fregar escaleras: llevaba en el regazo al m¨¢s peque?o de sus tres hijos. Todo por pagar puntualmente el alquiler. Hoy, 39 a?os despu¨¦s y con la amenaza de expropiaci¨®n sobre el tejado, sus hijas Eva y Marisa recuerdan la historia. "En esta casa est¨¢ el esfuerzo de una vida. Nos echan. No nos duele solo por la parte econ¨®mica, sino por los recuerdos, las vivencias. Este es nuestro hogar", explican las hermanas P¨¦rez.
Los 21 vecinos del n¨²mero 318 del paseo de la Direcci¨®n saben desde hace veinte a?os que llegar¨ªa el d¨ªa en que no podr¨ªan volver a su casa. Este mayo, finalmente, una de las vecinas, Bel¨¦n Merino recibi¨® la notificaci¨®n de expropiaci¨®n: le pagan por su piso de dos habitaciones 56.000 euros, la realojan por 130.000. Merino, de 54 a?os, tiene un problema de salud que le impide subir y bajar escaleras y la mantiene d¨ªas encerrada en su casa del segundo piso. Tras aportar los informes m¨¦dicos, el Ayuntamiento ha acelerado su expropiaci¨®n.
En cu¨¢nto le concedan el piso tiene dos meses para marcharse de la que ha sido su casa durante 30 a?os. Tiene dos opciones: hipotecarse para pagar el importe del nuevo piso o abonar un alquiler de 489 euros al mes. "Ya no tengo nada, mi casa ya no es m¨ªa. Acepto lo que me dan o me voy debajo de un puente. No les importa. Esto no es un realojo. Esta expropiaci¨®n nos ha roto la vida entera", cuenta afectada.
Los vecinos, que rondan los 70 a?os, no conf¨ªan en que les concedan una hipoteca para pagar el nuevo piso?
La queja es com¨²n: el precio desorbitado del piso en el que deben realojarse. "Podemos pedir un cr¨¦dito. Si no nos lo dan, irnos de alquiler perdiendo la propiedad por la que hemos estado pagando toda la vida", razona Mariv¨ª, hija de una propietaria de 83 a?os. La mayor¨ªa de estos propietarios tiene m¨¢s de 70 a?os y toda una vida en el edificio. "No les van a conceder una hipoteca con esa edad. No les han dejado alternativa. Nos pagan a 868 euros el metro cuadrado y nos hipotecan a 1.700", razona Eva P¨¦rez.
El Ayuntamiento ha justificado el precio de los inmuebles ofrecidos porque son los pisos que tiene disponibles para oferta municipal. "Una expropiaci¨®n es un procedimiento reglado y ordinario, en el que no cabe decisi¨®n pol¨ªtica", dicen fuentes del Consistorio, "los vecinos tienen la opci¨®n de aceptar el piso que les ofrece el Ayuntamiento o con el dinero de la expropiaci¨®n irse a otro por su cuenta".
A Ascensi¨®n Campos, de 73 a?os, la pensi¨®n que cobra no le dar¨ªa para pagar el alquiler que le pide el Ayuntamiento, porque depende de sus hijos. Recoge en una frase la petici¨®n de todos los vecinos: "A m¨ª que me den un piso como el que tengo, para que pueda vivir tranquila y ya est¨¢".
Los vecinos, sin saber por qu¨¦ los expropian
Los residentes de este bloque no conocen la raz¨®n real de la expropiaci¨®n, solo saben que forma parte del proyecto de remodelaci¨®n de la zona que est¨¢ llevando a cabo Dragados, la empresa del grupo ACS, presidido por Florentino P¨¦rez. "Lo ¨²ltimo que hemos o¨ªdo es que se debe a que quieren ensanchar un par de metros la calle de Isabel Serrano", cuenta un vecino. Otros dos bloques colindantes han sido liberados y se libran de la expropiaci¨®n.
Desde que comenz¨® el proyecto de remodelaci¨®n de esta zona del distrito de Tetu¨¢n pesa sobre ellos, como una losa, el miedo a perder su casa. "Sab¨ªamos que iba a pasar, pero no cu¨¢ndo. Nos hemos levantado cada d¨ªa durante m¨¢s de 20 a?os pensando que al d¨ªa siguiente no tendr¨ªamos nada", cuenta P¨¦rez.
Esta incertidumbre ha provocado que ninguno de estos vecinos pudiera realizar obras adecuaci¨®n de sus viviendas. Amor Laso lleva a?os con una pr¨®tesis en la rodilla. Adolfo Sastre en la cadera. La amenaza de expropiaci¨®n ha impedido que remodelen el ba?o, las escaleras, la cocina. Y tambi¨¦n les ha hecho imposible cambiarse de vivienda. "No han podido meter dinero para arreglar nada, pero tampoco pueden vender porque nadie compra algo que va a ser expropiado", razona la hija de Laso. Su madre a?ade: "Se nos ha parado la vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.