Un a?o de c¨¢rcel para un conductor sin carn¨¦ que mat¨® a un ciclista

Mauricio Eduardo Apolo Granda, de 28 a?os, no ingresar¨¢ en prisi¨®n pese a que el 7 de agosto de 2013 atropell¨® y mat¨® al ciclista ?scar Fern¨¢ndez P¨¦rez, de 37 a?os, cuando ¨¦ste se dirig¨ªa a su trabajo en el distrito de Tetu¨¢n. Apolo, que ten¨ªa el permiso de conducir retirado por haber cometido dos delitos contra la seguridad vial en 2012, ni siquiera se par¨® a auxiliar a la v¨ªctima, que qued¨® tendida moribunda sobre el asfalto. Ha sido condenado a un a?o y tres meses de c¨¢rcel por la titular del Juzgado de lo Penal n¨²mero 31 de Madrid, despu¨¦s de que la fiscal¨ªa y el abogado defensor llegaran a un acuerdo previo. La acusaci¨®n particular, ejercida por la madre del fallecido, ha recurrido la sentencia al considerarla ¡°injusta¡±.

La sentencia, a la que ha tenido acceso EL PA?S, afirma que Mauricio Eduardo Apolo conduc¨ªa a las 6.30 del 7 de agosto de 2014 un turismo Ford Focus, con matr¨ªcula 7623 FDM, ¡°a pesar del estado de somnolencia y cansancio que le embargaba y con desatenci¨®n a las incidencias y de la v¨ªa¡±. El condenado hab¨ªa estado de fiesta durante toda la noche.

Cuando lleg¨® a la altura del camino del Chorrillo, una v¨ªa que une las calles de Sinesio Delgado y Villaamil, a la altura de la farola n¨²mero 10, arroll¨® al ciclista ?scar Fern¨¢ndez.

Seg¨²n el fallo, el ciclista circulaba ce?ido al borde de la acera del borde derecho. ¡°Le arrastr¨® durante 9,55 metros, ocasion¨¢ndole traumatismo craneoencef¨¢lico severo con fractura de la base del cr¨¢neo y hemorragia subaracnoidea traum¨¢tica, que provocaron su fallecimiento pr¨¢cticamente instant¨¢neo¡±.

Apolo, al percatarse de lo sucedido, se march¨® del lugar sin detenerse y sin tan siquiera comprobar el estado en que se encontraba ?scar Fern¨¢ndez. ?ste iba vestido con ropa deportiva y llevaba puesto un casco. Se dirig¨ªa a su trabajo, en un bar en Cuatro Caminos. Entraba a las siete de la ma?ana.

La Polic¨ªa Municipal, que investig¨® el accidente, determin¨® que no hab¨ªa se?ales de frenazo. Tan solo se apreciaron da?os en el asfalto causados por el arrastre de la bicicleta. Fue un motorista que pas¨® por la zona el que encontr¨® al ciclista y avis¨® a los servicios de emergencia. La bicicleta, completamente destrozada, se encontraba a unos 15 metros del cuerpo de Fern¨¢ndez. Ten¨ªa la rueda delantera separada del cuadro.

Cuando se produjo el accidente, el acusado hab¨ªa perdido la vigencia del permiso de conducir al carecer de la totalidad de los puntos. Hab¨ªa sido condenado en 2012 por dos delitos contra la seguridad vial. Conduc¨ªa bajo los efectos del alcohol y lo hac¨ªa de manera temeraria y negligente, seg¨²n la imputaci¨®n policial.

En febrero de 2013, la polic¨ªa le detuvo por estar a los mandos de un coche pese a carecer de permiso. En ese caso, el juez le impuso una privaci¨®n del permiso hasta 2017.

La sentencia, firmada por la magistrada Paloma Pereda Riaza, recoge que los hechos son constitutivos de los delitos de homicidio imprudente, contra la seguridad vial y de omisi¨®n del deber de socorro en grado de tentativa. Por el primer delito, le impone una condena de un a?o de prisi¨®n y la privaci¨®n del derecho a conducir veh¨ªculos de motor durante tres a?os, con la p¨¦rdida definitiva de vigencia del permiso. Por el segundo, la condena es el pago de una multa con una cuota diaria de cinco euros durante 12 meses (1.825 euros en total). Y por el tercero, tres meses de prisi¨®n, as¨ª como el pago de las costas procesales.

La magistrada considera que la imprudencia de Apolo fue grave, ya que iba conduciendo de noche, ¡°iba desatento, adormilado, sin prestar atenci¨®n a las circunstancias de la v¨ªa¡±, seg¨²n la sentencia. De hecho, no se percat¨® de la presencia del ciclista. ¡°El hecho de arrastrarle durante varios metros supone una desatenci¨®n total¡±, concluye la magistrada.

El fallo, que consta de diez p¨¢ginas, supone una rebaja del tercio sobre lo que ped¨ªa la fiscal¨ªa, ya que la juez ha tenido en cuenta que el acusado ¡°reconoci¨® ¨ªntegramente¡± los hechos de los que era acusado. No se le ha aplicado ninguna circunstancia ni agravante ni atenuante.

El testimonio de la vecina

El testimonio de una mujer que vio c¨®mo Apolo aparcaba el Ford Focus con claros signos de un accidente fue el que permiti¨® su detenci¨®n. Momentos antes, hab¨ªan acudido agentes de uniforme a dar la noticia del fallecimiento de Fern¨¢ndez a la madre, que reside en el mismo portal que esta testigo. La mujer avis¨® a la Polic¨ªa Municipal de lo que acababa de ver, lo que puso a los investigadores sobre la pista. Los da?os que presentaba el veh¨ªculo coincid¨ªan con los del atropello de un ciclista.

Los agentes localizaron primero al due?o del veh¨ªculo. Tras presionarle, este les dio la identidad de Mauricio Eduardo Apolo. Este se hab¨ªa ido a trabajar a una obra cercana a su lugar de residencia. All¨ª fue detenido. Hab¨ªan pasado solo ocho horas desde que el ciclista hab¨ªa muerto arrollado. El veh¨ªculo fue decomisado y trasladado a un dep¨®sito municipal donde fue sometido a una detallada inspecci¨®n ocular.