Repartidores sin humos

Alberto Emperador lo tiene claro: en unos pocos a?os quiere montar una carpinter¨ªa en su pueblo, Medina del Campo. Pero para ello necesita ahorrar. As¨ª que, de momento, este corpulento chico de 28 a?os luce la camiseta y el gorro verde de Koiki, la empresa en la que trabaja como repartidor. No es una firma cualquiera: los repartidores son personas con discapacidad intelectual, y es es la primera firma espa?ola galardonada por el Banco Europeo de Inversiones por la innovaci¨®n social que conlleva su modelo de negocio. Para recibir este premio, Koiki ha ganado la competencia de otros 340 candidatos, procedentes 29 pa¨ªses.

Los empleados reparten paquetes andando o montando en bicicleta y reducen as¨ª las emisiones de C02 respecto a un transportador tradicional. Aitor Ojanguren, el fundador de la empresa, describe as¨ª su modelo: ¡°Trabajamos con personas con discapacidad intelectual, reducimos el impacto medioambiental y proponemos un modelo opuesto al de una empresa de transporte, que ofrece un servicio antag¨®nico a una entrega domiciliaria eficiente¡±. Ojanguren explica que Koiki es una empresa B2B, es decir, cuyo negocio se desarrolla directamente entre empresa y empresa. Colabora con la firma de transporte DHL y con Bodeboca, el primer portal de vino en espa?ol con m¨¢s de 300.000 socios: recoge sus paquetes y los redistribuye al destinatario final a la hora que mejor le vaya.

La empresa, que obtenido tambi¨¦n una dotaci¨®n de 25.000 euros en el marco del programa de Emprendimiento Social de la Obra Social La Caixa, colabora en el desarrollo de su proyecto con varias fundaciones y ONG en el mundo de la integraci¨®n social. En el caso del barrio madrile?o de Las Tablas, es la Fundaci¨®n Aprocor que funciona como sede de Koiki. Su directora, Leticia Avenda?o, subraya que los esfuerzos que la fundaci¨®n pone en proyectos como el de Koiki ¡°le permite ofrecer algo de manera activa a la comunidad en la que est¨¢ arraigada¡±.

Sobre todo, favorece el desarrollo profesional de los repartidores: ¡°Utilizar¨¢n una aplicaci¨®n en sus m¨®viles para llevar a cabo las entregas, tendr¨¢n que aprender a conocer el barrio, manejarse con las direcciones... Es un empleo que requiere cierta preparaci¨®n¡±, asegura Aitor Del Coto, responsable del Espacio de inclusiones y oportunidades de Aprocor.

El objetivo de la compa?¨ªa es formar a los mensajeros para que lleven cabo su tarea en el barrio en el que residen. Y desde ah¨ª, los propios trabajadores se plantean agrandar sus horizontes profesionales. In¨¦s As¨ªn, de 39 a?os, es la repartidora que el pasado jueves entreg¨® el primer paquete en Las Tablas. ¡°Trabajar¨¦ en esto no m¨¢s de cinco a?os, mi sue?o es ser una camarera en un bar de copas¡±, cuenta. O como Shuwei Chenye, una chica de 28 a?os de origen chino ¡°pero nacida en Placencia", como ella misma remarca, que se ve en unos a?os trabajando en otros ¨¢mbitos. Cristina Arganda, preparadora laboral en Aprocor, destaca las ventajas de este tipo de modelo: ¡°trabajar desde el principio juntos con la empresa no ha permitido integra los modelos desde el principio. Es uno de las caracter¨ªsticas que permite funcionar a este experimento¡±, explica.

El viernes Alberto entreg¨® su primer paquete: ¡°Hubo un peque?o problema t¨¦cnico, pero se arregl¨® r¨¢pido y todo sali¨® bien¡±, cuenta satisfecho.