Terry Gilliam: ¡°Me encantan los locos creativos como Berlioz¡±
El domingo estrena ¡®Benvenuto Cellini¡¯ en el Liceo, si la huelga no lo impide
Terry Gilliam llega al Gran Teatro del Liceo de Barcelona en un momento convulso. Viene a dar los ¨²ltimos toques al montaje de la ¨®pera de Hector Berlioz Benvenuto Cellini que, con su irresistible sello esc¨¦nico, se estrena el domingo, aunque nadie sabe si al final se alzar¨¢ el tel¨®n; sigue convocada una huelga de los trabajadores que, de producirse, obligar¨ªa a la direcci¨®n del Liceo a suspender las funciones de este espectacular montaje programadas hasta el 19 de noviembre bajo la batuta de Josep Pons. ¡°Estamos trabajando con ilusi¨®n por el estreno, pero ser¨¢ lo que ser¨¢¡±, afirma Gilliam, que reconoce su fascinaci¨®n por Berlioz. ¡°Me encantan los locos creativos, como Berlioz, no los locos que ponen bombas¡±.
Amable, simp¨¢tico, ingenioso. Gilliam, que el pr¨®ximo 22 de noviembre cumplir¨¢ 75 a?os, lleva la imaginaci¨®n, la fantas¨ªa y el sentido del humor en su ADN. Su filmograf¨ªa como director incluye t¨ªtulos como Brazil, Las aventuras del Bar¨®n Munchausen o Doce monos, por no hablar de sus m¨ªticos ¨¦xitos con Monty Python. Y reconoce que siente atracci¨®n por personajes ca¨®ticos, imprevisibles, que viven al l¨ªmite, entre el genio y la locura.
¡°Me fascina la locura y la naturaleza extremada de Berlioz. Y la del escultor Benvenuto Cellini, ¨²nico artista del Renacimiento que escribi¨® su biograf¨ªa. La le¨ª y pens¨¦ en hacer una pel¨ªcula, pero como Berlioz ya le hab¨ªa dedicado una ¨®pera, pens¨¦ que pod¨ªa salir algo bueno uniendo en un espect¨¢culo a Berlioz, Cellini y a m¨ª mismo¡±, bromea a prop¨®sito del montaje que estren¨® en la English National Opera en 2014. ¡°Soy nuevo en el mundo de la ¨®pera y no conozco limites, simplemente planteo mis ideas y el equipo lo hace posible, los llevas al borde del precipicio y vuelan. Es excitante¡±.
La escena del carnaval dura 23 minutos y participan m¨¢s de 100 personas
¡°No se trata de hacer locuras¡±, dice con una sonrisa p¨ªcara. ¡°Lo que me atrae de verdad, haga cine, teatro o ¨®pera, no es la locura sino la pasi¨®n y los excesos¡±, comenta acerca de los resortes que excitan su imaginaci¨®n. ¡°Me encantan los ni?os y los locos, porque ellos son capaces de percibir y llegar a entender la realidad¡±.
Lejos de la pedanter¨ªa y la pretenciosidad de algunos directores de escena, Gilliam reivindica con orgullo el placer de montar ¡°un espect¨¢culo de entretenimiento¡± que puede disfrutar todo el mundo, no solo los entendidos. El montaje, explica Gilliam, naci¨® por encargo de la English National Opera. ¡°Me encanta la sensaci¨®n de presentar un show para el gran p¨²blico, porque eso, que ahora lo hace la televisi¨®n, es lo que hac¨ªa la ¨®pera hace dos siglos¡±.
Entre los retos afrontados, destaca la escena del carnaval romano, nada menos que 23 minutos de m¨²sica ilustrada con una acci¨®n teatral constante, en la que participan m¨¢s de 100 personas, entre ni?os, acr¨®batas, actores, figurantes y coro. ¡°S¨ª, la verdad es que hemos creado un monstruo esc¨¦nico descomunal¡±, bromea a prop¨®sito de la complejidad t¨¦cnica. Tras representarse en Londres y Amsterdam, llega a Barcelona tras semanas de ensayos dirigidos por su asistente, Natascha Metherell. ¡°Llevo dos d¨ªas en Barcelona y estoy encantado con el ambiente de trabajo que se respira. La obra es un desaf¨ªo¡±. Siente que la ¨®pera est¨¢ ¡°en peligro de extinci¨®n¡± si no logra atraer a nuevos p¨²blicos. ¡°Nadie conoce esta obra, ni en general la m¨²sica de Berlioz, pero muchos piensan: si lo monta Gilliam al estilo de los Monty Python, seguro que es algo bueno y vienen a verla, y eso nos da ox¨ªgeno a todos¡±.
Resta importancia a los cortes practicados en la partitura ¡ªcerca de 40 minutos¡ª con voluntad de hacer teatralmente m¨¢s atractivo el montaje. ¡°En Amsterdam aceptamos hacer la versi¨®n sin cortes y no funcion¨®. Tampoco le funcionaron a Berlioz las tres versiones que ¨¦l hizo. Fueron un fracaso. Los cortes dan inmediatez a la acci¨®n esc¨¦nica y un ritmo m¨¢s adecuado para el espectador actual, tan acostumbrado a la televisi¨®n¡±, explica.
No tiene nada contra los puristas, pero considera obligaci¨®n de un director no aburrir al p¨²blico. ¡°Cuando en Londres montamos una obra de Shakespeare hacemos cortes y adaptaciones. Si algo no funciona, lo cortamos y en paz. Ni Shakespeare, ni Berlioz son las sagradas escrituras. Lo importante es hacer un espect¨¢culo potente dram¨¢ticamente¡±.
Y asegura que cuando dirige una pel¨ªcula, prefiere hacer las cosas tal y c¨®mo las siente. ¡°Cometo errores terribles, pero me gusta correr riesgos, como hac¨ªa Berlioz explorando nuevos caminos. Ya s¨¦ que despu¨¦s los editores arreglaran cualquier desastre, pero no me paro a analizar por qu¨¦ hago determinadas cosas, eso ya lo har¨¢n los cr¨ªticos¡±.
Usa en el montaje im¨¢genes muy potentes y un fant¨¢stico vestuario. ¡°Pero no es futurista, no hay rayos l¨¢ser, es del pasado y no del futuro. El collage de im¨¢genes que uso va del Renacimiento al siglo XIX, el tiempo de Berlioz, as¨ª que todo lo que vemos es m¨¢s antiguo que nosotros¡±.
Habla con m¨¢s ganas de Berlioz que de s¨ª mismo. ¡°Bebo su m¨²sica como fuente de inspiraci¨®n y me asombra que no le guste su m¨²sica a todo el mundo, porque es una fuente de sorpresas¡±. Y cuando se le pregunta por su libro autobiogr¨¢fico Gilliamnesque, memorias pre p¨®stumas asegura ¡°estar aburrid¨ªsimo de contar mi historia¡±. ¡°No lo he escrito yo, las he dictado. Sigo el ejemplo de Homero, que relat¨® su historia a partir de los recuerdos, de la memoria, aunque no he sido especialmente preciso¡±, apostilla.
La ¨®pera, estrenada en la ?pera de Par¨ªs en 1838, fue un fracaso y apenas se representa. El Liceo la estren¨® en 1977 y no ha vuelto a programarla hasta ahora. La acci¨®n transcurre en Roma, en el carnaval de 1532 y centra su trama en el enfrentamiento de dos escultores, Cellini y Fieramosca, por un encargo papal y el amor de Teresa.
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