Independencia, pan y circo

El pan es La Caixa y el circo, el Bar?a. En el distrito de Les Corts de Barcelona se encuentran las dos torres negras que acogen la sede de la mayor entidad financiera de Catalu?a; tambi¨¦n est¨¢ el Camp Nou, el estadio del mayor club catal¨¢n. La Caixa y el Bar?a son dos ejes clave de la sociedad catalana y entre estos dos centros desfilan diariamente miles de oficinistas, estudiantes, clientes y aficionados.

En el estanco Guill¨¦n, la clienta Raquel Freixas, de 21 a?os, y estudiante de Restauraci¨®n de Arte, apuesta por la independencia: ¡°Me preocupa porque no veo que se avance, porque en el fondo no pasa nada concreto. Lo de ayer es un problema para el Gobierno espa?ol¡±. Freixas admite que el conflicto le preocupa y que preferir¨ªa que se pudiera negociar el refer¨¦ndum.

David Font, el estanquero, tambi¨¦n independentista, admite que el conflicto en la C¨¢mara catalana y las acusaciones de corrupci¨®n contra Converg¨¨ncia le hacen desconfiar de las motivaciones pol¨ªticas para crear un nuevo Estado: ¡°La independencia econ¨®mica es ahora lo ¨²nico que me interesa. Si nos separamos de Espa?a o no, si el Bar?a juega en Andorra o d¨®nde sea, son tonter¨ªas: lo que quiero es que podamos gestionar nuestro dinero y que paguemos los mismos impuestos que en Almer¨ªa. Lo de ayer, pues claro que me preocupa; traer¨¢ problemas¡±.

Ernest Urtsasun, eurodiputado de ICV: ¡°El Parlamento

En la esquina de Travessera de les Corts y Gran V¨ªa Carlos III se mantiene abierta una Granja Catalana. En la barra, el abogado Javier Castellanos hojea el peri¨®dico. Bebe una cerveza sin alcohol. Est¨¢ a r¨¦gimen, no puede comer nada con sal, acaban de darle el alta en el hospital. La salud no le quita el inter¨¦s por la actualidad pol¨ªtica. Para Castellanos est¨¢ claro que lo que se produjo en el Parlament es ¡°un delito de sedici¨®n¡±. Pero a Castellanos esto le preocupa menos que el hecho, seg¨²n ¨¦l, que el debate sobre la independencia est¨¦ restando energ¨ªas a asuntos sociales urgentes. Como el que denuncia Francisco Cano, responsable del quiosco de prensa que hay ante La Caixa. Su hijo Kevin sufre el s¨ªndrome de Dravet y ¡°por los recortes¡±, le han reducido m¨¢s de un 50% las ayudas que recib¨ªa. ¡°Me dicen que no hay dinero para mi hijo pero veo que los Pujol se han forrado. Prefiero no hablar de pol¨ªtica, porque me cabreo¡±, asegura.

Juan Rigado lleva otro quiosco, a 100 metros del de Cano, en la calle Capit¨¢n Arenas. Explica que con el pleno ha vendido m¨¢s peri¨®dicos de lo habitual, sobre todo los diarios con posiciones m¨¢s contundentes sobre la situaci¨®n pol¨ªtica catalana: al mediod¨ªa ya se han agotado ABC, La Raz¨®n y el independentista Ara. ¡°Esta zona es muy de derechas¡±, sentencia. Yo soy del Poblenou [barrio popular] y all¨ª la visi¨®n de los hechos es diferente. Mucho m¨¢s de izquierdas¡±.

En la cafeter¨ªa Sandwichez, est¨¢ el eurodiputado de Iniciativa per Catalu?a (ICV) Ernest Urtasun. Apunta que la ciudadan¨ªa est¨¢ muy preocupada ¡°porque el Parlamento est¨¢ partido y porque el PP no hace nada¡±. Urtasun no cree que el proceso soberanista est¨¦ perdiendo inter¨¦s ciudadano, la alta participaci¨®n de las pasadas elecciones auton¨®micas lo confirma, precisa.

Entre el Camp Nou y la sede de La Caixa se levanta la cl¨ªnica Dexeus, una emblema de la sanidad privada. En la puerta de acceso, Sara Jorquera pide a los transe¨²ntes una donaci¨®n para la Asociaci¨®n de Enfermos y Donantes de ?rganos para Trasplantes (AEDOPAT). Jorquera trabaja por las ma?anas de voluntaria para AEDOPAT, su madre est¨¢ enferma de los ri?ones. Por la tarde ejerce tareas de limpieza en una escuela. Su informaci¨®n acerca de lo votado ayer en el Parlamento la recibi¨® de sus compa?eras de trabajo y de lo que le cont¨® su marido por la noche. La conclusi¨®n de Jorquera es alarmista: ¡°No quiero que seamos independientes porque se va a liar una tangana. No quiero irme por lo que pueda pasar. ?Se va a liar otra guerra civil?¡± ¡°Un disparate¡±.

¡°Catalu?a es muy peque?a para estar fuera de la UE¡±, dice Minaqi Walid

De todos los entrevistados, Minaqi Walid es el ¨²nico que sabe de primera mano lo que es una tangana pol¨ªtica de verdad. Walid tiene 62 a?os, lleva 35 en Espa?a pero contin¨²a sinti¨¦ndose palestino. Naci¨® en Jordania y vivi¨® en el L¨ªbano antes de emigrar a Barcelona. Es el ¨²nico ciudadano al que este reportero descubre siguiendo por radio el debate de investidura. Trabaja de taxista, aunque antes hab¨ªa sido empleado de la construcci¨®n y funcionario de la embajada palestina en Madrid. Tiene el coche estacionado en una parada cercana a la sede de La Caixa. El volumen de la radio, alto, nos permite seguir las intervenciones parlamentarias desde la acera. Walid cree que la declaraci¨®n de independencia ¡°es un disparate, una locura¡±. Sus opiniones tienen una explicaci¨®n motivada por su experiencia en Oriente Medio: ¡°Entre Damasco y Beirut hay 99 kil¨®metros. ?Sabes cu¨¢nto tardas en recorrerlos si viajas en coche? Cinco horas. Por los controles, la corrupci¨®n y mil cosas m¨¢s.

¡°Yo no quiero fronteras. El mundo es cada vez m¨¢s peque?o. Catalu?a es demasiado peque?a para estar fuera de la Uni¨®n Europea¡±. Palestina tambi¨¦n es un estado peque?o, se le hace notar. ¡°S¨ª, y nuestros problemas se solucionar¨ªan si el mundo ¨¢rabe creara una uni¨®n como la europea. Pero no suceder¨¢, porque sus l¨ªderes son como Mas: solo piensan en lo suyo¡±.