Mart¨ª Zuvir¨ªa se va a ver mundo
De la guerra colonial americana a viajar con James Cook, S¨¢nchez Pi?ol pone al h¨¦roe de ¡®Victus¡¯ a recorrer el siglo XVIII en ¡®Vae Victus¡¯, que con 50.000 ejemplares abre serie
Avis¨® desde el primer d¨ªa el escritor y antrop¨®logo Albert S¨¢nchez Pi?ol, aun sin imaginar siquiera que su Victus, novelizaci¨®n del sitio de Barcelona en 1714, alcanzar¨ªa los 250.000 ejemplares (y 16 idiomas), que su picaresco protagonista, Mart¨ª Zuvir¨ªa, ¡°promete mucho¡±. A fe de Dios porque, casi tres a?os exactos despu¨¦s, aparece en plena guerra Yama en la Am¨¦rica colonial inglesa (1715), se al¨ªa con el mariscal Berwick, el enemigo que expugn¨® Barcelona, y con el guerrillero Carrasclet para enfrentarse a Felipe V en la guerra de la Cu¨¢druple Alianza (1719); y tras sendas apariciones en la corte de Federico II de Prusia y en Londres, se embarca en la Endeavour de James Cook para observar el tr¨¢nsito de Venus en Tahit¨ª y conocer a los maor¨ªes (1768). La confianza en el personaje se ha contagiado a la editorial, puesto que La Campana lanza hoy nada menos que 50.000 ejemplares (20.000 en el original castellano y 30.000 en catal¨¢n) de Vae Victus, donde se recogen esas nuevas aventuras del personaje.
Muestra ya tal maestr¨ªa en la siempre dif¨ªcil alquimia entre hechos hist¨®ricos, imaginaci¨®n y recursos de la novela de aventuras S¨¢nchez Pi?ol (Barcelona, 1965) que pone m¨¢s humor e iron¨ªa que en la ya entrega anterior y, para m¨¢s desaf¨ªo, introduce notas al pie, con las que juega incluso contradiciendo al personaje, que sigue dictando sus memorias. ¡°En Victus no hab¨ªa textos al pie porque tem¨ªa entorpecer la acci¨®n de una novela muy larga , pero me mor¨ªa de ganas para dejar claro la verdad documental y lo que era pura trama, pero aqu¨ª al ser cuatro relatos vinculados creo que funcionan porque, adem¨¢s, juego con ellos. ?El humor? S¨ª, quiz¨¢ es m¨¢s tabernario, pero despu¨¦s de reescribir cincuenta veces el final apocal¨ªptico de Victus, necesitaba desahogarme¡±. El juego llega hasta el t¨ªtulo, tergiversaci¨®n de la locuci¨®n latina Vae victis (Ay de los vencidos), que explica el supuesto editor del libro.
¡°El gran modelo narrativo de mi generaci¨®n es ¡®La guerra de las galaxias¡¯ y, ahora, 'Juego de tronos', pero al ser todo literatura popular...¡±
Ese humor, junto a lo que el autor define como ¡°una mirada rousseauniana de la vida¡± y tambi¨¦n la del derrotado (¡°el episodio de 1714 Zuvir¨ªa no se lo sacar¨¢ de encima¡±) marcan una obra con la que S¨¢nchez Pi?ol quiere hacer pasear a su personaje por los principales hechos del XVIII. ¡°No quer¨ªa dar una visi¨®n etnoc¨¦ntrica del conflicto de 1714: la ca¨ªda de Barcelona forma parte de un conflicto m¨¢s amplio y en un momento en que pasan muchas cosas en un mundo que empieza su globalizaci¨®n¡±. Porque el XVIII es un siglo, entiende el antrop¨®logo, ¡°optimista, donde la gente busca una mirada positiva sobre el mundo e intentar ser feliz en ¨¦l; est¨¢ en las ant¨ªpodas del XIX, periodo que me deprime: la colonizaci¨®n esclavizar¨¢ a los negros y la industrializaci¨®n, a los blancos¡±.
El autor m¨¢s vendido hoy de las letras catalanas tiene previstos ya diversos episodios de su ingeniero de fortificaciones, incluso sabe c¨®mo lo sacar¨¢ del laberinto donde lo ha dejado en Nueva Zelanda. ¡°Tengo ya ganas de verle en la revoluci¨®n americana, ante Jefferson y Washington, o en Berl¨ªn en la corte de Federico II de Prusia cruz¨¢ndose con Voltaire¡±. As¨ª, parece que Zuvir¨ªa seguir¨¢ un poco la estela de Harry Flashman, el tambi¨¦n cobarde personaje inventado por George MacDonald Fraser, que pasea por el XIX rememorando su participaci¨®n en batallas contra los pieles rojas, en la carga de la Brigada Ligera o en la conquista de Abisinia. ¡°Mi personaje es igual de c¨ªnico pero no cae en su miseria moral¡±, dice de una saga de la que envidia solo que ¡°cuando Flashman se cruza con el general Carter no necesita presentarlo, los referentes son m¨¢s universales¡±.
Es Fraser una de las escasas referencias que cita S¨¢nchez Pi?ol, que asegura que tiene ¡°pocos antepasados literarios¡±, aunque como ha demostrado en La pell freda (2002) y en Pandora al Congo (2005), posee un rico dominio de los recursos narrativos de la novela de aventuras que ha abierto una senda en las letras catalanas. ¡°Desde mi primera obra el objetivo ha sido hacer una novela popular de calidad; no hay g¨¦neros sino novelas buenas o malas; el problema es que aqu¨ª estamos muy afrancesados en los literario: a partir de la Revoluci¨®n Francesa y en el XIX se le exige al escritor que deje de ser narrador y que ocupe un lugar casi religioso, que haga de intermediario entre las ideas y la sociedad, que dirija a las masas y se convierta en su fil¨®sofo, en el opinador selecto, en el director de la opini¨®n p¨²blica¡ ¡®Yo acuso¡¯: pues acuse si cree que tiene la autoridad moral que le ampara¡ He perdido la cuenta de la cantidad de manifiestos que me han querido hacer firmar s¨®lo por ser escritor¡¡±.
¡°No puedo vivir aqu¨ª haciendo novelas
En ese episodio est¨¢ la clave, entiende, de la nefasta clasificaci¨®n entre alta escritura y la divisi¨®n en g¨¦neros, ¡°usurp¨¢ndole al pueblo la literatura¡±, algo a lo que habr¨ªa contribuido demasiado la academia en general y ¡°hasta el Nobel: se lo dan a una bielorrusa desconocida y cuando recae en un narrador popular como Garc¨ªa M¨¢rquez es porque es de izquierdas¡±.
?D¨®nde est¨¢n, pues, los referentes de S¨¢nchez Pi?ol? ¡°El gran fen¨®meno narrativo de mi generaci¨®n ha sido La guerra de las galaxias y, ahora, Juego de tronos, pero eso no se reconocer¨¢ porque es literatura popular¡ Son ejemplos de una mezcolanza de g¨¦neros sin parang¨®n; lo que hace George R.R. Mart¨ªn es, t¨¦cnicamente, brutal: liquida a los personajes en su momento ¨¢lgido, cuando todos los del gremio sabemos que aquellos son la cuenta bancaria de un autor¡ Creo que soy un especialista en estructura narrativa y hay que buscar muy bien los factores desencadenantes de la acci¨®n, aquello que generar¨¢ el conflicto real de la historia, calcular los momentos en donde puede decaer la atenci¨®n del lector: en la p¨¢gina 10 ya has de haberle atrapado... Aqu¨ª, lo dif¨ªcil, la alta literatura de verdad, es hacer f¨¢cil lo dif¨ªcil¡±.
Una de las gratas sorpresas de Vae Victus ser¨¢ la figura de Pere Joan Barcel¨®, Carrasclet, el famoso guerrillero antiborb¨®nico, del que hist¨®ricamente se sabe poca cosa. ¡°Con Vae Victus quer¨ªa hablar del d¨ªa despu¨¦s, del 12 de septiembre de 1714 y de Carrasclet; como en Victus, quiero explicar la historia desde abajo y por los de abajo y s¨¦ que me va a pasar como entonces, cuando descubr¨ª que mucha gente no sab¨ªa qui¨¦n era el general Villarroel, aparte de una calle; la historia de Catalu?a no ha sido bien explicada ni aqu¨ª porque no conven¨ªa un h¨¦roe surgido de filas felipistas o la fuerza popular, ni en el resto de Espa?a porque se parte s¨®lo de las cr¨®nicas borb¨®nicas que llaman a los catalanes canallas por sistema¡±. En esa l¨ªnea, ¡°Carrasclet no era un bandolero como se ha dibujado: no era Robin Hood pero forma parte de un sistema de violencia estructural y de posible ilusi¨®n por recuperar las libertades catalanas que no se hundir¨¢ hasta 1725; pero claro, como tambi¨¦n mataba botiflers, los catalanes que se hab¨ªan vendido como alcaldes a los felipistas¡¡±.
"A Catalu?a, como adversario, Espa?a no le quiso dar legitimidad en 1714 y en 2015 sigue pasando lo mismo: no se admit¨ªa, como no se admite hoy, la alteridad; no se puede negociar con quien te niega ni te deja sentarte a la mesa"
Especialista en ir soltando en el texto frases bellas y afor¨ªsticas (¡°Derrota es cuando el enemigo consigue que dudemos de la verdad¡±; ¡°La tristeza no vocea, no dispara ni apu?ala¡±¡), tambi¨¦n lanza cargas de profundidad que pueden leerse en clave pol¨ªtica actual, como cuando hace exclamar a Zuvir¨ªa que el destino de Catalu?a ha sido fruto de la mala suerte hist¨®rica. ¡°Igual que los individuos la padecen, Catalu?a como sujeto hist¨®rico, como otros, tambi¨¦n la ha tenido: hace poco se ha descubierto que un Berwick enfermo esos d¨ªas dud¨® el 9 y el 10 de septiembre de lanzar el ataque final a Barcelona y que fue Verboom quien le inst¨® a la desesperada para hacer m¨¦ritos; si los ca?ones que Berwick esperaba cuando ten¨ªa sitiada Roses en 1719 no se hubieran perdido por el naufragio de los barcos delante mismo de las costas quiz¨¢ la insurrecci¨®n con 10.000 catalanes armados hubiera dado un vuelco¡; no secundo la idea rom¨¢ntica de una Catalu?a ancestral que ha vivido su independencia de manera gen¨¦tica pero hay muchos factores casuales que le fueron en contra y cambiaron los acontecimientos¡±.
Sigue pensando S¨¢nchez Pi?ol que las tensas relaciones entre Catalu?a y Espa?a de hoy se arrastran desde 1714: ¡°Se pongan como se pongan en Madrid, ese tema no est¨¢ resuelto desde entonces: a ese adversario no se le quiso dar legitimidad en 1714 y en 2015 sigue pasando lo mismo: no se admite que exist¨ªa una determinada sociedad constituida de una manera tan leg¨ªtima como la borb¨®nica, no se admit¨ªa, como no se admite hoy, la alteridad, y entonces se da la paradoja de que hay un tema que se deber¨ªa resolver negociando pero, claro, no se puede negociar con quien te niega ni te deja sentarte a la mesa; y eso se quiere justificar hasta buscando y premiando la Tercera V¨ªa en la Historia y desenfocando los temas¡±.
Aparecida en octubre de 2012, Victus fue sujeto paciente de esa tensi¨®n, que culmin¨® en septiembre del a?o pasado cuando se suspendi¨® una presentaci¨®n de la novela en el Instituto Cervantes de Utrecht. Hasta en Catalu?a se vio mal que el gran autor catal¨¢n (uno de los 300 que firm¨® un manifiesto en favor de la consulta y la independencia) se pasara al castellano. ¡°No lo sufr¨ª mucho; la opci¨®n ling¨¹¨ªstica era claramente literaria; lo otro es fruto del momento¡±. Un momento que ve delicado: ¡°La estrategia de Rajoy del ¡®Ya se cansar¨¢n¡¯ est¨¢ descartada por fracasada, la capacidad de aguante de la sociedad catalana ha sido pareja a la que vivieron sus cong¨¦neres de 1714; aqu¨ª lo interesante ha sido que fuera de Espa?a ha habido un reconocimiento del tema y eso hace temer al Estado que instancias superiores europeas no les fuercen a llegar a una soluci¨®n; y luego est¨¢ la maduraci¨®n del proceso independentista en los catalanes: hay dos millones de personas que no se ir¨¢n a casa y que han ganado unas elecciones; ?hasta cu¨¢ndo se puede tirar sin negociaci¨®n?¡±.
'Victus' podr¨ªa pasar a serie de televisi¨®n: el autor, junto a Jaume Collet-Serra, ha ultimado un gui¨®n; que 'Vae victus' transcurra parcialmente en EEUU ayuda a buscar productores
Pero lo que m¨¢s preocupa a S¨¢nchez Pi?ol hoy es su situaci¨®n como escritor: ¡°No puedo vivir aqu¨ª haciendo novelas de 600 p¨¢ginas, no sale a cuenta: soy por segundo a?o el lector m¨¢s prestado en las bibliotecas p¨²blicas y estoy entre los m¨¢s vendidos y ya ves¡¡±. Vae Victus tiene 528 p¨¢ginas ¡°porque la historia de Cook la suprim¨ª de Victus y ahora he contado con ayuda de documentalistas¡±. Por ello, el pr¨®ximo proyecto, que pasa por un regreso a lo fant¨¢stico, ¡°ser¨¢ revolucionario, con p¨¢ginas que oler¨¢n, con sonidos y quiz¨¢ pantallas y que har¨¦ con gente del arte esc¨¦nico y que quiz¨¢ mover¨¦ por otros circuitos y con otros precios¡±.
La esperanza est¨¢ en ¡°el Pau Gasol del cine¡±, como define a Jaume Collet-Serra, cineasta catal¨¢n afincado en EEUU, con el que ha cerrado ya el guion de un Victus que podr¨ªa derivar en serie televisiva y un Vae Victus que podr¨ªa funcionar como segunda temporada, entre otras cosas porque ¡°casualmente¡± transcurre en parte en EEUU, lo que facilitar¨ªa hallar productores. En S¨¢nchez Pi?ol, como en sus novelas, nunca hay nada casual y todo promete.
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