Porcel, viaje a la semilla creativa
Una exposici¨®n en el Palau Robert de Barcelona bucea en los or¨ªgenes ¨ªntimos de la trayectoria vital y literaria del escritor mallorqu¨ªn
Uno es siempre (y, en consecuencia, escribe) lo que ha vivido en su infancia. Camino ya del axioma, una nueva prueba de ello es la exposici¨®n Baltasar Porcel. Mallorca, Barcelona, el m¨®n,que hasta el 28 de febrero acoge el Palau Robert de la capital catalana, sugerente viaje a la semilla creativa de uno de los animales literarios y period¨ªsticos m¨¢s potentes que han dado las letras catalanas contempor¨¢neas, fallecido hace seis a?os.
Casi todo el mundo del autor de Cavalls cap a la fosca (1975) o El cor del senglar (2000) est¨¢ en la localidad de Andratx. "La gente, en el fondo, habla de las cosas concretas que conoce muy bien", constata el cr¨ªtico literario Juli¨¤ Guillamon, comisario de la muestra que, organizada por la Instituci¨® de les Lletres Catalanes y La Caixa con un presupuesto de 100.000 euros, en junio de 2016 recalar¨¢ en Mallorca. De Andratx, Porcel hizo un mito que reflej¨® obsesivamente desde su primera novela, Solnegre (1961), a una de las m¨¢s tard¨ªas, Olympia a mitjanit (2004). A pesar de que s¨®lo vivi¨® ah¨ª hasta los 13 a?os, de ese ¨²ltimo pueblo de Mallorca donde se pone el sol, antigua baron¨ªa de los obispos de Barcelona y donde naci¨® un 14 de marzo de 1937, Porcel respir¨® (y capt¨®) un mundo como varado en el tiempo, primitivo y hasta violento. Ser¨ªa el equivalente del microcosmos personal a lo Yoknapatawpha de su admirado Faulkner.
Tanto ah¨ª como en la casa de campo de su padre con los m¨ªticos almendros de Can Bolei, la de Porcel es una vida sencilla, como muestran algunos de los objetos (una caballito de cart¨®n, una radio de baquelita, novelitas de quiosco de cinco pesetas de Zweig, Baroja, Tolstoi¡, faros materiales en un terreno seco y sol de justicia) que Guillamon, experto en remover cajas y armarios de escritores y editoriales, encontr¨® ah¨ª. Entre los hallazgos, casi a escondidas de la familia, el comisario ha hecho aflorar una redacci¨®n del ni?o Porcel de 1948, con unos bellos barcos de vela.
"Porcel se mover¨¢ con sutil habilidad entre el catalanismo literario y el pol¨ªtico"
"Es un mundo peque?o, duro y tras el que Porcel tendr¨¢ clar¨ªsimo en seguida del que hab¨ªa que salir para realizar sus sue?os: primero ir¨¢ a Palma y se vincular¨¢ con Lloren? Villalonga y Camilo Jos¨¦ Cela y, luego, a Barcelona", resigue Guillamon. La asfixia la denota Solnegre, donde el protagonista describe su regreso a casa tras salir de prisi¨®n en un clima existencialista al estilo de El extranjero de Camus, entonces lectura influyente en Porcel.
En una punta suroccidental de la isla, castigada por el viento, la otra gran aportaci¨®n de Andratx ser¨¢ el contrabando: hasta la llegada del turismo hace apenas medio siglo, secularmente las gentes de la zona se dedicaron a ello o, como mal menor, emigraron a Cuba para la poco rentable pesca de la esponja, entre ellos, abuelo, padre y t¨ªo del escritor. Casi 700 personas del pueblo se llegaron a concentrar en Bataban¨®, cerca de La Habana. Poco dinero. Mejor el contrabando. Como hizo su t¨ªo, Maci¨¤ Porcel Covas, que lleg¨® a poseer un motovelero, el Cala Morlanda, fotografiado en la exposici¨®n y recogido tambi¨¦n, con especificaci¨®n de sus motores, en el sustancioso cat¨¢logo (Galaxia Gutenberg). Las notas que el joven Porcel tomar¨ªa de las aventuras y desventuras reales de su t¨ªo (se pueden ver en una vitrina, junto al nombramiento del pariente en 1944 como patr¨®n de cabotaje) nutrir¨ªan con tal riqueza las p¨¢ginas de la novela Els argonautes (1968) que el Servicio de Vigilancia Aduanera lo utilizaba para estudiar la organizaci¨®n de los contrabandistas.
Admirador de ese Chateaubriand que compagin¨® como pocos ambici¨®n literaria e influencia pol¨ªtica, Porcel empez¨® a hacer lo propio a partir de 1965, cuando aterriz¨® en Barcelona. Lo deja gr¨¢ficamente muy claro la muestra en su segundo ¨¢mbito, Not¨ªcies del m¨®n. "Porcel se mover¨¢ con sutil habilidad entre el catalanismo literario y el pol¨ªtico, a trav¨¦s del pujolismo, cada vez m¨¢s floreciente y, en lo socioliterario, en el ¨¢mbito del grupo Planeta", dice el comisario. Todo ello envuelto en su papel de gran entrevistador y periodista, que le permite ser hombre de acci¨®n y conocer de cerca el poder ascendente. As¨ª, en Serra d'Or y en Destino asomar¨¢n personajes de gran calado simb¨®lico, de una V¨ªctor Catal¨¤ a un Josep Carner, pasando por Josep Pla. Para la revista en castellano, adem¨¢s, viajar¨¢ tanto a la China de Mao o a la Guerra de los Seis D¨ªas como a la Ibiza de los hippies y publicar¨¢ libros sobre los encuentros y desencuentros entre Catalu?a y Espa?a, movi¨¦ndose entre intelectuales como Aranguren, Pem¨¢n, Ridruejo¡ (Debate catal¨¢n; Catalu?a vista desde fuera¡). "La sensaci¨®n es que tiene su trayectoria vital muy planificada y que cuando manifiesta su particular anarquismo lo abraza m¨¢s por su componente individualista que por ideolog¨ªa".
Es un Porcel contestatario y contracultural que, sin embargo, sabe administrar muy bien su imagen p¨²blica, como demuestra el control que tiene sobre las im¨¢genes que le toma el fot¨®grafo Barcel¨® y constatan su libretitas de notas, que lucen al lado de una gigantesca grabadora tan de la ¨¦poca que utilizaba quien acab¨® un tiempo como director de la edici¨®n espa?ola de Play boy y siendo articulista de La Vanguardiadesde noviembre de 1982 hasta su ¨²ltimo d¨ªa. Est¨¢ haciendo carrera y quiere demostrar que triunfa en la vida, como parece deducirse de los recortes de prensa que le citan y que env¨ªa a su padre.
Porcel era reconocido, s¨ª, pero aspiraba a no ser un escritor m¨¢s o menos literario: quer¨ªa ser popular, m¨¢s le¨ªdo que conocido. El descubrimiento de las exitosas propuestas de autores como Ferran Torrent o Andrea Camilleri le llevan, a partir de 1989, a resituarse literariamente, a plantearse novelas sat¨ªricas y c¨¢usticas sobre ese desorden social que va desde la especulaci¨®n inmobiliaria al triunfo social de la salsa rosa. El folletinesco El divorcio de Berta Barca (1989), Lola i els peixos morts (1993), Ulisses a alta mar(1997)¡ "Es un mundo que conoce, con un punto grotesco que sabe captar bien y que le permite hacer paralelismos con los a?os 60¡ Tom Wolfe tambi¨¦n har¨¢ algo parecido; ¨¦l se siente c¨®modo y hay hasta un aire de cierta venganza", apunta Guillamon.
Una galer¨ªa de personajes de Cada castell i totes les ombres (2008) encargada a Gallardo ilustra parcialmente el ¨²ltimo ¨¢mbito de la muestra, donde se han creado unos carteles publicitarios luminosos (uno un Porsche, como el que lleg¨® a conducir ¨¦l; otro desde lo alto de una oficina en Diagonal-Balmes, donde estaba la suya cuando dirig¨ªa el hoy Institut Europeu de la Mediterr¨¤nia que le cre¨® a medida Jordi Pujol) con fragmentos de libros. El bloque lo cierran im¨¢genes actuales de una Mallorca carcomida por el m¨¢s burdo y masivo turismo y que ilustran fragmentos de Olympia a mitjanit. En el techo, a manera de abigarrado bazar para turistas, camisetas con estampaciones de im¨¢genes de y sobre obras de Porcel; todas, por la espalda, llevan la inscripci¨®n: "Feia un sol que cremava el cul a les llebres". Puro Porcel: es la primera frase de Solnegre¡
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