En el despacho con la mascarilla

No debe pasar muy a menudo que empleados encargados de desempe?ar tareas administrativas tengan que hacerlo con una mascarilla puesta. Los del Ayuntamiento de Madrid que trabajan en las oficinas en el n¨²mero 16 de la calle Bustamante, sin embargo, representan la excepci¨®n que confirma la regla. Las obras que se est¨¢n llevando a cabo en su edificio desde hace tres meses producen a diario una nube de polvo que invade las oficinas y contamina el aire. El ruido, adem¨¢s, llega a ser tan fuerte que impide atender las llamadas que reciben las oficinas o que los empleados puedan escucharse durante las reuniones.

Las obras de las que se ha encargado la constructora Acciona contemplan la demolici¨®n y la reconstrucci¨®n de una parte del edificio, cuya azotea vol¨® por una fuga de gas. En el resto del inmueble, cuya propiedad es privada, se encuentra la Direcci¨®n de Personal del Ayuntamiento, as¨ª como oficinas del ?rea de Urbanismo y del ?rea de Medio Ambiente y de la Agencia de Actividades, en las que trabajan unos 600 empleados.

De ellos, al menos 240 lo hacen en condici¨®n de total insalubridad. Tras una media hora en sus oficinas, el polvo que producen las obras irrita los ojos y las v¨ªas respiratorias. Se deposita en los labios, huele mal. Al pasar un dedo por un escritorio, la yema se queda llena de polvo.

A los trabajadores no le ha quedado otra soluci¨®n que comprar por su cuenta una mascarilla y usarla durante su trabajo. ¡°Aqu¨ª no podemos seguir as¨ª. Hay hasta mujeres embarazadas y empleados con un cuadro cl¨ªnico muy complicado, como por ejemplo asm¨¢ticos. Es una situaci¨®n insostenible¡±, dice una trabajadora que quiere mantener el anonimato. Otros rechazan trabajar en estas condiciones. ¡°Yo no s¨¦ si este polvo es t¨®xico o no, pero s¨ª estoy segura de que es irrespirable. Mis tareas no requieren el uso de una mascarita y yo rechazo la idea de trabajar con ella¡±, a?ade otra.

En el garaje del edificio, dos maquinarias rompen el suelo produciendo un ruido ensordecedor. Es ese, junto con las vibraciones que esas obras generan, el otro gran problema que padecen los trabajadores, se?alan unos sindicalistas de C-SIF que no quieren dar su nombre.

Son ellos los que denunciaron esta situaci¨®n. Insisten en que los empleados no consiguen escucharse durante las reuniones y que a menudo les resulta imposible atender las llamadas de los ciudadanos. ¡°El Ayuntamiento tiene un acuerdo con la empresa, que se comprometi¨® a no usar maquinarias pesadas durante los horarios de apertura de las oficinas. Pero el concepto de maquinaria pesada que tiene un constructora debe de ser muy distinto de lo que indica el sentido com¨²n¡±, insin¨²a uno de ellos.

Para arrojar luz sobre esta situaci¨®n, han recogido 160 firmas y las han enviado a la Gerencia de la Agencia de Actividades del Ayuntamiento, junto con una carta en la que describen los problemas que padecen. No han recibido respuesta.

Benjam¨ªn Mart¨ªn de Andr¨¦s, responsable de Prevenci¨®n de C-SIF en el Ayuntamiento de Madrid, insiste en que lo ¨²nico que pide su sindicato es que las obras se lleven a cabo entre las 17.00 y las 7.00. ¡°La polic¨ªa ha venido m¨¢s de una vez y ha comprobado que el ruido de las obras ha alcanzado a menudo los 85 decibelios, 15 m¨¢s del umbral que define los ruidos nocivos y molestos¡±.

Fuente de Acciona aseguran que la empresa ¡°est¨¢ intentando minimizar las molestias¡± y que los trabajos m¨¢s pesados ya se llevan a cabo entre las 17.00 y las 7.00¡±.

El Ayuntamiento, por su parte, ha asegurado que los departamentos competentes est¨¢n al tanto de la situaci¨®n. Fuentes del ?rea de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible explican que el Consistorio se reunir¨¢ con la empresa constructora para analizar la manera en la que se llevan a cabo las obras y decidir las medidas a aplicar.