Los otros conciertos de Mozart

Hasta los m¨¢s grandes y divulgados tienen sus desiertos, sus ¨¢reas de desconocimiento, sombra y olvido. Mozart, por ejemplo, tan universal, compuso 27 conciertos para piano, pero tanto en conciertos como en grabaciones casi siempre estamos escuchando los mismos ocho o diez conciertos correspondientes, casi todos, al periodo de madurez del autor. Los otros es como si no existieran o casi.

Sobre estos "otros", olvidados, conciertos para piano vers¨® la interesante sesi¨®n propuesta por la Temporada de M¨²sica Antiga en la Sala Oriol Martorell del Auditori en donde el Ensemble Cristofori acompa?¨® al pianofortista Arthur Schoonderwoerd en la interpretaci¨®n de los Conciertos para piano 5, 6 y 8 de Mozart, los primeros que compuso totalmente pues en los cuatro primeros utiliz¨® material de otros autores y el s¨¦ptimo es para dos pianos.

La ligereza de efectivos del Ensemble Cristofori (nueve instrumentistas en total) casaba perfectamente con las dimensiones reducidas de la sala y con el moderado poder sonoro del instrumento solista. Se logr¨® as¨ª un sonido equilibrado con presencia relevante de las maderas en la parte orquestal, transparencia en las voces, clara percepci¨®n de las voces intermedias y, en general, un reconfortante sensaci¨®n de cercan¨ªa e intimidad casi camer¨ªstica.

Arthur Schoonderwoerd, profesor de la Escola Superior de M¨²sica de Catalunya (ESMUC) reconocido internacionalmente como especialista en teclados hist¨®ricos, frase¨® con equilibrio, sin afectaci¨®n, dentro del estilo "galante" que era el m¨¢s adecuado a esas obras mozartianas primerizas y las anim¨® con sutiles ¨¦nfasis din¨¢micos y r¨ªtmicos.

Cuando el acompa?amiento orquestal es tan tenue, cualquier peque?o desajuste queda al descubierto; a¨²n as¨ª, el Ensemble Cristofori, que cuenta entre sus filas con algunos relevantes ex-alumnos de la ESMUC, ofreci¨® globalmente un acompa?amiento de buen nivel y se mostr¨® concentrado y atento a las indicaciones del director-solista.

En las ¨¢reas de sombra y olvido aparecen, a veces, joyas ocultas, el Andante un poco Adagio, el movimiento central del Concierto n¨²m. 6 en Si bemol mayor KV 238, por ejemplo, forma parte del mejor Mozart, el m¨¢s grande, el m¨¢s sublime.