El arzobispo de Santiago llama a ¡°practicar justicia con los impuestos¡±
La catedral abre la Puerta Santa en el ecuador de la larga traves¨ªa entre dos a?os Xacobeos y Feij¨®o augura un "r¨¦cord" de peregrinos
Con llave, y no con el tradicional triple golpe de martillo de los a?os santos compostelanos, ha abierto esta tarde el arzobispo de Santiago, Juli¨¢n Barrio, la Puerta Santa de la catedral. El Jubileo Extraordinario de la Misericordia ha quedado inaugurado una semana despu¨¦s que en San Pedro rompiendo por la mitad la larga traves¨ªa, 11 a?os, que parec¨ªa abrirse para la Iglesia en Compostela y los negocios de hosteler¨ªa al concluir 2010. En el ecuador entre dos Xacobeos, la Puerta, de nuevo franca, vuelve a brindar la indulgencia a todo creyente que la cruce. Aunque durante la ceremonia de apertura -bien pertrechada de medidas de seguridad, agentes y perros polic¨ªa- se ha podido comprobar, por la discreta cantidad de p¨²blico, que la expectaci¨®n no era tanta como en los a?os santos, uno de los pol¨ªticos asistentes al acto religioso, el presidente de la Xunta, ha lanzado las campanas al vuelo y augurado que, con este acontecimiento sobrevenido, 2016 batir¨¢ un "r¨¦cord" de peregrinos, "superando incluso a?os jacobeos".
Cuando todav¨ªa resuena el debate a causa de determinadas exenciones fiscales que disfruta la Iglesia, el arzobispo ha reivindicado la "justicia en la recaudaci¨®n". En presencia de N¨²?ez Feij¨®o, pero tambi¨¦n de los ministros Ana Pastor (Fomento) e ??igo M¨¦ndez de Vigo (Educaci¨®n, Cultura y Deporte), Juli¨¢n Barrio, jefe de la Iglesia gallega, ha llamado en su homil¨ªa a "compartir solidariamente", a "practicar la justicia en la recaudaci¨®n de impuestos" y a ser "moderados en el ejercicio del poder". "Una sociedad", ha dicho en el fragmento pronunciado en gallego, "no puede ser humana sin misericordia, fuente inspiradora de justicia social". El comentario ven¨ªa al hilo de su ¨²ltima carta pastoral, en la que invitaba a "todas las entidades financieras y comerciales" a costear un d¨ªa de actividad de alguna instituci¨®n ben¨¦fica.
"Mirando superficialmente nuestro mundo, no est¨¢ como para alegrarnos", ha clamado Barrio. "Nuestra sociedad afronta mil problemas: econom¨ªa de la exclusi¨®n, idolatr¨ªa del dinero, inequidad que genera violencia, pesimismo est¨¦ril, mundanidad espiritual, guerras, contaminaci¨®n y cambio clim¨¢tico, deterioro y degradaci¨®n social, injusticias...", ha enumerado antes de pedir el "compromiso moral y social", "la caridad y la justicia" como ineludibles "consecuencias concretas" del "amor fraterno".
La repercusi¨®n econ¨®mica es uno de los elementos en juego con este jubileo extraordinario convocado por el papa Francisco y al que se han adherido otras catedrales de Espa?a y Galicia, como la de Lugo. Al acabar 2010, los hosteleros de Santiago y las localidades que atraviesan los Caminos se las promet¨ªan muy infelices, pero las rutas jacobeas burlaron la crisis econ¨®mica y la cifra de peregrinos no ha cesado de crecer en el tiempo transcurrido, cuando falta otra mitad hasta el pr¨®ximo A?o Santo, 2021, en que vuelve a caer en domingo el d¨ªa del Ap¨®stol. Seg¨²n las cifras que se vio empujada a facilitar la Iglesia despu¨¦s de que trascendiesen las estratosf¨¦ricas cantidades econ¨®micas robadas por el ladr¨®n del C¨®dice durante a?os sin que nadie lo denunciase, en los Xacobeos la recaudaci¨®n de los cepillos de la bas¨ªlica aumentaba considerablemente (2.228.938 euros de media en A?o Santo frente a los 1.465.420 de los ejercicios ordinarios, se dijo entonces).
Pero el cabildo no se cansa de insistir en que, debido al "efecto inducido de la catedral", su aportaci¨®n a la econom¨ªa gallega "ronda en torno a un 30% del PIB tur¨ªstico" de la comunidad. Seg¨²n otra de las cuentas que blande el templo, que por primera vez registr¨® super¨¢vit el a?o pasado desde 2010, "de cada 60 euros que gasta de media un turista en Santiago, en la catedral deja solo 0'53". Pese a esto, muchos hosteleros calculan que la bendici¨®n econ¨®mica del A?o Extraordinario de la Misericordia no se empezar¨¢ a notar en la capital de Galicia, al menos, hasta Semana Santa.
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