Comimos bien, eso s¨ª
Unas 50 personas, entre socios y compa?eros de Ciudadanos, acudieron a la charla de Juan Carlos Girauta en el Ecuestre
?Ser¨¢ el contrato ¨²nico tener 40 a?os y que s¨®lo te hayan contratado una vez en la vida? ?Ir¨¢ a hablar de esto Juan Carlos Girauta en el C¨ªrculo Ecuestre? No y no. Lo que Girauta le ha dicho a los asistentes es que ser biso?o no es dem¨¦rito para conseguir un esco?o (perd¨®n por forzar la rima) y que Espa?a unida jam¨¢s ser¨¢ vencida. Tambi¨¦n ha descalificado a la alcaldesa Colau, y aqu¨ª ha levantado un aplauso de palmas insonoras. De ricos. Palmas blandas como la m¨¢quina blanda de Burroughs. Habr¨ªa este lunes unas 50 personas entre socios del Ecuestre y compa?eros de partido. Se dice que esto es poca gente y que en otras campa?as s¨ª que se ha llenado. Pero lo mismo est¨¢ ocurriendo en los polideportivos de los barrios, por poner lo m¨¢s parecido a un C¨ªrculo Ecuestre que tienen los pobres. Quiz¨¢, en vez de una segunda transici¨®n estemos viviendo un segundo desencanto.
?M¨¢s que la mirada de alguien con convicciones, Girauta tiene la mirada de quien busca convicciones. De alguien que est¨¢ deseando ser fan¨¢tico pero no encuentra de qu¨¦ y por eso va cambiando de fanatismos.
Juan Carlos Girauta es el vecino mel¨®mano que tiene todos los discos de Supertramp. Combina el peinado de Rodr¨ªguez Sahag¨²n con la barba moz¨¢rabe, pero todo esto, tambi¨¦n las gafas de carey (no iban a ser de baratey), lo lleva para despistar; pues lo verdadero de Girauta son sus ojos ardientes y vigilantes. M¨¢s que la mirada de alguien con convicciones, tiene la mirada de quien busca convicciones. De alguien que est¨¢ deseando ser fan¨¢tico pero no encuentra de qu¨¦ y por eso va cambiando de fanatismos. Vaqueros negros, zapatos brillantes como el dinero nuevo, bufanda bajo la americana y corbata verde a juego con las cotorras de las palmeras de la Diagonal. ¡°?Nosotros no investiremos a Mariano Rajoy!¡±, ha soltado con ¨¦nfasis de cupero en campa?a que habla de Artur Mas. No es que Girauta se sienta c¨®modo aqu¨ª (¨¦l es su ¨²nica comodidad), es el personal el que se muestra c¨®modo ante ¨¦l. Un pijer¨ªo de alto standing.
Hombres calvos y cautelosos y mujeres delgadas de Biomanan y te?idas de rubio de 23 quilates, que tienen miedo otra vez. Por eso le aplauden en esta sala de paredes recubiertas con moqueta rojiza tono Christopher Lee, lamparas ambarinas, tapices arborescentes, espejos aletargados, pinturas de caballos y biombos con escenas rococ¨®. Y aun as¨ª, lo cierto es que en el C¨ªrculo Ecuestre se come francamente bien: poco, pero bueno, y un poco pasado de plancha, como la concurrencia.
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