Camas en el paseo de Gr¨¤cia por 8 euros
La elevada oferta y las plazas ilegales revientan el mercado de los albergues de Barcelona. Los precios han ca¨ªdo a la mitad en 10 a?os mientras las camas se han multiplicado por seis
Estos d¨ªas es posible alojarse en el mism¨ªsimo paseo de Gr¨¤cia de Barcelona por ocho euros. O detr¨¢s de la Catedral por nueve. O tocando a Gr¨¤cia por diez. M¨¢s lejos, m¨¢s barato: plaza de Espanya, seis. Horta, 5,45. Son precios de camas en habitaciones compartidas en albergues, un sector que se ha disparado ¡ªy ha evolucionado ampliando su p¨²blico¡ª en los ¨²ltimos a?os. En 2005 hab¨ªa 14 albergues que sumaban 1.600 plazas. La oferta actual es de 9.274 en 111 hostels. Se ha multiplicado casi por seis.
Y ¨¦stas son solo las plazas legales. La asociaci¨®n de albergues Acatur estima que, por lo menos, hay la mitad de plazas ilegales. La asociaci¨®n responsabiliza a quienes operan sin licencia de haber reventado los precios. Han ca¨ªdo a la mitad en una d¨¦cada. Est¨¢n al nivel de ciudades como Praga o Lisboa, se?alan.
El sector lleva semanas abriendo sus albergues rozando las p¨¦rdidas
La situaci¨®n desespera al sector, que lleva semanas abriendo sus albergues rozando las p¨¦rdidas, confiando en recuperarse en temporada alta. ¡°No nos gusta vender a ocho euros¡±, admite uno de los socios del albergue Centric Point, Oriol Badia. Fue uno de los primeros albergues que se abrieron en zona prime, en la esquina de paseo de Gr¨¤cia y Consell de Cent. 400 camas en el antiguo edificio Axa en habitaciones de hasta 14 camas. Cuando abrieron hace 10 a?os solo hab¨ªa dos precios, temporada alta y baja. Ahora cambian cada d¨ªa. Nunca hab¨ªan visto tarifas ¡°tan, tan, tan bajas¡±. ¡°Hay una crisis brutal de oferta en Barcelona, y en temporada baja es m¨¢s problem¨¢tico, provocada por la cifra nunca vista de establecimientos ilegales¡±, lamenta Badia.
Falta de control
Carles Gras, presidente de Acatur, la Asociaci¨®n Catalana de Albergues Tur¨ªsticos, se queja de la ¡°falta de control¡± en un sector donde asegura que la mitad de la oferta est¨¢ fuera de la legalidad. En algunos casos son hostels ilegales por completo; otros, pisos que tienen alg¨²n tipo de licencia para cubrirse las espaldas, como de apartamento tur¨ªstico, ¡°pero luego llenan las habitaciones de literas¡±. ¡°O albergues con licencia para 20 camas, que no necesita los permisos m¨¢s estrictos, como los de los bomberos, y meten 50¡±, explica. Basta comparar el listado oficial de la Generalitat con la oferta de internet para darse cuenta de la magnitud del fen¨®meno. ¡°Y ojo que muchas veces est¨¢n bien, en pisos bonitos y amplios, pero no pagar un duro de impuestos¡±, lamenta Gras.
Tu no puedes hacer un hotel de lujo ilegal, pero s¨ª un albergue Carles Gras, presidente de Acatur
El problema, afirma, es que ¡°el de los albergues es un sector m¨¢s vulnerable a la ilegalidad que otros¡±. ¡°Tu no puedes hacer un hotel de lujo ilegal, pero s¨ª un albergue¡±, ejemplifica. Y critica a las administraciones por no destinar suficientes medios a inspeccionar. Las causas de la eclosi¨®n son varias: ¡°La crisis que dispar¨® el n¨²mero de inversores que no sab¨ªan qu¨¦ hacer con las viviendas, el boom que vive el sector desde hace 10 y que Barcelona est¨¢ de moda como destino, lo que act¨²a de im¨¢n para los ilegales¡±.
El funcionamiento de los albergues que no constan en el registro oficial pero se anuncian en internet es parecido y se puede percibir desde la calle. No suele haber letrero, y a veces ni recepci¨®n, pero s¨ª pegatina en la botonera de los timbres. Indica: ¡°Hostel¡±. En una esquina entre Gran Via y Enten?a el hostal BCNEixample tiene un papel colgado en el cristal de la porter¨ªa: ¡°When you arrive call this number please¡±, informa, e incluye un tel¨¦fono. Los vecinos explican que la finca es de una ¨²nica propietaria y que el albergue primero se instal¨® en el segundo piso y ahora en el principal. Uno de sus responsables admite por tel¨¦fono que no tienen la licencia en regla. La tienen de vivienda de uso tur¨ªstico. Llevan cinco a?os operando y dicen que est¨¢n pendientes del fin de la moratoria de alojamientos tur¨ªsticos del Ayuntamiento para desencallar ¡°la confusi¨®n¡±. Una moratoria que, por cierto, suspende tres proyectos de grandes albergues. En otro albergue de la calle Sep¨²lveda, el recepcionista se niega con muy malos modos a facilitar el n¨²mero de licencia. Y en la calle de Sardenya, a 100 de la Sagrada Fam¨ªlia, la recepcionista, que no habla ingl¨¦s, facilita un tel¨¦fono que nunca responde.
Un mundo a un abismo de los grandes operadores que han desembarcado en Barcelona. Santi Arnedo Lleva una d¨¦cada en el sector y ha asistido a su evoluci¨®n en primera l¨ªnea. Comenz¨® trabajando en un albergue ¡°en las Ramblas en un quinto sin ascensor con un ba?o al fondo del pasillo¡± y ahora capitanea la recepci¨®n del Generator, de capital brit¨¢nico. 646 camas en la calle de C¨°rsega con habitaciones m¨²ltiples pero todas con ba?o. ¡°Esto es como un pueblo¡±, afirma. Entre el p¨²blico tienen desde mochileros hasta familias con ni?os, parejas maduras o grupos escolares de toda Europa. Y una de las claves, el bar restaurante de los bajos y ofrecer actividades a los hu¨¦spedes.
El director del Observatorio del Turismo Responsable de la facultad de Turismo de la Universitat Ramon Llull, Jordi Ficapal, ve en la especializaci¨®n y la ¡°atenci¨®n personalizada¡± la supervivencia de los albergues, sobre todo los de menor tama?o, para diferenciarse de ¡°las camas calientes con servicios cero¡±. Ficapal tambi¨¦n subraya la aparici¨®n de los conocidos como poshtel, juego de palabras entre posh [PIJO]y hostel. Establecimientos con tarifas algo superiores pero con espacios comunes de dise?o y servicios tambi¨¦n sobresalientes (habitaciones con un m¨¢ximo ocho camas y con ba?o) respecto a la media.
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