El director del Cl¨ªnic: ¡°El hospital seguir¨¢ siendo p¨²blico¡±
Josep Maria Campistol se estrena en el cargo al mismo tiempo que se activa el pol¨¦mico consorcio en el que se ha convertido el hospital
El hospital Cl¨ªnic de Barcelona estrena el 2016 con nuevo director general y nueva figura jur¨ªdica. Tras siete a?os al mando de la prestigiosa instituci¨®n ¡ªes el segundo centro sanitario m¨¢s reputado de todo el Estado, seg¨²n el informe Monitor de Reputaci¨®n Sanitaria (MRS)¡ª, el doctor Josep Maria Piqu¨¦ cede el testigo a su tocayo, el nefr¨®logo Josep Maria Campistol. El facultativo, profesional hist¨®rico de la casa y director m¨¦dico durante el ¨²ltimo a?o y medio, asume el cargo al mismo tiempo que el hospital se convierte en un consorcio sanitario p¨²blico no exento de pol¨¦mica. Buena parte de los usuarios del hospital ven en el nuevo ente una privatizaci¨®n encubierta pero Campistol niega la mayor: ¡°El Cl¨ªnic seguir¨¢ siendo un hospital p¨²blico¡±.
El m¨¦dico accede al cargo con el apoyo de m¨¢s del 80% de la Junta Facultativa
El m¨¦dico, que ha contado con el apoyo de m¨¢s del 80% de la Junta Facultativa del hospital, se pone al frente de un hospital en el punto de mira: adem¨¢s de estar considerado de los mejores de Espa?a y de contar con sobrado prestigio internacional, el Cl¨ªnic ha sido acusado de competencia desleal a trav¨¦s de su brazo privado, Barnacl¨ªnic, y de privatizar la asistencia sanitaria p¨²blica por v¨ªa de controvertidas alianzas estrat¨¦gicas con centros de titularidad privada. ¡°En este hospital hemos tenido un problema: nos hemos dedicado mucho a trabajar y poco a comunicar. Esto es un consorcio p¨²blico, no una privatizaci¨®n. Nunca ha habido un inter¨¦s de privatizar nada¡±, zanja.
La constituci¨®n del consorcio, que cont¨® con 4.000 alegaciones en contra, encendi¨® la mecha. Sus opositores denunciaban que, pese a que sus due?os son la Generalitat y la Universidad de Barcelona, los estatutos abr¨ªan la puerta a la entrada de capital privado a trav¨¦s de alianzas estrat¨¦gicas. ¡°El Cl¨ªnic tiene muchas alianzas estrat¨¦gicas y yo creo que son buenas siempre que sean transparentes¡±, valora el nuevo director. Pero matiza: ¡°No vamos a casarnos con ninguna empresa sanitaria que tenga como objetivo lucrarse¡±. En 2013, sin embargo, se levant¨® un fuerte revuelo porque el hospital deriv¨® parte de sus pacientes al hospital Sagrat Cor ¡ªperteneciente a la red p¨²blica pero propiedad de una empresa privada¡ª y mandaba a sus m¨¦dicos a operarlos all¨ª.
El director apuesta por ¡°seguir en la Champions de los hospitales¡±
La hoja de ruta de Campistol pasa, en parte, por recuperar recursos para invertir en investigaci¨®n y tecnolog¨ªa, las dos patas que afianzan su liderazgo a nivel internacional. "El objetivo es seguir jugando en la Champions de los hospitales y ser el hospital de referencia, primero del barrio (el Eixample Esquerra), y luego de Barcelona, Catalu?a y Espa?a. Queremos ser de referencia a nivel asistencial, docente y de innovaci¨®n", apunta el nuevo director.
El m¨¦dico avanza que los ¡°proyectos estrella¡± del hospital para 2016 ser¨¢n las investigaciones vinculadas a la inmunoterapia y a las terapias avanzadas. ¡°La inmunoterapia va a revolucionar el tratamiento contra el c¨¢ncer¡±, asegura Campistol.
Su proyecto tambi¨¦n apuesta, en otra l¨ªnea, por convertir al paciente en el centro de su trabajo. ¡°Hay que introducir los valores y las relaciones humanas en la atenci¨®n al paciente¡±.
Pero el tema que ha levantado m¨¢s ampollas y con el que tendr¨¢ que lidiar tambi¨¦n Campistol sigue siendo la actividad de Barnacl¨ªnic, la cl¨ªnica privada del centro que comparte instalaciones y profesionales con el hospital p¨²blico. Incluso el Departamento de Salud abri¨® una investigaci¨®n a instancias del Parlament para indagar si hab¨ªa un trasvase de pacientes de la p¨²blica a la privada y si la actividad de Barnacl¨ªnic perjudicaba a los pacientes del hospital p¨²blico.
Aunque las pesquisas negaron irregularidades, s¨ª detectaron que un par de intervenciones privadas se realizaron en horario de la p¨²blica. El director, por su parte, defiende con vehemencia la integridad de Barnacl¨ªnic. ¡°El dinero que paga Barnaclinic al hospital [por el alquiler de las instalaciones] nos ayuda a cuadrar las cuentas¡±, apunta. Campistol ve factible romper las barreras entre lo p¨²blico y lo privado sin entrar en conflictos de intereses. ¡°La privada hay que hacerla bien, transparente, dejando claro al paciente lo p¨²blico y lo privado y separando las puertas de entrada. Hay que ser muy pulcro con los horarios para no interferir en la actividad p¨²blica¡±, sostiene.
El m¨¦dico asegura que los controles en Barnacl¨ªnic son muy exhaustivos para que no suceda nada incorrecto. La coacci¨®n a pacientes que entran por la p¨²blica para ir a la cl¨ªnica privada est¨¢ prohibida y, aunque a puerta cerrada en la consulta es dif¨ªcil hacer cumplir las normas, Campistol se congratula de poder controlarlo con bastante precisi¨®n. ¡°Hay un control estricto con cada paciente que se opera en Barnacl¨ªnic. Yo s¨¦ por qu¨¦ van all¨ª, si los mand¨® alg¨²n m¨¦dico del hospital. Un paciente coaccionado es causa de falta grave y puede ser motivo de expulsi¨®n¡±, advierte.
Coaccionar a un paciente p¨²blico para ir a Barnacl¨ªnic es motivo de expulsi¨®n¡±, asegura Campistol
El m¨¦dico tiene clara las l¨ªneas rojas infranqueables: ¡°La l¨ªnea roja es que yo nunca me meter¨ªa dinero en el bolsillo con esto, todo ha de ser transparente y que sirva para que el hospital gane¡±.
Optimista con su proyecto para el hospital, el director tambi¨¦n ha intentado hacer buenas migas con los combativos vecinos del barrio del Eixample. Campistol les ha prometido que les entregar¨¢ la situaci¨®n de las lista de espera y celebrar¨¢ un encuentro para explicarles la actividad de Barnacl¨ªnic.
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