¡®Cupolog¨ªa¡¯
Hemos asistido a un esfuerzo innecesario, porque estaba en la naturaleza de las cosas que el acuerdo entre JxS¨ª y la CUP resultase imposible
Desde el pasado domingo, muchos cup¨®logos sobrevenidos est¨¢n de enhorabuena. Entiendo por tales a la legi¨®n de comentaristas y analistas que, a lo largo de los ¨²ltimos meses, han estado bombardeando sin tregua cualquier posibilidad de un acuerdo pol¨ªtico entre Junts pel S¨ª y la Candidatura d'Unitat Popular que permitiese poner en marcha el Parlamento elegido el 27-S. En su inmensa mayor¨ªa, tres a?os atr¨¢s esos cup¨®logosde ocasi¨®n ni siquiera sab¨ªan qu¨¦ diablos era la CUP ¡ªalgunos todav¨ªan dicen ¡°las CUP¡±, en plural¡ª y, cuando lo averiguaron, ello no les mereci¨® m¨¢s que desd¨¦n y rechazo: unos cachorros independentistas, productos del adoctrinamiento escolar pujolista aderezado con actitudes radicales y antisistema.
Sin embargo, apenas los diez flamantes parlamentarios cupaires amanecieron con la llave de la investidura de Artur Mas, tal aritm¨¦tica les convirti¨® al instante en objeto del mayor inter¨¦s desde latitudes ideol¨®gicas y talantes personales que nunca antes lo hab¨ªan mostrado. La tarea de los nuevos cup¨®logos se manifest¨® en dos direcciones contradictorias (pero ese es un detalle insignificante): de un lado, subrayaban el car¨¢cter extremista y descabellado de las propuestas de la CUP (?quieren salir del euro, y de la UE, y de la OTAN...!) para enfatizar la contradicci¨®n con el Mas business friendly, y presentar a ¨¦ste humill¨¢ndose ante aquellos lun¨¢ticos peligrosos que pon¨ªan en riesgo la econom¨ªa de mercado. Al mismo tiempo, otras firmas se dirig¨ªan a la CUP con paternal complicidad de viejos progres y le sermoneaban que, si pretend¨ªa ser de izquierdas, no pod¨ªa en modo alguno investir presidente al hijo pol¨ªtico de Jordi Pujol, al l¨ªder del partido del tres por ciento, al responsable de todos los recortes y las pol¨ªticas antisociales...
Me atrevo a afirmar que hemos asistido a un esfuerzo innecesario, a un derroche superfluo de malevolencia y sectarismo, porque estaba en la naturaleza de las cosas que el acuerdo entre JxS¨ª y la CUP resultase imposible; por m¨¢s que, de buena o mala fe, muchos hayan alimentado la impresi¨®n contraria.
No, no a causa del euro, o de la UE, o de la OTAN, sino por razones de cultura pol¨ªtica. Nada m¨¢s lejos de mi ¨¢nimo que pretenderme yo tambi¨¦n cup¨®logo, pero desde hace bastantes a?os convivo en la Universitat Aut¨°noma de Barcelona con el brazo estudiantil de la CUP, el Sindicat d'Estudiants dels Pa?sos Catalans (SEPC), y he tenido ocasi¨®n de observar repetidamente sus formas de razonar y de actuar.
Su primera caracter¨ªstica es la pr¨¢ctica de la sin¨¦cdoque pol¨ªtica (confundir la parte con el todo): ellos son ¡°las y los estudiantes¡±, porque el activismo suplanta a la representatividad, y convierte en irrelevante cu¨¢ntos afiliados tengan en una comunidad de 25.000 miembros. Es exactamente la misma l¨®gica que inspiraba una pintada de Arran (la rama juvenil de la CUP) le¨ªda estas semanas atr¨¢s: ¡°La independ¨¨ncia ¨¦s del poble! Mas go home!¡±. Se sobreentiende que el poble son ellos, aunque la CUP obtuviese el 8,2 % de los votos y Junts pel S¨ª el 39,6 %.
Esta mentalidad de minor¨ªa redentora ¡ªhablo de mi experiencia universitaria¡ª lo justifica casi todo. En la UAB, las convocatorias de huelga estudiantil promovidas por el SEPC tienen el ¨¦xito garantizado..., por la sencilla raz¨®n de que, de buena ma?ana, un pu?ado de activistas bloquean f¨ªsicamente los accesos al campus en transporte p¨²blico y, si es preciso, las entradas a los edificios, con lo cual la inmensa mayor¨ªa de estudiantes se retrae y la universidad se paraliza. ?Y pobre de t¨ª si te atreves a desafiar la consigna o a criticar los m¨¦todos coactivos! Entonces eres un esquirol, o directamente un redomado fascista.
No digo que la direcci¨®n nacional de la CUP haya decidido su veto a Mas con el mismo esp¨ªritu del pseudo-asamblearismo universitario, pero s¨ª creo que existen mentalidades, estilos, maneras de hacer comunes a una buena parte del conglomerado pol¨ªtico-organizativo que engloba la CUP. Cuando alguno de sus cuadros territoriales describe a Artur Mas como el esbirro de ¡°la oligarqu¨ªa catalana¡±, resulta obvio que ni ¨¦l ni nadie cerca de ¨¦l ha escuchado lo que se dice ¨²ltimamente, a prop¨®sito de Mas, en los c¨ªrculos representativos de dicha oligarqu¨ªa. Unos ambientes donde, el domingo 3 de enero, debi¨® de correr el champ¨¢n ante el fracaso de ese Judas.
Con todo, ?qu¨¦ edificante resulta leer a tanta gente de orden alabando la ¡°coherencia¡± de los cupaires!
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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