No sobran izquierdas
La autora defiende que la izquierda "debe aportar un capital de cambio cre¨ªble, aut¨®nomo, propio y respetable"
En estas mismas p¨¢ginas, se?al¨¦, celebradas las europeas y auton¨®micas, que una parte relevante de los dirigentes de Izquierda Unida decidieron regalar nuestra historia, nuestros esfuerzos y nuestro capital pol¨ªtico a formaciones a las que nuestra lucha y trayectoria les importaba un comino.
Tras escenificar aparentes rupturas y cumplido el compromiso adquirido por Garz¨®n, se ha producido lo inevitable: la irrelevancia de Izquierda Unida y sus peores resultados hist¨®ricos.
Desastres que no se han saldado con las convenientes e higi¨¦nicas dimisiones, sino con una convocatoria a enterrar siglas e historia, a construir un nuevo partido que soslaye el debate sobre la derrota electoral de IU y abra una reflexi¨®n sobre el mar y los peces, mientras se camina hacia Podemos.
A lo largo de ese camino, han quedado cuadros y afiliaci¨®n pol¨ªtica en toda Espa?a, no solo la federaci¨®n completa de Madrid, excluidos de una IU barrenada por sus m¨¢ximos dirigentes, con c¨®mplices silencios y notables responsabilidades de quienes debieran velar por su identidad pol¨ªtica.
Dec¨ªa en estas mismas p¨¢ginas, hace seis meses: ¡°Me niego, junto a muchos y muchas, a que nuestros valores acaben residiendo en los archivos de viejas y p¨²blicamente financiadas fundaciones. Reclamo una nueva plataforma que huya de los lugares comunes de quienes viven en desleales grupos de inter¨¦s. Hay futuro para la izquierda transformadora pero necesitamos m¨¢s audacia que verdades eternas o mandatos de nuevos bonapartistas¡±.
Ahora que se convoca a IU a su autoinmolaci¨®n, que el bonapartista de turno ha decidido su liquidaci¨®n, es el momento de reclamar una identidad de izquierda, puesta a disposici¨®n de alianzas y acuerdos pero que no renuncie a ser herramienta social de justicia e igualdad.
La insuficiencia de izquierda est¨¢ detr¨¢s de las situaciones de inestabilidad que en Catalunya o Espa?a estamos viviendo. Hay muchos actores y abundantes poderes econ¨®micos y de toda ¨ªndole que desean un cambio sin izquierda. El desprecio con el que se trata a las izquierdas hist¨®ricas, las tonter¨ªas matem¨¢ticas catalanas, la liquidaci¨®n de IU, tienen como objetivo generar a¨²n m¨¢s incertidumbre sobre el futuro de la izquierda y la representaci¨®n pol¨ªtica de trabajadores y trabajadoras.
Ahora que ha vuelto el silencio sobre la austeridad y los recortes; ahora que el drama social ha sido sustituido por improbables reformas constitucionales; ahora que las l¨ªneas rojas no son las pol¨ªticas de ajuste sino el postureo preelectoral, ahora que el trabajo ha desaparecido en el magma de la gente; ahora, debemos reinventar el espacio del conflicto econ¨®mico y social que es propio de la izquierda.
La izquierda debe aportar un capital de cambio cre¨ªble, aut¨®nomo, propio y respetable, que nos permita que la queja social coincida con un voto pol¨ªtico. El cabreo no es una filosof¨ªa de democracia y no construye sociedad. La pol¨ªtica si.
Entiendo la aspiraci¨®n de peque?os bonapartes que buscan esca?o y acomodo desesperadamente en los televisivos salones de la fama. Pero una izquierda plural necesita identidad para acordar; propuesta para crear sociedad; partido para cambiar las cosas.
No hay nada en lo nuevo que desmienta este criterio. Al contrario, parece que no hay nada nuevo en la novedad. Parece que el pluralismo solo trajo viejos vicios porque hay insuficiente izquierda. No sobra IU; falta su impulso.
Libertad Mart¨ªnez Mart¨ªnez es dirigente de IU de la Comunidad de Madrid. Exdiputada Asamblea de Madrid.
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